Tenango del Valle/Estado de México
Desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017, en la comunidad de San Francisco Tepexoxuca, Tenango del Valle, aún hay 150 casas derruidas; pese a que ya pasó casi un año desde esta contingencia la ayuda llega a cuentagotas.
Tal es el caso de la escuela primaria “Alfredo V. Bonfil” que se encuentra en las mismas condiciones en que las dejó el sismo, de hecho, hace apenas 30 días llegó un aula provisional por la presión que ejerció la comunidad a las autoridades. En circunstancias parecidas se halla la iglesia de San Francisco de Asís que, aunque tiene daños severos, recientemente fue apuntalada.
Domingo Téllez Flores, representante de la comunidad, denunció que los afectados de Tepexoxuca nunca recibieron las tarjetas con 120 mil pesos, pero que sí fueron entregadas a parientes de funcionarios públicos, quienes en algunos casos registraron hasta dos propiedades dañadas; mientras que otras viviendas sólo fueron remozadas superficialmente.
Téllez Flores indicó que tan sólo en esa zona, el sismo de septiembre dejó 200 casas dañadas, pero la tercera parte ha sido reconstruida, no obstante, lo que más afecta a San Francisco es que la escuela de tiempo completo no fue considerada para su rehabilitación por el Instituto Mexiquense de la Infraestructura Física Educativa (IMIFE). Hasta que los pobladores amenazaron con bloquear vías de comunicación, las autoridades actuaron, reclamó.
“Tenemos la barda derrumbada del panteón municipal, la iglesia principal no fue atendida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la barda perimetral del preescolar no fue considerada y de las 200 casas, al menos 150 fueron pérdida total o daño medio”, puntualizó.
El representante comunal añadió que siguen esperando que organizaciones civiles e incluso gubernamentales acudan para ayudar a la gente, mucha –dijo– que vivió en casas de campaña afuera de sus casas derruidas, pues hasta ahora el ayuntamiento sólo “ha dado largas”.
Otro caso es el de Esther Zaragoza Leguizamo, quien se quedó sin vivienda, y aún es tiempo en que no sabe por qué razón no fue incluida en la lista de damnificados que realizaron dependencias federales como la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Desarrollo Urbano (SEDATU) y el gobierno municipal de Tenango del Valle.
Con la esperanza de que alguna autoridad atienda su caso, Esther vive en un cuarto que su cuñado le prestó.
A unos metros de lo que fue la casa de Esther, se han extendido lonas en vez de muros, que es la forma que los afectados por el sismo resguardan sus pertenencias, los muebles, la televisión, los electrodomésticos. Todo está atado con lazos y plásticos, pero no hay techo, paredes o bardas, no hay construcción, mucho menos, dinero para realizarla señalan los vecinos.
En Joquicingo, el primer municipio que visitó el gobernador Alfredo del Mazo, enseguida del desastre natural, la alcaldesa Alma Delia Pallares afirmó que 95 por ciento de las 519 viviendas dañadas, de las cuales 259 fueron pérdida total, han sido rehabilitadas y los damnificados recibieron tarjeta por parte del gobierno federal, además de la asesoría de organizaciones de arquitectos e ingenieros, para que las casas cumplan con las medidas de seguridad, pues la cabecera tiene suelo arcilloso, una de las razones por las que cayeron las casas con el temblor.
Hubo dos escuelas afectadas, es el CBTIS “Steve Jobs” y la escuela de educación básica “Filiberto Navas Valdés”, para ambos casos instalaron aulas móviles. Además, el ayuntamiento se encargó de acondicionar el lugar para que con la temporada de lluvias no se enfrenten a complicaciones durante el horario escolar.
Los vecinos dicen que fueron muchos los casos de éxito, pues en algunos casos las organizaciones civiles prácticamente se encargaron de rehabilitar sus hogares; en otros, les amueblaron las viviendas, pero en la mayoría de los casos regresaron a su casa sin necesidad de pasar meses en la incertidumbre.
