La visión divergente de la seguridad para los candidatos presidenciales

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La visión divergente de la seguridad para los candidatos presidenciales

Miércoles, 13 Marzo 2024 00:28 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

El tema de la seguridad pública es una de las principales preocupaciones del pueblo, por lo que es comprensible que se exija a las autoridades poner énfasis para atender tan agobiante problema que mantiene en vilo a gran parte de la población en la República mexicana.

Sin embargo, es precisamente uno de los grandes pendientes del gobierno del presidente Andrés López Obrador, quien prometió, desde antes de acceder al poder, que al día siguiente de asumirlo se acabaría con la violencia en el país. La mayoría entendió que aquello era solo una fantasía, nadie, en su sano juicio, consideró que así sucedería y, a unos meses de terminar el sexenio, no se espera que las cosas cambien, al contrario, pueden empeorar.

La supuesta estrategia del sexenio lopezobradorista se basó en una frase de campaña, más que en una estrategia bien planeada y posteriormente consolidada, identificada como “abrazos y no balazos”, la cual, ha hundido en el dolor más profundo del que se tenga memoria a toda la nación.

Es trágico observar cómo en lugar de contener la inseguridad para devolver la paz y tranquilidad a la ciudadanía, impulsada con la esperanza de millones de votantes que acudieron ilusionados para apoyar a quien decía ser el propietario de todas las respuestas, no lo fue; ha sido triste, para la mayoría que gustosa entregó su voto con ese fin, darse cuenta que solo fue una promesa de otro político más, envuelto en otros colores, pero a fin de cuentas fue lo mismo, aunque entregará peores resultados que los que criticó.

La supuesta estrategia exhibió a un ejército inmóvil, entregado y humillado ante los delincuentes quienes no pocas veces gozaban de exhibirlos con sus propias grabaciones, para presumir el significado propio de los abrazos que les ofrecía la supuesta estrategia sexenal, a pesar de criticar constantemente a la del expresidente Felipe Calderón, identificada como la guerra de Calderón.

A decir verdad, esa “guerra…” que tanto se ha criticado, dejó mejores resultados que los abrazos y no balazos obradoristas que, no obstante, representan más que nada dar los abrazos al crimen organizado, quienes al día de hoy, se han apoderado de grandes extensiones del territorio nacional, siendo los más pobres los más perjudicados.

Los números no mienten, aunque es un factor que ya no puede representar la verdad del dolor que sufre el pueblo desde que se le metió mano a las estadísticas para beneficiar los números con los que el gobierno presume una mejoría, peor aún, la candidata del oficialismo la toma como muestra.

Se ha dicho de muchas formas que Claudia Sheinbaum es la copia del mandatario, y nada hace para deslindarse de tal aseveración, al contrario, defiende todo lo hecho por el sexenio que está por terminar, y lo más preocupante es que con cero críticas promete continuar con ese desastre en todas las áreas.

El tema, es obligado para los candidatos a la presidencia, y es necesario escuchar lo que para tal efecto ofrecen. De esta forma, lo que se ha escuchado, son propuestas abismalmente diferentes, mientras Sheinbaum ofrece continuar por el mismo camino del sexenio que termina, Xóchitl Gálvez y el emecista Jorge Álvarez Máynez proponen abordar el tema de diferente manera.

Las visiones opuestas enfrentan modelos de pensamiento, no de estrategia, porque aún no la dan a conocer a fondo, pero la del oficialismo presume que los gobernadores opositores, al no alinearse con el gobierno federal es por lo que no dan buenos resultados; sin embargo, son los de Morena los que más padecen la inseguridad, como Michoacán, Veracruz o Zacatecas, por mencionar solo algunos, ¿cuál es el beneficio de la reunión de seguridad matutina o alinearse con el gobierno federal?

No es posible dejar pasar por alto que, al ser Sheinbaum la preferida de López Obrador, le permitió una estrategia diferente en la Ciudad de México, con Omar García Harfuch como escudero, y que combatió de otra forma al crimen, lo que demuestra que no es verdad que los morenistas contaban con todas las respuestas y que los gobiernos anteriores en todo estaban mal, pues García Harfuch no es de origen morenista, y demostró que despegarse de los abrazos y no balazos ofrece mejores cuentas.

Por otro lado, Xóchitl Gálvez, aún no revela qué hará con la súper cárcel, y cómo atenderá el mal que tanto preocupa a los mexicanos, lo que sí ha dejado ver, es que se separa completamente de lo hecho hasta hoy por el gobierno federal.

El clamor de la gente rebasa a las autoridades, que, hoy más que nunca, se encuentran más alejados del pueblo de lo que presumen, viven en un entorno distinto a la mayoría, no corren los mismos peligros que el ciudadano que tiene que cuidarse solo en las calles, o el campesino que tiene que lidiar con quien quiere despojarlo de sus tierras y cosecha, o el empresario que tiene que pagar derecho de piso.

Es un insulto para quienes padecen de la inseguridad decirles que todo va bien, sería bueno convencerlos que no es verdad lo que viven a diario, pero, si por curiosidad pudieran consultar su sentir, seguramente no estarían de acuerdo con abrazar a los delincuentes mientras éstos recetan balazos para conseguir lo que les interesa.

La visión de Claudia Sheinbaum no es halagadora, lo que supone otro sexenio más con dádivas de por medio, alejándose cada vez más del verdadero dolor del pueblo; al final, se convirtieron en lo que siempre criticaron. De hecho, en su mitin de inicio de campaña no fue ni siquiera para saludar a los padres de los normalistas desaparecidos.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio