Parte muy importante de la seguridad es la prevención de las conductas antijurídicas y, sobre todo, aquellas que nos llevan a cometer actos delictivos. Hemos mencionado ya que, en la prevención, la intervención de la ciudadanía es un factor vital para lograr el éxito en las acciones de esta parte de la seguridad.
En el hogar, en la escuela, en la calle y en general en todos los lugares donde se desarrolla la vida ciudadana, estar atentos o prevenir la comisión de estas conductas nos dará tranquilidad y confianza para no ser vulnerados por la mano de la delincuencia.
Pero hablemos de las accionen en la escuela: la mayoría del tiempo de los niños y jóvenes transcurre dentro de las instalaciones de un plantel; ahí se conocen a los grandes amigos, también se viven muchas experiencias y grandes aventuras y, al mismo tiempo, se pueden conocer aspectos negativos de la vida que marquen para siempre el desarrollo de un niño o adolescente en edad escolar, infiriendo entonces que las acciones de prevención son vitales en el desarrollo a esa edad.
Uno de los principales problemas que aqueja a los niños y adolescentes es el consumo de drogas; grupos de la delincuencia organizada buscan crear cotos de poder en zonas escolares, introduciendo a los alumnos a las oscuras aguas del vicio y volviéndolos potenciales clientes en el consumo de las substancias prohibidas.
De gran importancia son las campañas contra el consumo de estupefacientes que se realizan en los planteles escolares, como los exámenes toxicológicos que se aplican a los alumnos para detectar las adicciones y hasta los operativos mochila, en los cuales se localizan substancias prohibidas y armas de fuego que los jóvenes pueden utilizar irresponsablemente.
Por ello, es básica la capacitación de todo el personal administrativo, docente y padres de familia para detectar esta problemática en los jóvenes. ¿Cómo saber cuándo los niños o adolescentes se encuentran envueltos en el mundo del vicio? la respuesta es sencilla, si observamos cambios severos en la conducta de nuestros hijos y alumnos de inmediato tomemos cartas en el asunto; si esperamos, podemos cometer el error de no dar a tiempo la atención necesaria y dejar a los jóvenes en el oscuro mundo de las drogas.
Apoyemos las acciones de prevención en la escuela, participemos en los operativos mochila y, sobre todo, estemos siempre pendientes de cualquier cambio en nuestros hijos y alumnos en edad escolar. Nunca es tarde para convertir a un joven en un gran ciudadano y salvarlo de las adicciones que aun en contra de todas las opiniones, estoy seguro que son dañinas y causan efectos negativos.
Por cierto, los operativos mochila no son anticonstitucionales, incluso las comisiones de derechos humanos han creado y enviado protocolos para su aplicación correcta, convirtiéndolos en una medida muy eficiente de prevención.
