Más que decepcionar ya es de risa que conforme pasan las semanas y se acerca el primero de diciembre, Andrés Manuel López Obrador va modificando, ajustando, suavizando y olvidando, varias de sus premisas de campaña.
Por ejemplo, sobre su promesa de bajarles el salario a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el asunto quedó en que no puede hacerlo, pues es un poder autónomo; claro que es autónomo, eso siempre lo hemos sabido, aquí lo relevante es la tomada de pelo a sus simpatizantes, muy al estilo foxista, que por un momento creyeron ilusamente que esta propuesta se haría realidad.
Pero el tema que verdaderamente me parece una verdadera vacilada a la opinión pública es la advertencia, ya a estas alturas lúdica, que lanzó López Obrador a las instituciones del estado, de que no recibiría la constancia de mayoría que lo acreditaba como presidente electo, hasta que el candidato de Morena al gobierno de Puebla, Miguel Barbosa, fuera avalado por el instituto electoral de ese estado como ganador.
Recordemos que, oficialmente, la contienda la ganó la candidata frentista, Martha Erika Alonso (esposa de Rafael Moreno Valle), por lo cual los morenistas han impugnado por todas las vías para tirar la elección y llamar a un nuevo proceso.
Pues resulta que el señor presidente electo otra vez no cumplió. Él recibió la semana pasada su constancia y como quien dice, ¡Ahí nos vemos, Barbosa, ya soy presidente electo y ráscate con tus propias uñas!
Claro que envío a Yeidckol Polevnsky para mantener el espaldarazo a Barbosa, pero con el pequeño detalle de que ni de palabra ni de cuerpo presente le cumplió al ex abanerado morenista en tierras poblanas. Algún huesito le tocará, menos el de gobernador.
Y ya para cerrar esta reflexión semanal, no puedo dejar de mencionar el madruguete que nos metieron a quienes usamos el Circuito Exterior Mexiquense, pues, literal, la madrugada del pasado sábado se anunció un aumento de entre cinco y 10 por ciento en sus 31 casetas, pese a que apenas en febrero se registró un alza en las tarifas de 6.2 por ciento; ambos incrementos fueron autorizados por la Secretaría de Comunicaciones del Estado de México.
El encarecimiento para ser muy gráfico, pega de la siguiente forma: los usuarios que pasen por la caseta de Los Héroes por un tramo de sólo dos kilómetros tendrán que pagar 15 pesos (un peso más) y los del paso de Tultepec pagarán de 69 a 78 pesos, mientras que los habitantes de Las Américas pasaron de pagar 52 a 55 pesos por un recorrido de menos de seis kilómetros.
En números cerrados, el Circuito Exterior Mexiquense representa más de 51 por ciento de las ganancias de la empresa española OHL en México. Según su último reporte trimestral ante la Bolsa Mexicana de Valores, el pasado 27 de julio la tarifa promedio por vehículo, sin incluir el actual aumento, fue de 32.03 pesos, 12.7 por ciento más con respecto al mismo periodo de 2017, cuando el costo promedio fue de 28.41 pesos. Vaya que OHL no deja de ser la empresa consentida.
