TOLUCA
Tristemente y para sorpresa de muchos, la presentación de la ópera Romeo y Julieta que se llevó a cabo el fin de semana en el Nuevo Teatro Morelos de Toluca, no tuvo lleno total, aunque sí buena asistencia.
A pesar de ser un espectáculo de gran nivel y costosa producción, que se acercó a los mexiquenses a través de Gobierno del Estado de México y la Secretaría de Cultura, de forma gratuita, hubo butacas vacías en sus dos presentaciones (sábado y domingo) en el Teatro Morelos.
Se desconoce si fue el resultado de una insuficiente difusión del evento, falta de organización en la distribución de los boletos, porque hubo personas que no acudieron pensando en que las localidades estaban agotadas o fue simplemente falta de interés en este tipo de espectáculos culturales por parte de los mexiquenses porque, desafortunadamente, siendo la ópera una de las manifestaciones artísticas más integrales, que conjunta música, teatro, danza, literatura (a través del libreto), pintura, artes plásticas, arquitectura (a través de la escenografía), iluminación, efectos escénicos, vestuario, etc., es también una de las artes menos apreciadas.
A pesar de ello, el público asistente disfrutó la espectacular interpretación de alrededor de 200 artistas, entre integrantes de la Orquesta Sinfónica Mexiquense, del Coro de la OSEM y de un gran elenco compuesto por jóvenes profesionales en la ópera, la mayoría de ellos ganadores de reconocimientos nacionales e internacionales, que por momentos hicieron vibrar a los presentes.
Destacó la participación de la soprano Angélica Alejandre, en el papel de Julieta, y del tenor Andrés Carrillo, en el papel de Romeo, todos bajo la batuta del Director Concertador Enrique Patrón de Rueda (considerado el mejor director de ópera en México).
La ópera Romeo y Julieta, “los amantes de Verona” basada en el drama de Shakespeare, se presentó en un prólogo y cinco actos. Actualizada y ambientada en el Medio Oriente, el director traslada el conflicto original la rivalidad entre las familias Montesco y Capuleto, comparándolos con los odios y constantes confrontaciones entre israelíes y palestinos.
Con música de Charles Gounod y libreto de Jules Barbier y Michel Carré, la ópera interpretada en francés, contó con subtítulos simultáneos proyectados en pantalla, que facilitaron la comprensión de la trama.
Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió cuando Angélica Alejandre (Julieta) interpretó el aria “Je veux vivre” (yo quiero vivir), haciendo gala de una voz espectacular que conmovió a los presentes.
Pasadas aproximadamente tres horas, la obra finalizó ante una mezcla de aplausos y ovaciones que perduraron por varios minutos por parte una audiencia emocionada que se dio la oportunidad de apreciar, la que es sin duda, una de las tragedias de amor más famosas de todos los tiempos, y una de las mejores puestas en escena que han sido representadas en esta capital mexiquense.
Cabe destacar la buena organización del teatro, que, en ambas presentaciones, el ingreso, al igual que el desalojo, transcurrieron rápido y de forma ordenada.
Lo cierto es que un recinto como lo es el Nuevo Teatro Morelos (recién remodelado), que ofrece comodidad a 2 mil 463 espectadores, y cuenta con la maquinaria de sonido, iluminación, escenario y todo lo necesario para presentar espectáculos de primer orden, no debe de ser desaprovechado.
Esperamos que el Gobierno del Estado y la Secretaría de Cultura continúen invirtiendo los recursos y realizando los esfuerzos necesarios para seguir fomentando la cultura en el interés de los mexiquenses a través de este tipo de obras
