El legislador Simplicio enferma de sapofagia

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El legislador Simplicio enferma de sapofagia

Lunes, 17 Septiembre 2018 00:14 Escrito por 
El legislador Simplicio enferma de sapofagia Foto: Especial

Diablo: Hola, Simplicio, te veo verde el semblante, ¿te sientes mal? ¿O eres del Partido Verde y no te cambiaste a tiempo con los triunfadores?

Simplicio: !Jamás! Yo siempre he sido de ideología y hasta de piel morena, por eso me preocupa este colorcito verduzco que me está saliendo en la cara.

Diablo: ¿Y por qué no has ido al hospital?

Simplicio: Porque nos quitaron los gastos de seguro médico privado...

Diablo: ¿Y al de Gobierno?

Simplicio: Ya fui, pero todavía no me dan cita, creen que puede tardar de 3 a 6 años...

Diablo: Ah, caray, pues tendrás que ir al mercado público a comprarte algunas hierbas...la mejor es la verde, pero no sé si te sirva para este caso. Pero, dime, ¿qué fue exactamente lo que te pasó?

Simplicio: Pues lo que pasa es que firmé un contrato con mi proveedor en el Congreso de que me entregaría discretamente un ´Tupperware´diariamente (para aparentar cumplir con la austeridad botanera), con algunos días unas ricas ancas de rana cocinadas y bien cocidas ´a la cuarta transformación´ (nueva receta: se hace con economías de todos los ingredientes, sin grasa, muy saludable).  No se puede hacer la Cuarta Transformación con el estómago vacío, pero se me hace que por abaratar el producto de vez en cuando me envía unos renacuajos que no han madurado o unos sapos viejos muy curtidos, muy duros de tragar...

Diablo: Mi querido parlamentario Simplicio, lo bueno no puede ser barato, sobre todo en alimentos que son a la vez el motor de la salud y el placer de la vida. 

Simplicio: Es lo que yo pienso, hay que alimentar bien el cerebro para poder gobernar bien.

Diablo: Claro, los mejores arreglos políticos en México se han hecho tradicionalmente en los mejores restaurantes y cantinas, no comiendo solo en las curules...

Simplicio: Exacto, es lo que yo pienso, pero ya ves que este Martín Batracio impuso la moda del mínimo  ´Tupperware´...

Diablo: Si, apenas si caben un par de quesadillitas en esa cajita de plástico. Oye, ¿no te enfermarías por andar calentando tu ´Tupperware´ en el horno de microondas?

Simplicio: Soy tonto, pero no tanto...como ya sabes quién.

Diablo: Sí, el líder...del Congreso. 

Simplicio: No digas nombres, que me bajan la lana de las comisiones...

Diablo: De acuerdo, pero tuviste suerte que el Día de la Independencia cayó en domingo, así pudiste ir como siempre a un buen restaurante por tus chiles de nogada, con un buen tinto francés..

Simplicio: !Qué va! Con la cortada de gastos que nos dieron a los legisladores y lo que cuestan los chiles en nogada en restaurantes, por mi cuenta no me alcanza ni para una cerveza mexicana con cacahuates.

Diablo: Bueno, Simplicio, ya olvídate de las botanas, lo que tienes que hacer para sobrevivir física y políticamente en el Congreso es leer la Guía práctica para la ingestión de batracios.

Simplicio: ¿Qué es eso de batracios?

Diablo: Pues biológicamente hay de dos tipos: se llama ranas a las especies que tienen piel lisa. Los sapos, en cambio, presentan una piel más rugosa.

Simplicio: !Te digo que me han estado dando sapos en vez de ranas!

Diablo: Es posible, pero hay también sapos metafóricos. 

Simplicio: Ah, cabrón, y esos. ¿Qué son?

