El pasado fin de semana me tocó coincidir con integrantes y directivos de diferentes cúpulas empresariales del Estado de México, tanto Valle de Toluca como regiones oriente y Valle de México, y la platica que fue el común denominador se centró en la contienda electoral.
Por todos es sabido, sobre todo para quienes en su momento cubrimos informativamente la fuente empresarial, que los empresarios siempre apoyaban al PRI y sus candidatos, desde el discurso, claro, pero sobre todo desde el financiamiento, en espera de ser llamados a gozar de las mieles de las licitaciones, una vez que se materializaran las aspiraciones electorales en candidaturas y, casi siempre, en gobiernos.
Para mi sorpresa, el comentario que prevaleció en todas estas reuniones fue que, por primera vez, los empresarios le dirían que sí al PRI pero se la jugarían por Morena, los más, y otros tantos por candidatos emanados de la coalición Por México al Frente.
Incluso dejaron ver su clara simpatía por personajes como Juan Rodolfo Sánchez Gómez, en Toluca; Gabriela Gamboa, en Metepec y Daniel García, en Zinacantepec.
La razón, los cuadros que competirán por el PRI y sus aliados: junior y personajes ya muy ‘traqueteados’.
La gente, afirmaron en común los inversionistas, está cansada de enriquecer a unos cuantos y peor si son los mismos de siempre “el primo, la ex amante, el amigo, el socio, el ayudante”.
Y como buenos empresarios, no quieren invertir mal sus pesos y los piensan poner en otra canasta.
En uno meses veremos si su apuesta rinde frutos, mientras tanto aseguran que al PRI le dirán que sí pero no le dirán cuánto.