Ninguna institución de salud, noticiero o especialista en el tema ha tenido la capacidad de orientar a la población de cómo protegerse mediante un hábito natural de alimentación ante las altas temperaturas y la radiación solar que se han registrado en primavera y que se espera sigan en verano.
Es tan sencillo hacerlo si el Estado tuviera la voluntad y a los especialistas para evitar que la población, a través de la propaganda comercial, recurra al consumismo de productos milagro o preventivos contra un elemento que por miles de años, el sol, ha acompañado a cuestas a hombres del campo, pescadores, navegantes, inmigrantes, entre otros.
La protección en contra de las altas temperaturas y los rayos solares radica en un derecho humano básico que debe ser garantizado por el Estado mediante una alimentación natural y saludable.
Es tan dudosa la aplicación de bloqueadores solares que la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) reformuló los estándares para reetiquetarlos al concluir que la mayoría ofrecen menos protección de lo que anuncian, como dio a conocer la agencia Ap.
El aborigen de la playa que pesca o navega bajo el inclemente sol durante 12 o 18 horas y que nunca ha sufrido melanoma o cualquier otro problema derivado de los rayos del sol, no ha requerido nunca un bloqueador solar y su vida ha sido larga y placentera, cuando su alimentación se basa en productos de origen natural.
Durante su cuarto y último viaje a América, Cristóbal Colón naufragó en la isla de Jamaica. Después de un año de haber encallado envió un bote con su escribano a la isla La Española en busca de rescate. En la travesía de 160 kilómetros, Diego Méndez fue acompañado por dos remeros aborígenes, pero uno de ellos murió de un golpe de calor, en tanto el otro y Méndez soportaron temperaturas cercanas a los 30 grados con intenso sol durante seis días en un bote abierto. No se sabe a ciencia cierta qué les permitió sobrevivir a estos últimos, pero se cree que estaban mejor alimentados, en comparación con el que falleció.
El folleto Cítricos frutas deliciosas que protegen tu organismo, que estuvo a la venta durante varios meses en supermercados, precisa que un elemento natural y el mejor preventivo contra los rayos solares lo constituye la toronja. Contiene alfahidroxiácidos (AHA), conocidos como ácidos frutales, molécula sencilla, que le permite trabajar de manera eficiente para llevar agua y minerales a la célula y mantenerla joven y resistente contra factores externos. Si quiere combatir arrugas y ahorrarse el carísimo botox y bloqueadores solares y mantener una apariencia juvenil en rostro, cuello, manos y piel consuma toronja.
El tomate, que también es fruta, es ante todo una medicina natural y al igual que la toronja, preventiva de muchos males. Jordi Sintes Pros, cita en su libro Virtudes curativas del tomate y otras hortalizas, que maduro es, como pocos alimentos vegetales, rico en vitaminas del complejo, A, B, C y E, lo que lo convierte en un excelente alimento para mantener la salud y prevenir muchos males como cáncer, vista y, cardiovasculares.
Las culturas prehispánicas ya conocían sus virtudes para estimular la fertilidad y combatir la impotencia sexual, como las del aguacate, pero fueron los franceses quienes lo bautizaron como pomme d´amour o manzana del amor. Por ser bajo en calorías y azúcares, al igual que la papaya, favorece a las personas obesas y diabéticas.
Pero el dato más interesante es el que dio a conocer la Universidad de Finlandia Oriental, de que es rico en Licopeno, potente antioxidante, diez veces más que la vitamina E, lo que previene de manera efectiva contra infartos cerebrales ¡Y EL CANCER!, sobre todo el de próstata y piel.
*Presidente de la ONG Franature
