Toluca/Estado de México
El miedo en la Central de Abasto de Toluca es evidente; comerciantes, locatarios fijos y semifijos, además de los consumidores, admiten que no queda de otra, acuden porque deben seguir trabajando y porque los precios son más económicos, no pueden evitar el lugar; sin embargo, algunos coinciden en que en dos décadas no habían visto algo similar.
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Ayer, nueve personas murieron calcinadas dentro de uno de los negocios en medio de locales comerciales de la nave 7 de la Central, frente al lugar de los hechos hay al menos cinco establecimientos cerrados, de acuerdo con el locatario junto al cordón de seguridad que resguarda la zona calcinada, no han podido abrir desde ayer, aunque se suma a las pérdidas económicas, pues este martes no ha podido vender nada.
En el lugar hay algunos compradores, el señor Andrés Manjarrez, habitante de Santiago Miltepec, dijo que lo sucedido ayer los intimida, pero comentó con su esposa que lo mejor era acudir solo a comprar lo que necesitan y salir lo más pronto posible.
“Nosotros venimos por el sustento, ahorita. No por otras personas vamos a dejar de comer”, dijo.
Si bien comentó haber visto seguridad, no de la policía estatal o municipal, por lo que teme que sean efectivos privados que no son de mucha utilidad.
“Este caso que ocurrió, es para que estén aquí (los policías) pero no hay nadie, únicamente los que resguardan la escena, es para que brinden seguridad”, reprochó.
Para los locatarios no es fácil hablar, si bien la mayoría coincide en que no conocían a las personas que murieron, dicen que no es seguro o no quieren meterse en problemas y prefieren evitar comentar algo. Solo observan como decenas de personas que pasan por el lugar se asoman para ver cómo quedaron los restos del negocio consumido por las llamas.
“Yo trabajo aquí desde hace 26 años, soy de Veracruz, vivo cerca de aquí y nunca había visto eso, he estado en muchas administraciones, con todos me llevo bien, los señores administradores, pero no había visto eso”, comentó .
Coincidió con otros locatarios que no conoció a los fallecidos y que si bien mucha gente se conoce en ese lugar, no todos sabemos el nombre o más datos.
La mirada de los locatarios es permanente, observan cómo los medios de comunicación acuden al lugar y que los elementos de seguridad privada verifican quienes platican con los reporteros, por lo que prevalece el silencio.
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