“Denuncia no seas tonta”, “Déjalo”, “Yo en tu lugar”, “No estás sola”, “¿Por qué aguantas tanto?”, son solo algunas frases que mujeres que sufren violencia han escuchado o hemos escuchado alguna vez en nuestra vida.
Las personas cercanas saben parte de la realidad, porque han sido testigos directos o indirectos de la violencia, pero a veces no intervienen porque se cree que en pleito de parejas, nadie debe meterse, porque el tercero en discordia queda mal y la pareja bajo las sábanas se reconcilia. Sin embargo; no podemos permanecer pasivos e indiferentes ante esta realidad que a diario enluta familias y marca vidas.
En la semana nos sacudió el hecho de violencia que una maestra sufrió cuando impartía su clase en línea, al escucharlo, no pude evitar llorar, sí de coraje e impotencia y hasta rabia, pero también al recordar viejas heridas y consciente de que muchas mujeres están viviendo una realidad similar, una realidad que supera las estadísticas.
Muchos se preguntan ¿por qué la mujer a veces aguanta tanta violencia? con tanta ayuda que hay del Gobierno, de Asociaciones y Fundaciones, así como instrumentos de denuncia y ayuda desde la alerta naranja, hasta los refugios para mujeres y brigadas de auxilio.
Sin embargo; la respuesta es simple, y son dos factores que predominan, el primero la dependencia ya sea moral o económica con su pareja, porque la mujer piensa en ¿cómo dejará a sus hijos sin padre?, ¿quién los va a mantener?, ¿quién cuidará de los niños mientras uno trabaja?, ¿a dónde se irá a vivir si no tienen otra casa?, en la familia no hay divorcios, ¿qué va a decir la gente? y muchos otros temas que impiden dejar esa relación violenta.
El segundo factor es porque no se dan cuenta que viven en violencia, porque ya naturalizaron la violencia y creen que la violencia es normal porque vivieron una infancia similar.
Es importante reeducar a quienes ejercen violencia y ayudar a salir del círculo de violencia a quien la vive, la violencia no es una forma de vida, y tenemos que llegar a más mujeres para romper ese esquema, en verdad no estamos solas, pero sí es preciso estar conscientes que la violencia que no se atiende termina en feminicidio y con la repetición del patrón en las futuras generaciones.
Recuerda, que aquí hay una mano de apoyo y este espacio para dar voz a quien necesite ser escuchada.
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