Hace ocho años falleció, Soraya Jiménez a los 35 años de edad, víctima de un infarto al miocardio, los hechos ocurrieron en su departamento de la colonia Condesa, al cual llegaron sus padres y amigos más cercanos sin hacer declaraciones, aunque la noticia desató especulaciones y se dió en un total hermetismo ante la incredulidad hacia el suceso.
La originaria de Naucalpan, Estado de México, fue la primera halterista, que a escondidas entrenaba en el gimnasio del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), generó malestar entre algunos directivos, que rehusaban aceptar que las mujeres practicaran deportes exclusivos de varones.
Soraya superó esa misoginia para ser la pesista que mayores logros dio a México: primero, como medallista juvenil, y después se consagró con la presea de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, además de que estableció récords y títulos en torneos regionales y continentales en la categoría de 58 kilogramos.
A partir de su logro, su vida dio un giro insospechado. El éxito, la fama, las fiestas, el alcohol y los compromisos publicitarios hicieron mella en su salud y protagonizó escándalos que la identificaban como una deportista indisciplinada que tenía futuro, pero que estaba perdida en el camino.
Su agitada vida, la salud de Soraya y sus constantes lesiones en rodillas, codos y muñecas empeoraron. Fue intervenida quirúrgicamente 14 veces y sobrevivía sólo con el pulmón izquierdo desde que en 2007 le extirparon el derecho debido a la influenza tipo B que contrajo en julio de ese año durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
Para el 2011, Soraya Jiménez se incorporó a la Universidad Autónoma del Estado de México gracias a una propuesta de Fernando Platas en ese momento Director General del IMCUFIDE (hoy Secretaría de Cultura Física y Deporte) para que se hiciera un trabajo colaborativo, aprovechando la infraestructura con la que contaba la máxima casa de estudios de la entidad y la cual sería aprobada por el rector Eduardo Gasca Pliego y el Director de Actividades Deportivas (UAEM) Edgar Victoria Ramírez. ( año 2011)
En los dos años que trabajó a lado del entrenador Miguel Ángel Cantún Caamal, inmediatamente compaginó con la identidad de integración con el deporte universitario, pues en las propias instalaciones deportivas era el símbolo de atracción para la foto del recuerdo y la motivación para que los jóvenes practicaran cualquier actividad deportiva.
"Yo como director me impactaba verla y tenerla trabajando, imagínate, a la primera medallista de oro de nuestro país en los Juegos Olímpicos, impactaba no sólo a mí, sino al demás personal administrativo, ella llegaba muy temprano, hacía sus sesiones y luego desayunaba en la cafetería universitaria", recordó Edgar Victoria exdirector del deporte universitario.
Lamentablemente, a ocho años de su partida, es triste que las autoridades de la UAEM no le realicen un homenaje, sobre todo por el gimnasio que lleva su nombre el cual es utilizado para box y lucha grecorromana. En cuanto a la Dirección General de Cultura Física y Deporte del Estado de México sería importante que uno de sus tantos gimnasios llevara el nombre en honor a Soraya Jiménez Mindivil.
