¿Qué puede esperarse del debate entre los candidatos a la Presidencia de México?

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Publicado en Opinión

¿Qué puede esperarse del debate entre los candidatos a la Presidencia de México?

Sábado, 21 Abril 2018 00:06 Escrito por 

El debate que se llevó a cabo entre los aspirantes al gobierno de la Ciudad de México parece ser desafortunadamente un presagio para el que corresponde al que habrán de enfrentar los candidatos a ocupar la primer magistratura del país, por lo que no pinta un escenario que se pueda antojar, por lo menos, interesante, aunque seguramente haya quien no esté de acuerdo con esta apreciación.

Iré directo al punto, por principio de cuentas, son muchos candidatos los que estarán frente a frente y que tendrán la oportunidad de ser escuchados y vistos por una gran cantidad de ciudadanos con credencial para votar y, desde luego, por quienes tengan interés en verlo, por la razón que sea. Cuando son más de tres los contendientes, se pierde por razón del número y del tiempo el hilo de la propuesta y de la posible retórica.

La elección del formato para darle oportunidad a cada uno de ellos, parece ser el adelanto de que seremos testigos de varios monólogos que en su oportunidad cada uno hará, en la inteligencia de que tendrá un determinado tiempo para exponer apresuradamente, a veces, el contenido de su proyecto, con propuestas para llevarlo a cabo, o al menos esa es la idea; pero, éste más bien será un comercial que tendrán la posibilidad de presentar, como los muchos que ya se encuentran por todos lados, sí, por ahí se debe empezar; sin embargo, para esperar el turno a escuchar el contraste de las propuestas y las ideas, será demasiado y para cuando lo hagan, no tendrá el mismo peso.

Ahora bien, lo interesante sería que después de sus presentaciones y en un claro ejercicio abierto, poder interrumpirse en el momento adecuado para discutir sobre la viabilidad o no de algo en concreto, sacar chispas, y que el auditorio sea fiel testigo de la forma de abordar un tema, de defenderlo, de explicar el cómo propone resolverlo; es decir, mostrar la habilidad de exponer, defender y atacar.

A esto es a lo que habría que apostar, de otra forma, no es posible generarse con claridad la idea de que uno u otro sabe lo que defiende, porque lo que se ha dado por llamar debate, es sólo lastimosamente una pérdida de tiempo en donde escuchamos y vemos encasillados en una burbuja a los aspirantes, sin atreverse, para no exponerse, a responder a las preguntas filosas que sí debe haber para ensalsar la contienda.

Por otro lado, lo que no pudo ventilarse en ese momento, tratarán de explicarlo en el pos debate el equipo de cada uno, ya sean los presidentes de sus respectivos partidos políticos o los que sean elegidos o invitados a los diferentes programas noticiosos, que en realidad, y muchas veces sucede, dirán lo que no dijeron los contrincantes, algo así como una especie de traductores.

Ahora bien, es lógico que los actores principales de este evento se hayan preparado para poder enfrentar con soltura el momento, eso es obligado para ellos, no es para menos, lo que está en juego es el cargo más importante del país, y la cantidad de gente que estará observando el transcurso de la transmisión no será de ninguna manera para despreciarla, y, tal vez, al día siguiente las preferencias modifiquen su estructura actual en las preferencias.

Por eso mismo, negarse a la invitación por “estrategia”, sería un grave error, cuenta de ello bien puede darlo Andrés Manuel López Obrador cuando dejó de asistir ya en una ocasión, el resultado es por demás conocido. No asistir, es perder la oportunidad de lo que debe ser uno de los mejores ejercicios de la democracia, pero también, puede ser interpretado como un desaire al pueblo que se pretende gobernar.

La condición del formato, es muy importante para poder disfrutar de un excelente ejercicio, evitaría, si se cuida la forma correcta de hacerlo, el que algún aludido re huya o ignore, que es peor, contestar a una pregunta incómoda, la posible respuesta es realmente lo interesante, porque la comunicación no sólo verbal, sino también lo es corporal, ésta dirá mucho más que las palabras.

El candidato que va punteando las preferencias, desde luego será el más atacado y objeto de preguntas, repreguntas, señalamientos y cuestionamientos, en ocasiones en tono agresivo, es por supuesto lo más lógico, todos aspiran a tumbarlo y por ahí colarse en las preferencias, de eso se trata, así que cada quién aprovechará su oportunidad.

Obligado debe de ser para todos los ciudadanos ser testigos de este ejercicio, escuchar y observar el comportamiento de los rivales, para poder identificar, según su criterio, quién de ellos cuenta con las mejores propuestas, cuales consideran tienen sentido, en especial que sean realizables y, sobre todo, quién es capaz de cumplir con ellas.


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Alfredo Albíter González

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