Continuamos hablando del comercio en nuestra Toluca en la década 1930-1940

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Continuamos hablando del comercio en nuestra Toluca en la década 1930-1940

Domingo, 28 Febrero 2021 00:15 Escrito por 
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Continuamos hablando del comercio e nuestra Toluca en la década 1930-1940; hoy comentaremos las calles alrededor de nuestros emblemáticos y referentes Portales.

Calle de Constitución:

La calle de Constitución corre paralelamente al portal del mismo nombre, que ya comentamos fue el primer portal en empezar a construirse en el año de 1831 por Luis Madrid; que anteriormente se llamó la calle del maíz, lugar de trueque y de gran venta de maíz, la semilla más importante por su consumo en el valle de Toluca, ya que en esta época apareció la moneda para efectuar las transacciones comerciales.

En esta calle se encontraban los siguientes establecimientos: en la esquina con Independencia, la cremería La Pastora, de don Ramón Peña; la librería La Minerva, de la señora viuda de Castañeda; la Fotografía Alva que se localizaba en los altos de Los Dos Polos de don Joaquín Izquierdo e hijos, donde se vendían artefactos eléctricos; enseguida y en el mismo inmueble, se ubicaba la papelería La Carpeta, de don José Merino, papá del conocido, estimado y destacado funcionario del Gobierno Estatal y Federal don José Merino Mañón (qepd); adelante se encontraba la tintorería Velox, que tiempo después pasó a ser propiedad de don Carlos Arochi; enseguida la cantina-salón Harman más tarde sustituida por la Mickey.

 

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Más adelante se encontraba la agencia de bicicletas del güero Rafael Gómez; enseguida la gasolinera El Águila, atendida primeramente por Vicente Ruiz y posteriormente por Nicolás Carrasco; se hace referencia a que este local fue ocupado después por la terminal de autobuses México-Toluca, Flecha Roja y Triángulo Verde; contigua estaba la carpintería de don Aurelio Gómez, conocido ebanista en la ciudad, abuelo de los propietarios de la cristalería Royalty (inquilinos de mis tíos del que suscribe Emelia Ozuna de Solalinde y Jesús Solalinde González, en la calle Libertad) hoy Hidalgo; enseguida se encontraba el café del señor Ang; la talabartería El Potro Negro, de Agustín Hernández; también un taller de reparación de máquinas de escribir del señor del Río; junto a este negocio se encontraba la agencia del periódico El Universal, a cargo del señor Horacio Legorreta originario de Jocotitlán, casado con doña Teresa Hernández Guzmán originaria del estado de Guanajuato; después se hallaba la peluquería El Heliotropo, del señor Flores, así como también el Banco del Estado de México, edificio estilo porfiriano cuyo interior mostraba sus extraordinarios mostradores y cancelería, incluyendo las ventanillas, que eran de madera tallada casi una réplica de un banco del lejano oeste, este banco tuvo una importante sucursal en el poblado de El Oro.

Esta calle terminaba con la casa propiedad de la familia Henkel, que posteriormente fue de Enrique Echeverri Noriega y en donde por muchos años estuvo en los altos la Cámara de Comercio, así como también las oficinas del PRM (posteriormente PRI); (recuerdo haber acompañado a mi padre Juan de Dios Ozuna Pérez, varias veces a ver, en ese entonces [década 1960], al licenciado Guillermo Molina Reyes que fungía como Presidente de dicho instituto político); en la parte baja estaba la Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Toluca, que tenía el acceso por la calle de Libertad.

 

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Avenida Independencia:

En el primer tramo de esta importante avenida se encontraban los siguientes negocios: Tejidos Nacionales de don Rafel Tapia, estableciéndose en los bajos de la extraordinaria belleza arquitectónica Casa Barbabosa, este comercio posteriormente se pasó del número 4 al número 22 de la misma avenida; en seguida se encontraba el expendio de ropa para obreros de don Antonio Karam, que tiempo después fue ocupado por El tranvía, de Miguel Mendieta; junto a este negocio seguía también la tienda de ropa para obreros de don Antonio Sesín; la farmacia de La Veracruz del químico José Hernández; enseguida la mercería y Novedades El Jonuco, de la familia Canán, a la que perteneció el joven José muy conocido en nuestra ciudad porque al caminar por la calle simulaba conducir una motocicleta o un avión; luego seguía la Miscelánea La Selecta; mercería propiedad de doña Carmela López de Benavides; en este mismo tramo y haciendo esquina con el callejón del Carmen, se encontraba el Jockey Club, del señor Galación Mendoza, lugar muy conocido por los toluqueños, ya que era también bar, con billares anexos y en un tiempo tuvo una sala de cinematografía.

En la acera sur de este mismo tramo de la avenida y junto a la Santa Veracruz, había otros comercios; en la casa de Elvira Soto existía un expendio de telas que atendía una de las señoritas Hurtado, local registrado a nombre de Amelia Ceballos; ubicado en Independencia número 3, donde anteriormente había estado la agencia Singer de máquinas de coser, en la casa de a lado del templo de Veracruz se localizaban: la nueva Nutria, sombrerería propiedad de la familia Camarena; la cremería La Vaquita de la señora María Contreras de Mañón, mamá de los señores Jorge y Rebeca Mañón; y la peluquería de Manuel, quien le hacía el corte de cabello a Rafel Dosal, como lo prueba una fotografía que servía de publicidad para el mismo negocio.

