Baja California
Carlos Alberto Torres, esposo de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, anunció su renuncia a los cargos honorarios que desempeñaba tanto en el Ayuntamiento de Tijuana como en el gobierno estatal.
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El anuncio lo realizó a través de sus redes sociales, en medio de un clima de incertidumbre, luego de que en mayo pasado se diera a conocer que él y la gobernadora habrían sido notificados de la revocación de sus visas por parte del gobierno de Estados Unidos. Hasta el momento, no se han hecho públicos los motivos de dicha decisión por parte de las autoridades estadounidenses.
“Sé que, en momentos como este, la polarización y los señalamientos, aunque infundados no ayudan al clima que el estado y su gente necesitan”, escribió Torres al dar a conocer su decisión. Agregó que, por iniciativa propia hará “una pausa en los proyectos sociales y de participación pública en los que venía colaborando de manera honoraria”.
Torres afirmó que su salida se da con tranquilidad, confiando en que el equipo que deja continuará trabajando con compromiso. Señaló que dedicará más tiempo a su familia, a quienes, dijo, “hoy, más que nunca, elijo priorizar”.
También dejó abierta la posibilidad de regresar más adelante a la vida pública: “Sé que el tiempo acomoda todo, y cerrar esta etapa también abre la posibilidad de comenzar otra cuando sea el momento”. Mientras tanto, aseguró que se mantendrá disponible para amigos, familiares y quienes han confiado en él.
Carlos Torres ha tenido una presencia constante en la vida política y social del estado. Fue diputado local, delegado federal de la entonces Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), y director del extinto Seguro Popular. En años recientes participaba en proyectos comunitarios sin recibir remuneración. Sin embargo, su cercanía con el gobierno estatal ha sido criticada por la oposición y por parte de la ciudadanía, generando cuestionamientos sobre su influencia en la administración pública.
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