Lerma/Estado de México
Mientras para algunos habitantes de Lerma vivir junto al río no es un martirio pese al fétido olor que emana de este cuerpo de agua, para otros vecinos los daños se resienten en la salud, sobre todo de niños.
Los ciudadanos aseguran que si bien ha aminorado el mal olor gracias a las plantas tratadoras de agua y las jornadas de limpieza, hasta el momento es "poco el trabajo" de las autoridades para limpiar este cuerpo de agua.
"En la actualidad huele mal, pero hace 27 años era peor, hasta con las ventanas cerradas se colaba el mal olor y las quejas de la comunidad eran diario, además del dolor de cabeza, las secuelas en el cuerpo eran insoportables", resaltó el señor Rubén Rangel.
Este señor de la tercera edad dijo que el organismo se acostumbra, "es maravilloso y lo máximo que dios nos dió", afirmó.
Dijo que el ejemplo claro es la aplicación de las vacunas, que si bien a Lerma no han llegado, pudo acceder al biológico en el Centro de Convenciones localizado en Toluca.
Platicó que la limpieza del río Lerma ha facilitado mejorar el ambiente, pues con el drenado han logrado retirar desde cuerpos de personas sin vida hasta refrigeradores, perros, salas o llantas.
"Tenemos que aguantar, no nos queda de otra", agregó, para aminorar el olor lo que hacen es cerrar ventanas, puertas, ponerle hasta cobijas o trapos a las rendijas para evitar la molestia.
El señor Alejandro Pérez de la Rosa originario del Barrio de San Nicolás, en San Mateo Atenco, afirmó que aunque no duerme ahí, pasa casi todo el día en el lugar porque ahí está su negocio y lamentó que las autoridades no tomen en cuenta la aportación de investigadores o de ciudadanos que tienen ideas para limpiar el lugar.
"Siento que eso sería muy importante para que se lleve a cabo la limpieza del río", opinó.
Dijo que hay quienes han presentado enfermedades respiratorias, sobre todo en niños, quienes no se acostumbran a vivir en este sitio, pues si bien hay gente que realiza jornadas de limpieza, hacen falta más.