En la acera norte del segundo tramo de Independencia, estuvieron la gasolinera El Águila, cuyo concesionario era don Ricardo Mañón, construida por el afamado Carlos Hall, papá de Carmen, belleza toluqueña de la época; la farmacia y consultorio del doctor Aurelio Arratia; El Siglo XX, que tenía una marquesina de cristal y donde don Luis Medina, dueño de la fábrica de tejidos de lana San Pedro, de gran fama por la calidad de sus casimires; el sucesor, señor Luis Medina, fue hijo del gobernador del estado Manuel Medina Garduño. Aunque Luis estuvo en el instituto en el año de 1912, tuvo una vida de hombre de empresa y regresó a concluir su preparatoria en 1942.

En este local estuvo, posteriormente, el negocio La Nueva Fenicia, de Alberto Chemor, papá de Antonio, Ricardo, Lilia y Ruth, y abuelo de los estimados amigos Emilio, Elías y Pedro Chuayffet Chemor.

En el número 16 de la misma avenida encontramos La Violeta, fundada en el año de 1917 por don Antonio Abraham, en la casa con el número 20, el comercio de Antonio Kairuz, después ocupado por la tienda de la familia Jalil; en seguida, en el número 22 se encontraba el almacén de ropa y mantas de viaje La Esperanza, de José M. Maccise, familia a la que pertenecen los señores Jorge, Anuar, Juan y Esperanza; le seguía el expendio de ropa de María Alonso viuda de López. También se encontraban en este tramo los comercios El Fuerte Azul; y La Preferida de don Abdo Naime Kado casado con doña Murine Abraham (abuelo de mis grandes amigos Blanca y Alexander Naime Libien); el almacén de telas Las Fábricas de México de David Flores, originario de Almoloya de Alquisiras, quien también fue industrial y dueño de la fábrica de hilados y tejidos La Unión Industrial que estaba ubicada en la esquina de Galeana y Heredia (hoy Gómez Farías). En el número 24 se localizaban los comercios de don Antonio Guerra y Alberto Chemor; en el 26 estaba el almacén de abarrotes denominado J. Concepción Salgado (don Chón); y por último en la esquina con Juárez, A la Gran Barata, de Alfredo Curi y Antonio Assad.

 

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En la acera sur de esta avenida, en la casa número 9, propiedad de las muy estimadas y conocidas damas toluqueñas Lupita (qepd) y Yolanda Hernández Carrillo (mamá de mi gran amiga Mayoli Sagúes), sucesoras de don Eduardo Hernández, estuvieron los comercios La nueva Oaxaqueña, de curiosidades La Pastora, del señor Romero, y posteriormente, en el mismo local, la cremería y expendio de curiosidades La Pastora, de la familia de Pillo Peña; enseguida, la imprenta del señor Luis Rodríguez e hijo; y haciendo esquina con Aldama, la farmacia de La Luz, de don José Estrada Hernández, papá de los conocidos galenos Humberto y Gustavo Estrada Ocampo (este casado con la guapa dama Sarita Alanís) y del licenciado José Luis, distinguidos profesionistas y maestros universitarios.

En los altos de esta casa vivieron Máximo y Alfonso Pandal, ricos madereros. Entre el tramo entre Aldama y Juárez, en la acera sur estaba la botica La Moderna, de los hermanos José y Jesús Benavides; don Pepe era papá de Laura Beatriz, distinguida normalista, y don Chucho, quien era un gran deportista, papá de Margarita y Carmela, hoy en día esta farmacia es de los sucesores de los hermanos Benavides, la familia Garduño; enseguida a este negocio se encontraba la ferretería La Moderna, de Mauricio Rubisewski, de origen ruso-judío y papá de Alicia R. de Valverde en su momento consuegros de don Luis Echeverria Álvarez, expresidente de México. Posteriormente. este negocio fue traspasado a Moisés Vainer, papá del ingeniero Isaac y de la señorita Martha, actualmente este local es ocupado por la conocida zapatería Mona Lisa de la familia Mondragón; contigua a esta, se ubica la tlapalería La Sirena, del señor Vicente González Arratia, y en la esquina con la avenida Juárez, el expendio de telas Las Fábricas de México, de don Davis Flores Barrueta.

La Aduana Vieja;

Este lugar era conocido desde años atrás como “La Aduana”, seguramente porque ahí existió en su momento la oficina fiscal, este establecimiento perteneció en la década anterior 1920-1930 al español Pedro Diaz Toca, de quien por cierto una de sus hijas se casó con al comerciante Ignacio Zalvidea, que tiempo después se dedicó a los transportes.

