Vil y denigrante gastadera

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Vil y denigrante gastadera

Lunes, 08 Julio 2019 00:08 Escrito por 
Vil y denigrante gastadera Con singular alegría

Recorro la avenida de Las Torres, desde Zinacantepec. Lugar muy cerquita de Toluca. Allí merito en donde iba a comenzar a circular para la Ciudad de México, el fabuloso tren que si nos va bien, circulará allá por 2026. Si no… jamás. Se quedará como ejemplo de una vil y denigrante gastadera de dinero -de esas que se acostumbran acomodar- los secretarios de Comunicaciones, del partido que a usted le de la gana. Todos son iguales. De nuevo digo: si bien nos va.

A este no lo pararon, como al que le dieron como concesión a los chinos que luego tuvieron que indemnizar. ¿Era el de Puebla? Creo que sí. O como la carretera de Cuernavaca que de nuevo, está a punto de volver a colapsarse.

Este nuestro, se fue parando paulatinamente en el transcurso del tiempo y la distancia. Y entre los escombros del adorado tren-metro… veo muchas… ¿cómo les llaman? Ballenas --por gordas y grandotas--, tiradas como si fueran la puritita basura. Conté cuarenta, hasta que le di la vuelta a Pino Suarez. Es como para Ripley. ¿Cuánto costará cada una, y por qué carambas no las retiran y las usan para otro metro, allá en el océano?

Todo el mugrero que usted se imagine, está en medio de dos grandes avenidas. Por supuesto que nadie ha dicho nada, y a ningún alcalde le importa qué hacer con ellas: Zinacantepec; Toluca; Metepec; Lerma; Huixquilucan; Cuajimalpa…

Todo lo largo de Las Torres, un muladar y un mugrero. Si quiere atravesar, y dar vuelta por esa avenida, tiene que estar muy, pero muy abusado, porque han tramos que todavía no se acaban de arreglar en esta avenida que ya cumplirá pronto 30 años. En fin… Otro cuento de hadas que no se cumplió.

Dicen que le grafitearon el ejemplo de tren que se quedó en Zinacantepec, cuando iban a venir a inaugurarlo: P… el que se suba, le escribieron. Luego le robaron las llantas. ¿A quién y para quién le servirán las llantas? Y en serio, hay grafitis, en los lados de las ballenas que están a una altura como de 20 metros… Qué proeza haber llegado tan alto. Individuos llenos de rabia y no tener que hacer. Pobres ellos.

Tan contenta yo. Me imaginaba que en diez minutos me subiría a la parada más cercana, y que Santa Fe me quedaría a otra media hora. Nada. Está circulando por toda la carretera, alto, alto, alto, con todo y terminales, pero al llegar a la Ciudad de México, no hay ni cómo acabarla. No obstante, el terrible y convulsionado tráfico que generó y miles de minutos de espera, para ir poniendo los altos postes que nunca han servido para nada. Solo para quitar espacio a la carretera y que saliendo del túnel que lleva a la segunda caseta de cobro y de regreso, ya le quitaron al cerro la mitad… Y tampoco nada.

Ese tren que pudo haber sido el sello de despedida del ex presidente Pena, el señor secretario en turno, ese Richar Gere, se las ingenió en hacerlo con las patas… Triste que nos gastáramos tanto y tanto dinero. Porque era de todos-todos.

No entiendo. Ya estoy igual que ellos. No entiendo que no entiendo. Y en realidad no entiendo absolutamente nada.

¿Para qué necesitamos un tren a la mitad? ¿Por qué nunca se les ocurrió acabarlo? ¿Por qué subirlo y no hacerlo al ras de la tierra? Me pregunto mil cosas y sigo sin entender.

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Gilda Montaño

Con singular alegría