La mañana del domingo, la marcha multicolor, llamada Marea Rosa reunió a la sociedad civil, al PRI, al PAN y al PRD en la Plaza de la Constitución para realizar un mitin de apoyo a Xóchitl Gálvez y para exigir que el gobierno no se entrometa más en la elección, a las puertas del Palacio Nacional, amurallado, contrario a los sentimientos libertarios del pueblo mexicano.
En la tarde se transmitiría un debate que no sorprendió. Lo mismo de siempre. De las dos candidatas y el candidato no vimos nada nuevo. De Xóchitl, dos o tres momentos fuertes que desperdició como el de la virgen de Guadalupe en la falda de Claudia quien no es católica, así como su visita al papa Francisco, o la riqueza grosera de Manuel Bartlett y Rocío Nahle. Claudia convertida en estatua y un Máynez convertido en esquirol.
Sociedad, medios de comunicación, grupos de interés, los observadores del gobierno de Estados Unidos que lo vieron no lo olvidan y toman nota de ello. Ahora pueden medir quien puede y quien no, con quien cuentan y con quien no; cuál es el camino que seguirá Claudia Sheinbaum.
Claudia cuenta con el capital humano de AMLO, de nadie más, si no de donde lo sacó, si fue una funcionaria encerrada, poco carismática y atenta sólo a las indicaciones del gran jefe, a más de ajena a nuestra cultura. En cambio los seguidores de Xóchitl que se abrieron paso en la clase media, en la competencia, vienen de la cultura del esfuerzo y son pilar del país, del emprendimiento, de la generación de riqueza.
Somos capaces de unirnos frente a la defensa de lo nuestro, de nuestro hogar, de México, por nuestros centros de trabajo, por las empresas y trabajadores que generan los impuestos con los que se mantiene y gasta irresponsablemente este gobierno.
Por lo que hace a Taboada, mostró músculo, liderazgo, está empoderado, conoce la ciudad y sus problemas. Está cierto del camino a seguir, de su capacidad de entender y convertir en votos y en gobierno dicha capacidad.
Estamos cerca, muy cerca de la jornada electoral del 2 de junio en que se ha de defender cada voto, el que nos sigue llevando a la encrucijada de la paz y la libertad o a la barranca del desastre.
