México
En el Día de Muertos, la oscuridad se disipa en el cálido resplandor de las veladoras que iluminan el camino de cempasúchil; una festividad que abraza la tristeza de la muerte y la transforma en un pasaje efímero de alegría, luto y color.
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Con la llegada de octubre, comienzan los preparativos para honrar la memoria de los seres queridos que han fallecido. Esta celebración, arraigada en la herencia prehispánica de las culturas indígenas y moldeada por la influencia del cristianismo después de la conquista española, es una festividad relevante que no pasa desapercibida en México. El Día de Muertos es el favorito de millones de mexicanos, quienes se sumergen en el folclore cultural que se manifiesta a través de la pintura, la fotografía, la danza, la música y la gastronomía.
Aunque la festividad tiene particularidades regionales en su celebración, una tradición común implica la creación de altares u ofrendas dedicadas a los seres queridos que han fallecido. Según la creencia popular, los difuntos tienen permitido regresar a nuestro mundo una vez al año para visitarnos.
Estas ofrendas están compuestas por elementos como papel picado, cempasúchil, sal, agua, pan de muerto, veladoras, incienso, frutas de temporada y alimentos, aunque los elementos pueden variar según la región o la etnia. Aunque las ofrendas se colocan en los hogares, también se realizan de manera pública en centros de trabajo, escuelas, exposiciones y lugares de acceso público.
Como parte de la festividad, se cree que las almas comienzan a transitar de vuelta desde el 27 de octubre hasta el 2 de noviembre. Los días destinados a recibir a los difuntos son los siguientes:
- 27 de octubre: Dedicado a los fallecidos de forma violenta y a las mascotas.
- 28 de octubre: Reservado para las personas que murieron por suicidio.
- 29 de octubre: Para recordar a los fallecidos por ahogamiento.
- 30 de octubre: En honor a las víctimas de accidentes.
- 31 de octubre: A las 12 del mediodía, se les da la despedida a los difuntos de los días anteriores, y se da la bienvenida a los "muertitos" o "angelitos".
- 1 de noviembre: Dedicado a los niños fallecidos.
- 2 de noviembre: Para honrar a los fieles difuntos que han completado su vida terrenal.
La creencia popular sostiene que el portal que conecta lo efímero con lo eterno permanece abierto desde el 27 de octubre, por lo que es esencial instalar la ofrenda en espera de la visita de los seres queridos que compartieron vivencias con nosotros y que aún permanecen en nuestra memoria.
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