Diablo: No seas grosero, Simplicio, ya sé que según la tesis aislada 1a. XLI/2018 (10a.) de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) ya no se pueden hacer extrañamientos ni multas a quienes hagan un “uso incorrecto del lenguaje” porque de lo contrario se vulnera el derecho a la libertad de expresión.

Simplicio: Decirle cabrón al Diablo no es grosería, es una descripción...

Diablo: Bueno, pero uno tiene su corazoncito y oídos sensibles.

Simplicio: Ya no sea llorón, no desvíe la atención y explíqueme eso de los sapos metafóricos...

Diablo: Como me aconseja el pagano Aristóteles, que tengo allá abajo conmigo, empecemos por mi Definición: ¨Algunas veces las circunstancias nos llevan a hacer cosas o tomar decisiones que resultan contrarias a nuestros intereses, inclinaciones o principios. En lenguaje popular, esto se denomina "comerse un sapo".

Simplicio: Pero si eso lo hacen todo el tiempo en la política...

Diablo: Exactamente, por eso una de las formas más aconsejable es ver a quienes las emplean con maestría. En el caso de ingestión de sapos metafóricos, los más eximios practicantes se encuentran entre tus colegas los políticos, algunos periodistas, los líderes sindicales y muchos empresarios. 

Simplicio: Pues creo que puedo aprender muy fácil, pero, ¿qué hago para que no me den gato por liebre, digo, sapos por ancas de ranas?

Diablo: Eso va a estar un poco más difícil porque seguro que el que te las vende es uno de los nuevos vendedores ambulantes que están alrededor del Congreso, vendiendo toda clase de fritangas y órdenes especiales como la tuya, aunque eso sí, en riguroso ´Tupperware´...

Simplicio: Exacto, y las entrega directamente a la curul...porque ya corrieron a las edecanes.

Diablo: Sí, y en cuanto lo supe, busqué y encontré fácilmente unos empresarios de la Cuarta Transformación como socios para la franquicia de clubes del Playboy que vamos a abrir a lo largo de la ruta del nuevo ferrocarril en el sureste, dispuestos a sacrificarse por la Patria y becar y dar empleo a las pobres ex edecanes despedidas, como Conejitas, para atraer el turismo...extranjero, porque el nacional va a estar en cuarentena, digo, en austeridad forzosa y no va a tener ni para el boleto del tren.

Simplicio: Serán empresarios de cuarta...

Diablo: No, de la crema y nata, son los que tienen capital abundante para estos grandes proyectos y los negocitos colaterales.

Simplicio: Me imagino que también tienes ya organizados a los ambulantes afuera del Congreso.

Diablo: Por supuesto.

Simplicio: Oye, Diablito, ¿y no podrías cuidar que me entreguen más seguido unas ricas ancas de rana, pero más baratas, a precio de sapo?

Diablo: Bueno, pero te va a costar tragarte unos sapos metafóricos aprobando algunas cositas que me interesa promover...

Simplicio: Malo, pero peor saben los sapos de a de veras, de acuerdo.

Diablo: Así me gusta, vas a llegar lejos en la política, Simplicio, a lo mejor, hasta a Presidente...

Simplicio:  Bueno, pues con esa salsa diabla ya desde ahorita me saben tus sapos metafóricos a ancas de rana bien sabrosas.

Diablo: Y te salió barato...

Simplicio: (Aparte: ¿No le habré vendido mi alma al Diablo por un plato de lentejas, digo, por unas ancas de rana? 

¿Oye, Diablo, y cómo le hago para quitarme este colorcito verde que me marca la cara?

Diablo: No te preocupes, en la vida política no importa el color y en el más allá con el calorcito de allá abajo te lo voy a quitar...vas a quedar todo rojo.

Simplicio: Chin...ya me llevó la... !

Diablo: ¿Qué dices, Simplicio?

Simplicio: !Viva México, Vivan los Diablos Cabrones!

Diablo: (Aparte: Este vulgarcito de Simplicio ya lo tengo en la bolsa...)

(Septiembre 2018)


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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado