Ahora que se avecinan campañas las/os ciudadanas/os se verán sometidos al bombardeo publicitario de las candidatas. Tendrá diversas modalidades: digital, impreso, en bardas, en espectaculares, con perifoneos y todo cuanto el ingenio humano sea capaz de inventar con el objetivo de persuadir a las/os votantes.
Tal es el caso de la movilización de simpatizantes. Dicen los políticos que cada persona que se moviliza comparte algo en una campaña, que pueden ser valores, la estructura en la que está inmersa o una estrategia pensada y diseñada para impactar con los motivos que le inspiren a manifestarse. Casi siempre las personas se movilizan por una causa que les apasiona, muchas veces no expresada, pero sí existente.
Para que las/os ciudadanas/os se movilicen es necesaria además de una causa, una organización jerárquica que le dé orden a la labor de los activistas que va a aportar experiencia y opiniones. Se requieren, por lo tanto, ciudadanas/os que pueden ser voluntarias/os, militantes de alguna organización y/o simpatizantes.
Hablamos de miles de personas. Nada más hay que tener presente que se instalarán 20,400 casillas para recibir el voto de más de 12 millones 600 mil mexiquenses inscritas/os en el padrón electoral. Cada una de esas casillas necesita 8 funcionarias/os (entre propietarias/os y suplentes): presidentas, secretarios, escrutadores. Agréguele usted dos representantes de cada partido político, es decir, 14 personas más. Así, podría llegar a integrarse un ejército democrático de casi 450 mil personas que se asegurarán que los votos de todas/os sean contados, y bien contados, en cada una de las casillas instaladas en todo el territorio estatal.
Existirán actos masivos que convocarán los partidos políticos, caravanas, reuniones diversas y, en este mundo hipercomunicado, cada candidata redoblará su esfuerzo para aumentar su presencia mediática, especialmente en redes sociales.
Hablemos de las técnicas de movilización. En primer lugar, para las candidatas es de suma importancia contar con un equipo permanente que requiere un trabajo intenso: invertir tiempo y esfuerzo en que todas las actividades estén planeadas, que sucedan sin contratiempos mayores y que sepan solventar cualquier imprevisto que se presente. Este equipo selecciona el territorio para llevar a cabo las actividades, lo común es hacerlo entre los favorables y desfavorables. Independientemente de si se es gobierno u oposición cada partido, en este caso cada coalición, analizará sus zonas rentables y en función de ello estará atenta a la evaluación de los gobiernos municipales, estatal o federal para aprovechar sus fortalezas y debilidades.
En toda la estructura que se armará, el papel central lo tienen las/os voluntarias/os que participan en las campañas y que hacen posible que se facilite la movilización de las/os potenciales electoras/es. Así, existen dos grandes rubros del trabajo que se realiza: las acciones en tierra con la candidata, casi siempre potencializando el llamado al voto duro y favorable, van puerta a puerta para propiciar la cercanía de la candidata y, a veces, organizan reuniones comunitarias y mítines. Por otro lado, está el trabajo sin candidata en las zonas no tan favorables pero que es necesario que llegue el mensaje a todas y todos, aquí son comunes los perifoneos, volanteo y mensajes en redes (de lo cual escribiremos más adelante), es decir, el ciberactivismo.
La clave es el contacto persona a persona, con el mensaje claro, sencillo y contundente, que además transmita confianza y cubra los temas que le interesan al electorado. Así, mi estimadas/os lectoras/es, otra vez es claro que ustedes tienen la llave para decidir la ganadora de esta contienda. Ustedes tienen que evaluar el desempeño de los gobiernos y determinar su apoyo a una candidata u otra.
Como lo he manifestado en otras ocasiones, como ciudadanas/os es fundamental que participemos, que asumamos nuestra responsabilidad, que nos informemos, que asistamos a reuniones con la candidata de nuestra preferencia o con su estructura, que convoquemos a nuestras/os vecinas/os, que llevemos nuestras inquietudes a los grupos sociales dentro de nuestro medio. Y también voy a insistir en otro aspecto muy importante, sepamos elegir fuentes confiables que nos proporcionen información verdadera, así creo tomaremos la mejor determinación y el futuro estará garantizado. Defendamos el derecho a decidir en el acto mismo de decidir. No sea que nos quiten ese derecho por no ejercerlo. Actuemos antes de que sea demasiado tarde y tengamos que lamentarlo.
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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