La marcha "fifí"

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La marcha "fifí"

Miércoles, 14 Noviembre 2018 00:06 Escrito por 
La marcha "fifí" Lo bueno, lo malo y lo serio

El domingo pasado se llevó a cabo una marcha distinta a la que, en especial, los habitantes de la ciudad de México están acostumbrados, el motivo que movió a cerca de seis mil personas fue por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México que se construye en Texcoco, y quienes se encuentran a favor de continuar con las obras, exigiendo al presidente electo por medio de pancartas, no frenar la modernidad del país.

Sin embargo, la marcha que contaba con personas que parecía era la primera vez que participaban, fueron objeto de burlas en redes sociales, así como a su paso por el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, pero, no hubo respuesta a los señalamientos e insultos que les proferían, tampoco hubo pintas, o saqueo de negocios, como muchas veces se ha dado con algún otro contingente, por personas que vandalizan al amparo de la multitud.

A decir de algunos de los participantes, había entre ellos empresarios, así como vecinos de Polanco, de las zonas más exclusivas de la capital, varios de ellos vestían de negro, acusando que la democracia está de luto, alegando que López Obrador sólo quiere a los que puede acarrear y que a los demás no, el movimiento fue bautizado como “La marcha fifí”. Esto, más que la burla, es reflejo de una clara polarización de la sociedad.

A esto llega una inquietud ¿A quién corresponde calificar la legitimación de manifestarse? Ya en una ocasión fue descalificada una marcha abundante en participación y a la que se le llegó a nombrar “La madre de todas las marchas”. El domingo 27 de junio del 2004, hace 5252 días, un gran contingente, en su mayoría con vestimenta blanca, marchó en silencio por las calles de la Ciudad de México, ¿el motivo? El miedo y el hartazgo por la inseguridad pública, y en especial, por la incapacidad de las autoridades para combatirla, desafortunadamente 14 años después sigue sin obtener respuesta.

Pero, en aquella ocasión, no sólo tuvieron que reconocer las autoridades el justo reclamo de los manifestantes, quedó claro que la intervención de la prensa es más grande y con mayores alcances del imaginado, debería ser motivo suficiente para no ser olvidado.

Ahora, con el discurso constante que se viene utilizando para descalificar a los grupos sociales que no concuerdan con la política que aparentemente emprenderá en nuevo gobierno, y el señalamiento de periodistas críticos, conlleva a una división de la sociedad, que puede motivar encuentros muy complicados que a nadie conviene, ni siquiera al próximo gobierno, que más bien, lo ha acuñado tanto que es precisamente lo que preocupa.

No es más que la estúpida insistencia histórica de enfrentar ricos contra pobres, negros contra blancos, buenos contra malos. Cuando en una sociedad lo que impera es el odio, se va minando la idea de convivir, y se continúa con una absurda lucha de poder, ¿quien es más, quien es menos?

Esto solo sirve para los intereses mezquinos de unos cuantos, esos que de ninguna manera intervendrán para aliviar el odio, sino para alimentarlo, y pretender mostrar que hay tanta verdad, como razón en sus determinaciones, aunque con ello vaya de frente el impedimento de que un país pueda progresar.

Recomponer al país no es únicamente acabar con la rapiña de cuello blanco, lo que habría que exigir es llevar ante la justicia a quienes lastimaron la buena fe del pueblo, ahí se demuestra verdaderamente el interés por resarcir el daño causado.

El pueblo exige justicia. Lo invocó Luis Donaldo Colosio Murrieta en el que pudo haber sido el discurso que lo llevó a la muerte, “veo a un México con hambre y sed de justicia…”, y 24 años después, el pueblo sigue teniendo hambre y sed de justicia, que nadie ha aliviado, y no podrá hacerlo quien quiere perdonar y ofrecer amnistía a quienes han lacerado lo más sensible de la sociedad.

Pero, ¿frenar el desarrollo? Eso va en contra de la corriente económica del país, o acaso ¿es mejor ofrecer un recurso para quien ni estudia, ni trabaja, que apoyar a los que desean iniciar un negocio propio?, México necesita de emprendedores, sin hacer a un lado a los trabajadores, al contrario, hacer lo posible para una sana convivencia en donde todos puedan aportar su parte para el resurgimiento de México.

Tan absurdo es el hecho de cancelar un aeropuerto de la magnitud del que se proyecta en Texcoco, como hacer parches que a la larga acarreará más gasto del gobierno, ¿por qué? ¿por capricho, berrinche, para demostrar quien manda? O ¿Sólo para satisfacer la egolatría de un solo personaje? Dentro de algunos años habrá muchos arrepentidos por esa decisión.

No obstante, las encuestas serias demostraban que la mayoría de los mexicanos apoyaba la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, así como esas mismas casas encuestadoras que las aplicaron, daban el triunfo al tabasqueño para el primero de julio, ¿qué hubiera sucedido si el de Macuspana no gana?, ¿por qué en unas sí y en otras no?, hay mucha falsedad e hipocresía. ¿Hay democracia cuando gano y no la hay cuando pierdo?.

Si los héroes a quienes en repetidas ocasiones emula López Obrador vieran lo que sucede actualmente, sería muy difícil considerar que lo aprobarían, porque además, ninguno de ellos al asumir el poder o antes de alcanzar sus logros, ni siquiera Benito Juárez, levantó el puño para decir empieza la tercera transformación del país.

Si la condición para el nuevo gobierno es que los críticos callen y desaparezcan los reclamos y exigencias, empezaremos a perder al México democrático que heredamos de nuestros padres y ellos de sus abuelos, con una deuda pendiente en el conflicto de intereses y abuso de poder.

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio