En septiembre inicia la Tremenda Corte
Sin lugar a dudas, a pesar de echar toda la maquinaria y el descarado acarreo y derroche multimillonario de recursos económicos para que su perversa y corrupta elección de Estado de la Reforma Judicial del domingo primero de junio resultara todo un éxito, a la presidente (con e), Claudia Sheinbaum Pardo, a Morena y a su autollamada 4T, les falló rotundamente su estrategia, ya que únicamente sufragaron 12 millones 600 mil ciudadanos de una lista nominal de más de 97 millones 917 mil 324 mexicanos.
El gobierno cuatroteísta esperaba un mínimo de 20 millones de personas que salieran a convalidar su farsa para “demostrarle al mundo que México es el país más democrático del mundo”, como siempre lo sigue asegurando la inquilina de Palacio Nacional, pero su triste realidad es que, con 80 mil casillas instaladas por el Instituto Nacional Electoral (INE), que mal dirige la morenista Guadalupe Taddei Zavala y el séquito de incondicionales del régimen amloísta —digo— sheinbaumista.
La realidad es que, con la perversa reforma judicial y la elección en la que tiraron a la basura más de 8 mil millones de pesos, Morena destruyó nuestra incipiente democracia, que es perfectible, que avanzaba paulatinamente —no tan rápido como lo esperábamos todos los mexicanos—, pero se abrían otros frentes para la inclusión de personas de todas las ideologías políticas, ante la infinidad de partidos que tenemos y de grupos sociales.
Dicho sea de paso, AMLO, CSP, Morena y la 4T desaparecieron y despedazaron la división de poderes, de cómo estaba dividida nuestra república, por los que tanto pugnaron nuestros antepasados.
Seis años siete meses fue el tiempo que le tomó al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) —que no es más que la copia burda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que se instaló y se llenó de tribus (la gran mayoría de la izquierda), que con el tiempo se fortalecieron para obtener cotos de poder en los distintos puestos de elección popular— que se pelearon, se dividieron y despedazaron al partido del sol azteca para transformarse en lo que es hoy: Morena, solamente que fue cooptada por grandes traidores y ex miembros (una mínima parte) de priistas, panistas y de otros partidos, llamado coloquialmente PRIMOR, repleto de traidores.
Es increíble escuchar a la jefa del Ejecutivo y asegurar que “fue un éxito e histórica” una elección tramposa, manipulada, en la que se violó flagrantemente nuestra Carta Magna, al permitir que el voto no fuera libre y secreto y que la ciudadanía haya ingresado a las casillas con sus “acordeones” impresos por los morenistas (inducción al voto), para sufragar por los candidatos a jueces, magistrados y ministros afines al partido en el poder, y en que solamente hayan votado 13 millones de ciudadanos en este fraude de elección que pasará a la historia junto con el del 2 de junio de 2024, en donde hubo anomalías en más de 60 mil casillas instaladas de las más de 170 mil.
Y su frase que nos deja impávidos: “¡Viva la democracia!” ¿Cuál democracia? Si AMLO, CSP, Morena y la 4T la dinamitaron en seis años siete meses, y que nos costó a todos los mexicanos más de 30 años construirla. Es lamentable que asevere Sheinbaum Pardo esta mentira, y más porque ella siempre se calificó de izquierda, pero demócrata. Lástima.
Es perverso que AMLO, Morena y su séquito de senadores y diputados de mayoría calificada —de igual manera validados inconstitucionalmente por el INE y el TEPJF— quienes de hinojos aprobaron todas y cada una de las iniciativas enviadas por el peor presidente de la historia de México, hayan acabado también con la separación de los tres poderes, que era como estaba dividida, y darle paso a su endeble dictadura, porque hasta hoy, desde que llegaron al poder en 2018, han demostrado que lo suyo no es saber gobernar: son destructores de la Constitución y de las leyes que de ella emanan, de las instituciones, de 109 fideicomisos y sus 68 mil millones de pesos; de los organismos autónomos como el INAI, garante del derecho de acceso a la información; la COFECE, que promovía la competencia económica; el IFT, que regulaba las telecomunicaciones y la radiodifusión; la CRE, que regulaba la industria energética; la CNH, que administraba los hidrocarburos; el Coneval, que evaluaba la política de desarrollo social; la Mejoredu, que mejoraba la calidad de la educación.
Para quedarnos sin nada. Con un gobierno que no genera riqueza, ni crecimiento económico, ni estabilidad social. El crimen organizado sigue operando a sus anchas en toda la República Mexicana. Un sistema de salud medio eficiente, porque el Insabi, creado por el tabasqueño, fracasó. Y una larga lista de yerros y de obras magnas que siguen perdiendo desde su creación y que nunca serán autosuficientes.
Otros que decepcionaron a su movimiento en la elección de Estado y en las intermedias de Durango y Veracruz fueron María Luisa Alcalde y “Andy” López Beltrán, que encabezan mediocremente a Morena, porque no son políticos, son remedos; ahora se placean por toda la república para “convencer” y afiliar a 10 millones de mexicanos.
Estos líderes de escritorio no tienen un ápice de conocimientos de política social, mucho menos de políticas públicas, mucho menos de gobernanza. La paupérrima retórica que maneja Luisa María Alcalde Luján es desastrosa, se basa en lo que mal hicieron los gobiernos neoliberales, mas no en lo que puede construir Morena, que no sabe cómo hacerlo.
Y de Andy, quien regresó muy “indignado” de su gira por Durango, porque —muy retador— afirmó que nunca lo llamaron por su nombre, porque “les daba miedo”. ¡Uuuuy Mufasa! Porque, como tampoco ve la realidad de México, aseguró que su padre dejó un gran legado para nuestro vapuleado país, “porque ha sido el mejor presidente de México”. Vaya locura de afirmación. ¡Que alguien le explique!
Es preciso mencionarlo: Morena retrocedió en ambas entidades, gracias a la inexperiencia política e ineptitud de Andy y María Luisa, y de la gobernadora jarocha (aunque nació en Zacatecas), Rocío Nahle, pues en Veracruz los guindas retrocedieron en estas elecciones, porque tenían en su poder 103 municipios y ahora solamente gobernarán en 84. Y fue apoyado por sus rémoras de los kiwis del PVEM.
SE ALISTA LA TREMENDA CORTE MEXICANA
Por lo que respecta a la Tremenda Corte Mexicana, iniciará actividades el 1° de septiembre próximo. Recordemos que fue una fabulosa y muy simpática comedia radiofónica producida en La Habana, Cuba, y transmitida ininterrumpidamente entre 1942 y 1961, y replicada en otros países, incluyendo el nuestro en la década de los 60 y 70, y que tuvo gran éxito por sus inigualables diálogos, con el carismático e inolvidable “Tres Patines” y “Nananina”, con unos diálogos sensacionales y simpáticos.
Ojalá la Tremenda Corte Mexicana fuera igual de simpática, situación que no sucederá, y menos con las “carismáticas” ministras de Lenia Batres Guadarrama, que nunca aprenderá a ocupar su cargo (porque le queda enorme la silla), o la “amena” de Jasmín Esquivel.
Y cuando tomen lista el primero del mes patrio, rememorarán a: ¡Gumersindo Caldeiro y Escobilla!, contestará: ¡Presente! Y para cerrar: ¡“José Candelario Tres Patines”!, y contestará: ¡“A la reja”! Seguramente será una jocosa Tremenda Corte, porque siete de los ministros usan...
Así pues, la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedará con nueve ministros afines a Morena (el Poder Judicial cooptado por los guindas), la mayoría de ellos sin tener carrera judicial ni entender un céntimo.
Los impuestos por AMLO son: Hugo Aguilar Ortiz (presidente por dos años, ya que la presidencia será rotativa); la ignorante de Lenia Batres Guadarrama (quien será presidenta en el periodo 2027-2029; ¡será el colmo de colmos!), Jasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz y Estela Ríos. Los tres ministros impuestos por Claudia Sheinbaum son: Arístides Guerrero, Giovanni Figueroa y Sara Herrerías; y el último lo puso Clara Brugada y será Irving Espinosa.
