Curiosamente… Hay objetos que las personas consideran como amuletos porque los recibieron de un ser querido o porque, desde que lo empezaron a usar, su vida ha mejorado.
La realidad es que los amuletos están ligados a la sicología afectiva y también a la fe, lo cual influye más para que determinado objeto traiga cosas buenas a la vida de quien las porta.
Un amuleto es un elemento que una persona atesora y que suele llevar consigo, ya que cree que le brinda protección o buena suerte. La energía que contienen los diferentes elementos, permiten la sincronización con cosas positivas.
Veamos pues, según los signos zodiacales lo más recomendable para cada persona.
Acuario: Un buen amuleto es un ojo turco. Si están buscando un amuleto para casa, sin duda deben probar el limón, en objeto o en cítrico natural en su forma redonda.
Piscis: Deben de hacer de la amatista su amuleto personal. Su color y vibración atraerá para este signo buenas energías que impulsarán sobre todo su economía.
Aries: Tendrán su principal amuleto en una llave, porque se considera que ésta será la encargada de abrirles las puertas de todos los objetivos que deseen logran.
Tauro: Su objeto de la suerte es un dije porque, a manera de péndulo corporal, les aporta estabilidad y equilibrio.
Géminis: La albahaca, por su fragancia y la forma, ya sea en planta viva o en objeto, les garantiza buena economía.
Cáncer: Deben tener como amuleto una figura en forma de rana.
Leo: Las serpientes, por la forma de movimiento les otorga protección.
Virgo: El amuleto es el símbolo del ojo de pez, pues les sirve para alejar todo lo malo de sus vidas.
Libra: El dije de sol es el principal objeto de la buena suerte. Les otorga positividad en sus vidas.
Escorpio: Al igual que con Aries, se recomienda que lleven siempre encima una llave.
Sagitario: Un amuleto con forma de hoja de plata es el idóneo, pues les permite tener estabilidad y tranquilidad al mismo tiempo.
Capricornio: Deben contar con una hoja de abedul como amuleto. Esta les quitará todo lo negativo de sus vidas.
