Me dio mucha alegría ver a un par de novios caminando de la mano por un parque de esta capital mexiquense. Llamaron mi atención porque ella llevaba un oso de peluche y una rosa; él, un globo metálico con la frase: "Te amo". Ambos no tendrían más de 18 años.
Todo estaba perfecto hasta que él recibió una llamada; llamada que lo puso nervioso, y provocó que ella -la novia del oso y la rosa- pidiera ver el celular; él se negó en repetidas ocasiones en mostrarlo, pero, no sé de dónde sacó tanta fuerza la joven, que de un jalón ella ya tenía el celular y seguramente sin clave de acceso, pues su vista estaba fija en el celular mientras escribía un texto muy rápido a la par que le gritaba al pobre novio que estaba asustado, y sí, digo asustado porque el color se le fue del rostro, cuando ella le reclamó una llamada y mensajes.
Ambos manotearon, las flores y el oso terminaron estrellados en la cara del pobre novio quien, ya enojado, dejó ir su lindo globo. Quizá para muchos es solo un " pancho " o escena de celos, lo cierto es que ambos se faltaron al respeto, ¿pero tan jóvenes?, ¿y en una relación de adolescentes?, ¿eso justifica la violencia de los matrimonios?
Ya no supe en qué terminó aquella discusión pues mi bendición, a la que esperaba, por fin había salió de la escuela. Este tipo de escenas y sucesos se viven todos los días con mayor nivel de violencia; pero muchas parejas aseguran que no es violencia, pues, por ejemplo, burlarse entre ellos, ponerse apodos -no de amor, mielosos, sino de los que hacen referencia a un defecto o actitud- no es violencia, sino es algo natural porque así se llevan.
Las groserías y golpes también es algo normal cuando discuten, pues aseguran que estos episodios solo ocurren cuando existe una molestia.
El revisar tus redes sociales y controlar con quién te relaciones, señalan son acuerdos.
Yo diría que sí acuerdos, pero que tienen un alto grado de violencia.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo; el resto lo mantiene en silencio al considerar que estas conductas son normales, que no aumentarán y no se atreven a denunciar.
En el caso de México, nueve de cada 10 mexicanas, de entre 12 y 19 años, han sido agredidas durante el noviazgo.
La violencia en las relaciones sentimentales se refiere a todo daño físico, emocional o sexual, con el que se busca mantener el control en la otra persona.
Al principio la violencia podría iniciar con un comentario incómodo, subir a un jaloneo y terminar en los golpes o situaciones más peligrosas que acabarían en tragedia.
De acuerdo a estudios realizados por la OMS, la edad en que son más vulnerables a la violencia es en la adolescencia.
Lo lamentable que en esta época de noviazgo, cuando parece que todo es amor y miel, se dan los primeros indicios que serán una pareja violenta si llegan al matrimonio.
Lo malo es que nos estamos volviendo una sociedad violenta.
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