En la década que nos ocupa, los propietarios fueron los hermanos Dosal, Celestino y don Pepe; quienes operaban bajo el nombre de Dosal y Compañía; vendiendo al por mayor azúcar y alcohol de caña y al menudeo abarrotes en general, en especial ultramarinos. El despacho de mercancías al menudeo era atendido por varios empleados uniformados con uniones u overoles gris obscuro, confeccionados por don Antonio Guerra; cuando no había clientela permanecían tras el mostrador de pie y cruzados de brazos; mencionaremos algunos de ellos: Mateo, Antonio Diaz, el señor Fernández y Pancho casado con Carmela Becerril, hija del administrador del Hotel Toluca.

Juanito y Juan Dosal, sobrinos de los dueños, operaban de vez en cuando el lujoso camión Daimon destinado al reparto de mercancías y al acarreo de alcohol y azúcar desde la bodega que tenían en la estación. Los empleados, que fueron posteriormente hombres distinguidos de negocios y empresas, gozaban de consideraciones especiales, pues comían y dormían en la casa de los dueños. Don Celestino se casó con la señora Garibay y sus hijos fueron: Lulu, Ernesto, el Güero y Carlos. Posteriormente don Celestino se fue a la ciudad de México, donde emprendió otros negocios; en tanto don Pepe permaneció al frente de la tienda hasta su muerte, y, por coincidencias del destino, mientras lo velaban su esposa falleció.

El crucero de las avenidas Juárez e Independencia resultaba muy transitado por peatones y vehículos que se dirigían al mercado nuevo o a los portales; aquí hay que señalar que el flujo vehicular en todas las calles era de doble sentido. En la esquina estaba la muy conocida tienda de abarrotes La Aduana Vieja, en esta misma casa de Independencia número 30 se ubicaba la ferretería y tlapalería El Imperio, de don Justino Romero, comercio típico, pues del envigado del techo pendía o colgaba gran cantidad de bacinicas de varios tamaños y colores, además de otros artículos de ferretería ligara; se expendían así mismo anilinas, artículos de escritorio y papelería; de la fina atención se ocupaba toda la familia.

En la casa número 34, en un local de planta baja, se ubicaba el despacho del contador Alberto Mena Flores, (padre de la conocida familia Mena Palacios) donde era notable una imagen de la Virgen de Guadalupe que podía verse desde la calle a través de uno de los canceles. En esta epoca estuvo temporalmente asociado con su colega José Alarcón.

En el número 36 se ubicaba Toluca Comercial S. A., ya descrita con anterioridad, así como los baños Independencia, de don Joaquín Sánchez.
Chemita García, tío de Andrés García Lechuga, instaló su agencia de correos y de la Kodak en el número 38; tenía un armazón y un mostrador de excelente talla en madera. En el interior de esta casa funcionó el taller de ropa de Abdo Naime Kado; (muy buenos recuerdos de este lugar donde pase parte de mi juventud en casa de don Nemer Naime y Yamel Libien de Naime padres de mis amigos Blanquita y Alexander Naime Libien) y la imprenta La Comercial, de Simón Santillán, familiar de la señora Carmela Quijano de Mier, quien era descendiente de una familia de impresores de abolengo de Toluca.

En esta avenida, esquina con Rayón, estuvo la agencia de máquinas de coser Singer, la tienda.

En el número 17 de Independencia esquina con Juárez 10 se encontraba ubicada la casa de las Diligencias donde en un tiempo estuvo ubicada la familia del licenciado Francisco Javier Gaxiola, donde estaba la botica La Guadalupana, de Amancio Gutiérrez, ahí lucían unos grandes jarrones de cristal con agua coloreada e iluminados a trasluz, sin faltar los botámenes, recipientes de porcelana para substancias empleadas para las recetas magistrales, medicamentos preparados en las mismas boticas; en la accesoria siguiente, la reparadora de calzado Atlas de don Salvador Velasco, con su característica máquina de coser Sticher a la vista del público; en seguida la talabartería de don Carlos Paredes.

Ocupaba la casa número 18 el Hotel Toluca de don Celedonio Gasca, hermano de don Agustín, en la planta baja se encontraban el restaurante de la señora Herlinda de la Sancha, viuda del conocido cocinero Mateo Alarcón, dueño del desaparecido Restaurante Gambrinus. Enseguida, la peluquería de don Andrés García, precursor de los ondulados permanentes. Con anterioridad este negocio estuvo en el número 81 de la misma avenida. Don Andrés se casó con la hermana de Guillermo González, conocido periodista de Toluca.

En el siguiente local estuvo una agencia de automóviles de marca Pierce, de don Ausencio Fernández, hermano de la guapa señorita Josefina Fernández; seguía en el número 21 el Mesón. en el siguiente local estuvo una agencia de marca Pierce, de don Ausencio Fernández; seguía en el número 21 el Mesón del Depósito, propiedad de Avelina y Blasa Ortega, sucesoras de don Juan Ortega originario de Lerma, esta típica casa colonial con balcones de fierro forjado y soberbios patios empedrados. En los bajos estaba la zapatería La Constancia, donde se elaboraba buen calzado a la medida, con un taller anexo en el que laboraban los operarios que se veían desde la calle a través de un bastidor con tela de gallinero. Tanto el expendio como el taller tenían un bien cuidado piso de solera de barro. Dicho establecimiento era de don Trinidad Arias.

¡Continuará………!


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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad