Nombres de las calles y callejones de la antigua y bella Toluca

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Nombres de las calles y callejones de la antigua y bella Toluca

Lunes, 30 Enero 2023 19:03 Escrito por 

Hoy hablaremos de algunas noticias relacionadas con nombres de las calles y callejones de la antigua y bella Toluca, tacita de plata con olor a sacristía:  en donde figuran los nombres de aquellos buenos tiempos en que la ingenuidad, los sentimientos religiosos y el patriotismo iban de la mano.

Empezamos con la calle de Lerdo, desde el costado norte del antiguo Palacio de Gobierno (hoy flamante sede del Palacio Judicial), hasta perderse en la calzada de Coatepec, llamándose la calle de Tenería; había que nombrarla así, pues hasta finales del siglo antepasado en dicha calle se encontraban establecidas varias curtidurías o tenerías, como se decía entonces a los talleres en que se manufacturaban las pieles.

Frente a la Biblioteca ubicada sobre la calle de Lerdo (hoy sede del emblemático Palacio de Gobierno) estuvo la calle de Suarez, donde por cierto ahí se instaló el primer Teatro de la ciudad; en esta calle se vendían cada viernes petates y otros artículos fabricados de tule.

En el tramo comprendido entre el callejón del Lic. Verdad y el del Carmen, estaba el Coliseo Viejo, lugar donde se ubicaba un convento.

La calle de Federación se llamaba el tramo desde Belisario Domínguez (hoy en día Plaza Fray Andrés de Castro) hasta Constitución (calle del maíz) de allí a Juárez e Independencia y a la calle de Rayón, se conoció por Independencia; de esta misma calle de Rayón a Sor Juana Inés de la Cruz era la calle de Bravo; después continuaban la de Victoria, la de Alquisiras, la de la Pelota, para continuar llamándose nuevamente de Independencia. Este viejo acceso a Toluca llevo mucho tiempo con una denominación netamente colonial: calle Real.

El viejo Rastro que estaba ubicado en la calle del Gral. Prim dio nombre a esta vía; calle del Matadero.

La calle de Gómez Pedraza fue la calle de los Delgado; en ella se encontraba la casa de don José María y don Agustín Delgado, ricos ciudadanos de Toluca que comercializaron en el ramo de pieles y animales. También ahí, en esa vía típicamente provinciana, abrían sus puertas varios mesones hasta los cuales llegaban indígenas de Ixtlahuaca, Xonacatlán y San Pablo Autopan, trayendo en pacíficos borricos (asno, burro) sus mercancías: madera, semillas y carbón.

Después de dejar el gobierno estatal el ilustre patriota don Mariano Riva Palacio, se le dio el nombre a la calle Riva Palacio, en honor a quien bien merecía tan esclarecido personaje.

A don Porfirio Díaz se le enalteció poniendo su nombre a la que se llamó Belisario Domínguez (que también llevó el nombre de La Concordia); este con justo título debe recordarnos a uno de los mártires más puros de la ciudadanía mexicana.

Recuerdo en mi niñez (1960-1970) en esta cerrada de Belisario Domínguez, en la época de las fiestas decembrinas, sobre la banqueta se vendían todos los artículos navideños para adornar las casas toluqueñas (heno, musgo, árboles de navidad e infinidad de artículos de la temporada) excelente recuerdo.

La primera de Aldama era el callejón de Navarrete; la segunda correspondía a la de López, y la tercera a la segunda también de López. La primera de Allende era el callejón de Llave, y muy antes fue la primera de Saraperos; la segunda de Allende, calle de Villagómez, antes segunda de Saraperos; la primera de Matamoros, calle de Manuel Alas, antes Terán, la segunda de Matamoros también se nombraba del Lic. Manuel Alas y con anterioridad fue el mexicanísimo callejón del Pinto; la primera de Galeana nos recuerda el legalismo de nuestros abuelos y se le designaba callejón de la Reforma, sustituyendo al de Cenizo con que se le distinguía; el segundo tramo de esta vía se le bautizó poniéndole el nombre de Alcantarilla; la primera de Bravo fue callejón de Bravo, antes Jácome; la segunda del anterior nos trae a la memoria la gloria de Morelos, y así se le conoce: callejón de Morelos.

Comentemos que los enciclopedistas, la Revolución Francesa y los ideales de Juárez se imponen en las conciencias de nuestros ancestros y los obligan a demostrarlo. La decisión no se hace esperar: es calle de la Ley la primera, ahora de Villada, de la Igualdad la segunda, de la Victoria, la tercera; y como pronto se apaga el entusiasmo democrático, los hombres de aquellos días dejan sus viejos rubros a los tramos viales subsiguientes: José Hernández y Simón Vázquez. Indudablemente filántropos o figurones de la época, que legan transitoriamente su apellido ilustre a la ciudadanía reconocida.

La ahora en día avenida Morelos, principiando por el poniente, fue sucesivamente primera de Cuauhtémoc, calle de Degollado, de Ocampo, primera y segunda de la Alameda, de Plutarco González.

Por lo anterior, podemos comentar que hay personas que no están conformes y aparecen entonces los nombres de los evocadores de Plutarco González; la actual Aquiles Serdán son las calles de Cruz Verde, de Aquiles Serdán a Lerdo; San Felipe ampara con el recuerdo de sus virtudes a los toluqueños de hace más de 100 años; la primera de Plutarco González es entonces calle de San Juan de Dios; la segunda es la de Jerusalén, y la tercera la del Hospicio; las dos primeras de Guerrero son las calles de nuestra señora de las Mercedes; la del Puente de San Fernando, la hoy Aquiles Serdán; la de Matlazincas, a quien injustamente se postergó, la llaman de la Cruz Blanca; los dos primeros tramos de Filisola son las estrechas calles de Santa Ana y los dos últimos del Campo Santo y de los Tocineros; las tres primeras secciones de Heredia, el inspirado cantor del Niágara, llevaron la designación de calles del Calvario, y las dos primeras de la avenida Hidalgo eran la primera y segunda de Santa Clara.

Los Jacobinos no se dan por derrotados y ponen al actual callejón de Nigromante el que ahora ostenta el primer tramo de la avenida Álvaro Obregón, el nombre de Arteaga; a la segunda de Mina del Pensador Mexicano; a la sexta de Degollado, y el de Gómez Farías.

Los tradicionalistas consiguen que se les llame a los últimos tramos de la calle de P. Ascencio callejones de los Pajaritos; a la de Quintana Roo, de la Garcesa; a la del Corregidor Gutiérrez, del Arrollo; a las de Heredia, al poniente de Villada, del Tornito; a la de Isabel la Católica, calles de Valle; a la tercera de la avenida Obregón, del Río Seco; a las de Ramón Corona, del Jazmín; a la primera de Rayón, al norte de la ciudad de la Fábrica; a la tercera de la Campana; a las de Degollado, principiando por el poniente de la de Heredia a la de Pino Suarez, de norte a sur, de los Toros, y después de Robles y de la Soledad; a un callejón que existía entre Pino Suarez y Humboldt, del Garabato; a la de Humboldt, calle de los Panocheros, en su primera parte, y en la segunda, de la Cerbatana; a la de Nacozari, calle del Rastro; a la del Pensador Mexicano de ahora, del Compositor, y al callejón de Arzate, que pocos conocen ahora, ubicado en la placita de la Merced, se le dio el nombre de callejón del Ratón.

Pero la anarquía se produce si pensamos que, desde la esquina de Villada, la actual Morelos, se llamó así; Hidalgo, Libertad, Allende, Morelos, Matamoros, Aldama y 5 de mayo.

La primera de la avenida Álvaro Obregón fue calle de Arteaga; la segunda, de Salazar; la tercera de Rio Seco, como ya comentamos; la cuarta de Sánchez Solís; la quinta de Mina, Archundia; la de Rayón, a partir de norte a sur, de Manuel Terán y el resto del Vidrio; el callejón del Carmen tenía el mismo nombre; la del Cura Merlín, ya así se la conoce; y por último. De muy antiguo se llamó a la calle en que está la conocida capilla de los Dolores calle de Chapitel.

(Fragmento del libro guía del Viajero en Toluca, de don Aurelio J. Venegas.)

Calle de las Víctimas y Callejones de nuestra ciudad:

Nuestra ciudad crece impetuosamente. Sin embargo, no fue así en el pasado. Anda por ahí un plano del que se desprende la lentitud con que se desenvolvió en años anteriores.

Hasta el año de 1903 apenas tenía 16 cuarteles, con 174 manzanas, una Alameda, 6 jardines, 4 portales, incluido el del Ricos, 3 plazuelas, 182 calles, 17 callejones, 19 barrios y 14 calzadas. En otra ocasión mencionaremos cómo estaban conformados los cuarteles que, en última instancia, sirvieron para la base de la división de la ciudad, no obstante, con grandes progresos urbanísticos.

Naturalmente los callejones tenían menor categoría que las calles, pero la historia de la ciudad, o parte de ella, tiene mucho que ver con los callejones, de los cuales eran los más conocidos los siguientes: callejón Navarrete, que después fue la primera calle de Aldama; callejón de López, que después fue la segunda de Aldama; la tercera de Aldama se llamó tercer callejón de López.

La calle de Allende, una de las más conocidas y tradicionales de Toluca, en la época colonial se llamó de los Zapateros y estaba formada por tres callejones, todos ellos de Zapateros. Durante la Reforma el primer callejón de Zapateros se llamó de Llave, en memoria de un liberal de ese apellido. En el segundo callejón de Zapateros, que después se llamó Villa Gómez, estuvo la famosa imprenta por muchos años de Juan Quijano.

La ahora populosa calle de Arteaga, o por lo menos la que fue hasta hace poco la calle de Arteaga, se llamaba en los años anteriores a 1903 calle del Río, precisamente porque el mismo río Verdiguel pasaba por ella.

Aunque nuestros buenos munícipes (presidentes) se hicieron bolas con la nomenclatura nueva, no quitaron los nombres ya tradicionales de Bravo y de Galeana a los que fueron famosos callejones de esta etapa colonial. Por ejemplo, la primera calle de Bravo se llamó por varios siglos callejón de Jácome, pero al establecerse el gobierno de Zavala cambió el nombre por el de Progreso.

La segunda calle de Bravo tuvo el nombre de Morales, precisamente en memoria de una de las víctimas de la Independencia, totalmente toluqueña. De manera que Bravo se llamó callejón de Jácome en los dos tramos; pero en épocas posteriores el primer tramo se denominó Progreso y el segundo de Morales. La conocida calle de Galeana se componía de cuatro tramos. El primero recibía el nombre de callejón del Cenizo, igual era el nombre del segundo tramo, que se encuentra entre los que fueron calle de Mina y Constituyentes. Este tramo también se denominaba por algún tiempo de Nicolás Romero, en memoria de tan insigne patriota. El tramo angosto y sucio que todavía existe entre Constituyentes y Heredia o, cómo se llama ahora Gómez Farías, se denominó callejón de la Alcantarilla, y el último tramo formaba parte del Cuatro o parque Abelardo Carranza y se llamó cuarto callejón del Cenizo.

Había, naturalmente, otros callejones los principales eran: callejón de San Juan de Dios, callejón de Nativitas, callejón del Arroyo, callejón del Jacal, callejón del Calvario, callejón del Tornito, callejón de Cúpula, callejón de las Panocheras, callejón de la Cerbatana, callejón de Robles, callejón de la Soledad, callejón de Terán o Manuel Alas, callejo n de la Cruz Blanca, callejón de los Gallos, callejón del Compositor, callejón de Pajaritos, callejón de Urbina, callejón de la Campana, callejón de la Vega, callejón de Coheteros, callejón de la Puebla, callejón de Mataderos y otros más, que a ustedes apreciados lectores me gustaría participaran en sus comentarios para agregar sobre nuestra historia de la bella Toluca.

Calle de las Víctimas:

¿Por qué se llamó así?

He aquí la narración de Lucas Alamán: durante cinco días los insurgentes batieron a Toluca con su artillería, especialmente desde el cerro del Calvario. Muchos jefes habiéndose reunido de todas aquellas inmediaciones Oviedo, Cruz, Albarrán, Montes de Oca, Rosales y otros de nombradía.

El carácter sanguinario de Rosendo Porlier se había formado con el ejemplo de las atrocidades que los franceses cometían en España y dio en esta ocasión una tremenda prueba de él. Tomaron en la acción a unos cien prisioneros indios, y el mismo día en que se obtuvo este triunfo los hizo fusilar a todos, puestos en fila en la calle principal de Toluca, no dejando vivo más que a uno solo, para que fuese a contar esta terrible matanza a sus compañeros.

La victoria a la que se refiere Lucas Alamán había sido alcanzada por Rosendo Porlier el día 18 de octubre de 1811. En el discurso que pronunció Ginés Quintana en 1828 recordaba que los insurgentes habían sido fusilados frente a las rejas del convento de San Francisco, que estaban precisamente en el lugar donde se encuentra ahora la entrada para la catedral. De ahí el nombre de Víctimas a una calle y de ahí el nombre de jardín de los Mártires el jardín más conocido de Toluca hoy flamante y recién remodelada Plaza de los Mártires.

Será fácil averiguar los nombres de las víctimas de Porlier si nos ponemos a revisar el libro de Defunciones de Indios y Catas, correspondiente al mes de octubre de 1811.

Eso sería un homenaje digno para un aniversario de la Independencia, mientras tanto mencionaremos los nombres de los munícipes de Toluca que defendieron los intereses del vecindario contra las presiones del sanguinario gachupín Manuel de la Concha, que tan mala fama dejo; estos fueron José García Rendón, Ángel Montes de Oca, Antonio Torres Castañón, Juan Francisco Herrera, Justino Valdés, Francisco Luis Serrano. Fungía como secretario el licenciado Juan Manuel Azorrey.


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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad