“Y no es humanamente posible seguir viviendo en un país donde asesinan a una mujer de la manera más brutal y no haya consecuencia alguna, y que haya una cultura que lo sustente y lo permita”.
Palabras de Lorena Wolffer, artista y activista feminista.
Eso fue hace un año, en el marco de la protesta femenina más grande que haya registrado nuestro país. Fueron miles de mujeres que tomaron las calles para protestar contra las políticas oficiales que invisibilizan la violencia contra la mujer.
Pero parece que el presidente Andrés Manuel López Obrador no entiende, o no quiere hacerlo, que México es otro país, otra nación, después de esa protesta. Hay un creciente criterio para obligar a la equidad de género, pero sobre todo para luchar contra la violencia ciega en contra de la mujer.
Hace un año, la acción colectiva de las mujeres de todo el país, sin precedentes, puso a prueba el liderazgo de López Obrador. Apenas unos días antes de aquel memorable 9 de marzo, en la Ciudad de México y en algunas otras capitales de provincia se registraron protestas menores.
Reacio a entender que las protestas eran contra su administración, fue incapaz de reconocer la magnitud de la frustración femenina al señalar como responsables de los asesinatos de mujeres a “las políticas neoliberales pasadas”.
Esa ocasión, el Presidente respondió a las demandas de las manifestantes, de tal manera, que sus expresiones fueron calificadas como desatinadas, insensibles o condescendientes. Todavía se recuerda que la mañana del lunes, en su mañanera, admitió que el movimiento feminista era por causa legítima, pero que la marcha y el paro eran promovidos por “políticos que quieren que este gobierno fracase”.
De eso, decíamos, ya pasó un año. Pronto, muy pronto, se le olvidó al Presidente que las mujeres no están muy contentas con su gobierno.
Se empecinó contra viento y marea a sostener la candidatura de su amigo Félix Salgado Macedonio, a la gubernatura de Guerrero, pese a que el senador con licencia arrastra tres denuncias penales por violación, que no es cosa menor.
Mujeres protestaron en redes sociales con el hashtag #PresidenteRompaElPacto y #Unvioladornoserágobernador, para exigir, tanto al mandatario federal como a la dirigencia de Morena, retirar la candidatura de Salgado Macedonio.
En respuesta, AMLO dijo que él ya rompió el Pacto por México y el de “silencio que establecieron los que reprimieron, los que desaparecieron a los jóvenes de Ayotzinapa”.
Expresó que "ahora con la simulación sobre el feminismo" escuchó la frase 'Rompa el Pacto' y "sinceramente" supo de ella luego de que su esposa Beatriz Gutiérrez Müller le dijo qué era.
“¿Saben qué sucede? Son expresiones exportadas, importadas, expresiones importadas, copias, o sea, ¿qué tenemos nosotros que ver con eso, si nosotros somos respetuosos de las mujeres, de los seres humanos?", dijo.
El viernes se anunció que la Comisión de Elecciones de Morena analiza el retiro de la candidatura de Salgado Macedonio, luego de que así lo resolvió la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia. Pero fue evidente la resistencia del propio líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo.
En Guerrero, mientras, colectivos de mujeres se han manifestado en contra de la candidatura de Salgado Macedonio. Todo tiene un límite.
Los colectivos de mujeres en todo el país ya preparan la nueva versión de la marcha feminista. Esta vez para gritar que no permitirán que un violador sexual (presunto) sea candidato a un cargo de elección popular.
Aunque lo ordene el Presidente.