A un paso de votar, me pregunto si estas elecciones nos merecen. No sé a ustedes, pero la desbandada de candidatas y candidatos me ha dejado con un mal sabor de boca. Esa unidad y seguridad que siempre deben reflejar los partidos me queda a deber cuando veo que después de declarar que nacieron con la bandera de su partido político, lo abandonan y se van a otro de “mejores propuestas”. Dicen, por ahí, que las primeras en abandonar un barco en peligro son las ratas y bueno, los que tienen sus ideales trastocados. ¿Cómo confiar en ellos?
Por otro lado, el acarreo de personas a mítines con bebidas incluidas que terminó en varios desmanes sin control e incluso strippers en Michoacán para convencer al electorado, me dejan pensando que nuestra manera de elegir representantes está guiada por la necesidad.
Me refiero a que atravesamos una crisis económica bastante fuerte y todos tenemos la fe de salir de esto. Las promesas de este año, pocas fueron ofrecidas como compromisos firmados. Sobre todo, las que tienen que ver con nuestras grandes carencias: agua, salud, seguridad y empleo.
No hay un solo partido que no diga que dichos rubros serán atendidos, pero ¿será así? Simplemente, el problema del agua es un tema delicado. Tiene que ver con escasez, con un problema de abasto, de pozos, de sequía, etc. No es solo prometer que, con alguno de ellos, nunca nos faltará el vital líquido, porque desgraciadamente es un problema no solo municipal, estatal o nacional, sino mundial.
Absolutamente todos dicen que mejorarán el pago de los policías para evitar la corrupción, pero no es un tema exclusivo de los salarios, es la tentación no solo de ganar un buen sueldo, también de tener otras cosas, vivir la vida de otros, por ejemplo, de un narco.
Nuestro sistema de salud está colapsado por falta de recursos, doctores, infraestructura, todo. Así que una promesa no lo levantará. Se necesitan políticas bien estructuradas para lograr que el sistema de salud renazca porque nos estamos acostumbrando a ir al doctor de cincuenta pesos e ir sobreviviendo con una mala atención médica.
A lo que voy es a que nuestras necesidades no terminarán solo porque Bronco amenizó una campaña o porque caminaron dos kilómetros los candidatos para demostrar que están en unidad, cuando sabemos que a la primera provocación saltan a otro barco.
En medio de este espectáculo de camisetas bien planchadas me gustaría pensar que podemos decidir lo mejor para nuestra familia, entorno, ciudad, para nuestro país.
No sé qué decida cada uno de ustedes este 2 de junio. El voto es secreto y cada preferencia es respetable. Solo le recomiendo dar más de una revisada a las propuestas de campaña de sus candidatos. No se vaya por el más sonriente, ni por el más prometedor. Busque al o la más coherente. Al o la que parezca tener las ideas más claras y el camino bien trazado. Incluso revisar cómo ha trabajado antes, si han avanzado sus proyectos o solo ha metido iniciativas que no han llegado a ningún lado, o en su camino político siguen a su mentor.
Nos merecemos otro tipo de campañas. Nos merecemos el tiempo para decidir. Si vas a votar, no lo hagas por el mejor show, o el que te ofrezca unos cuantos pesos, los cuales no serán suficientes para sobrevivir, porque al final del espectáculo, de quien se ríen, es de nosotros.
