En la legislatura pasada, lo anticipamos, mutilar el Fondo de Salud y despilfarrar los ahorros extraordinarios destinados a la salud para financiar los gastos originados por una muy mala planeación financiera, en medio de la peor crisis que hemos enfrentado, era de la mayor incongruencia. Dicho fondo contaba en 2019 con 105 mil millones de pesos de los cuales hoy solo quedan 37 mil millones, que han sido utilizados en todo, menos en cumplir aquella promesa de la administración en turno de tener un sistema de salud como el de Dinamarca.
Por si esto no fuera suficiente, en su proyecto de presupuesto para el siguiente año 2023, el Tren Maya contará con 143 mil millones de pesos, Salud con 209 mil millones y el Programa de Medicamento Gratuitos para la Población sin Seguridad Social tan solo 81 milones, ¿en dónde están sus prioridades? Aunado a esto, se observan recortes preocupantes, pretendiendo aplicar su falsa austeridad con la disminución de 4 mil millones de pesos en el rubro IMSS – Bienestar, así como a Institutos Nacionales de Salud, entre ellos el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia con 14 mil millones de pesos menos, fieles a su costumbre de invisibilizar a los que no votan.
Lamentablemente, pasamos de ser uno de los países con mayor cobertura en el cuadro básico de vacunación, a la preocupante realidad de que dos de cada tres niñas y niños no cuenta con su esquema completo, lo que ha generado peligrosos rebrotes de enfermedades que se consideraban erradicadas, es gravísimo que ante esto, se resten 16 mil millones al Programa de Vacunación. Es inconsebible el nivel de vulnerabiliadad al que pretenden orillar a la infancia mexicana exponiéndolos a enfermedades que podrían costarles la vida.
Ante la falta de estrategia, claridad, visión, inteligencia y sensibilidad que tienen en un completo abandono al sector salud, las y los diputados de oposición estamos alistando un debate serio y profundo, no podemos permitir que continúe este saqueo a costa de la vida de las y los mexicanos.
No es un tema de política, mucho menos de colores o partidos es un tema de conciencia y humanidad. Una vez más se demuestra que gobernar sí tiene ciencia. ¿No sería más conveniente que el gobierno reconsiderara sus proyectos faraónicos, que insisto existen más en su imaginación que en la realidad, y utilizar ese dinero en la salud? La historia los juzgará...
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