Así de “honesta” será la Tremenda Corte, un émulo a la verdad: entrará corrupta, hedionda, un desacierto más de Morena y la 4T, que se caracteriza por errar diariamente, sin virar el rumbo. Creen que todo lo que hacen ellos está muy bien, porque se sienten los dueños del país, y se equivocan rotundamente. México pertenece a los más de 30 millones de mexicanos.
Por cierto, Hugo Aguilar Ortiz se dice indígena mixteco, que, si bien es descendiente de ellos, es más bien mestizo; una mentira más de este oaxaqueño, porque trae un historial delicado que en las próximas entregas lo analizaremos.
Aguilar Ortiz presume a los cuatro vientos que no conoce realmente de leyes ni posee experiencia en la carrera judicial. Siempre anda vestido con guayabera y dijo que se vestirá con la de gala, porque él no usa traje ni usará la toga ni el birrete, y que presentará una iniciativa para que se vista de la manera a la que está acostumbrado.
De inicio, ya cometió su primera pifia, pues declaró equivocadamente sin leer la responsabilidad que tendrá a su cargo. Resulta que existe un decreto presidencial publicado en 1941 (periodo de Manuel Ávila Camacho) que establece el uso de la toga, por lo que contestó por segunda vez equivocadamente: que presentaría una iniciativa para cambiar las reglas, por el simple hecho de que los ministros no pueden presentar iniciativas, porque éstas le corresponden al Poder Legislativo.
Como puede usted observar, apreciable lector, el nuevo presidente de la SCJN ignora absolutamente todo lo relacionado a dicho poder y a su nuevo encargo. Es una pena que Morena y la Cuarta Deformación pretendan seguir engañando a los más de 130 millones de mexicanos. Su Teatro Fantástico se les está cayendo a pedazos y no tarda en derrumbarse por completo. Lo que mal comienza, mal acaba.
Por supuesto que el Tribunal de Disciplina Judicial también será propiedad de Morena, ya que de los cinco magistrados que lo integrarán, cuatro son afines a Andrés Manuel López Obrador, que todo indica que sigue gobernando nuestro cada vez más vapuleado país. La perversidad e intromisión del tabasqueño no tiene límites, ni hay tampoco nadie que lo ponga en su sitio. Sigue siendo la mano que mece la cuna.
Los nombres de los magistrados que “ganaron honestamente la elección” son: Celia Maya García, Verónica de Gyvés Zárate, Índira García Pérez, Bernardo Bátiz y Vázquez, y Rufino León Tovar. ¡Así o más clara la perversa reforma y la elección del Poder Judicial, impuesta por Morena y no por el pueblo, como lo declara todos los días la inquilina de Palacio Nacional!
Como colofón, es preciso señalar el número de votantes en este fracaso y farsa de elección, repleta de inconsistencias jurídicas, de transparencia, de legalidad, de certeza, de imparcialidad. Fue un ejercicio antidemocrático que deberá ser anulado por la manera en que se desarrolló.
Y para reforzar mi comentario, plasmo los siguientes datos importantes: sufragaron 12 millones 600 mil ciudadanos, de una lista nominal de 97 millones 324 mil mexicanos; se anularon un millón 358 mil 342 sufragios; en blanco hubo un millón 517 mil 015 votos, que suman entre ambos 2 millones 875 mil 357 votos nulos. Nos da un total de 88 millones 319 mil 381 personas que no votaron, lo que representa el 90.19 por ciento del total de la lista nominal.
El total de la raquítica participación real fue del ¡9.81 % de los mexicanos! A esto le llaman que fue un exitazo de elección judicial y que nos catapulta como “el país más democrático del mundo”. Es vergonzoso e indignante que se declare y se asevere lo anterior, cuando la realidad es otra. Adiós a la incipiente democracia que Morena ha despedazado en seis años y siete meses, cuando nos tardamos más de 30 años los mexicanos en construirla. ¿Qué debemos hacer los más de 120 millones de mexicanos que no estamos de acuerdo con esta elección fraudulenta?
