¿Está México en crisis?

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Publicado en Opinión

¿Está México en crisis?

Domingo, 01 Diciembre 2019 00:08 Escrito por 
¿Está México en crisis? Periodismo y democracia

El pasado lunes 25 de noviembre el INEGI publicó las cifras corregidas del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México. El PIB mide todas las actividades productivas y de servicios de un país dentro de sus fronteras geográficas; y los datos para México nos dicen que éste indicador no reportó variación en términos reales durante el tercer trimestre de 2019 respecto al precedente, con cifras ajustadas por estacionalidad. En otras palabras, México no creció a lo largo de un año; o sea que la economía está estancada.

En anteriores colaboraciones ya habíamos mencionado el riesgo de esta situación, dadas las tendencias hacia abajo sobre todo en la inversión fija, tanto pública como privada, y nos atrevimos a sugerir algunas medidas que revertieran esa tendencia.

Pero ahora el mismo INEGI nos dice que en octubre, la Tasa de Desocupación nacional se incrementó a 3.60 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), la más alta desde diciembre de 2016, cuando fue de 3.63 por ciento (la tasa de desocupación se refiere al porcentaje de PEA que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta, pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo).

En cuanto al comercio exterior, se nos ha informado que, con cifras ajustadas por estacionalidad, en octubre de 2019 las exportaciones totales de mercancías reportaron un crecimiento mensual de 0.27%, el cual se derivó de la combinación de un alza de 0.59% en las exportaciones no petroleras y de un retroceso de (-)5.98% en las petroleras.

En otras palabras, la economía en su conjunto no va bien.
Pero ¿por qué no va bien?

El círculo virtuoso de la economía nos dice que, a mayor inversión, mayores niveles de empleo, y mayor cantidad de empleos significan mayores ingresos y por lo tanto mayor demanda de bienes y servicios; y esta mayor demanda, a su vez, genera mayores incentivos para invertir y el ciclo se repite.

Por el contrario, el círculo perverso de la economía nos dice que, si no hay inversión, no hay empleos, no hay demanda y las empresas no invierten, generando más desempleo y mayor caída en la demanda y así sucesivamente.

La caída en la actividad económica implica también menores impuestos, o sea menores recursos disponibles para el gobierno. Por esa razón, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) usará 150 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), para compensar el faltante en ingresos hacia el cierre de 2019, como consecuencia de la desaceleración económica; esta cantidad representa 57.7 por ciento de los recursos reportados por el FEIP al cierre del septiembre del año en curso, los cuales alcanzaron 260 mil 185 millones de pesos.

Lo malo de esto es ¿y si se presenta una emergencia económica, como una caída drástica de los ingresos petroleros? Y crucemos los dedos para que no suceda.

La economía ha venido cayendo en una espiral de baja actividad económica que no es corregible con buenas intenciones ni con becas. A menos que estos apoyos estén sustentados en creación de riqueza, es dinero tirado a un barril sin fondo sin contrapartida de bienes o servicios producidos.

La situación a futuro no es fácil: el Banco de México (Banxico) prevé que la economía del país tenga un crecimiento cero este año o incluso que se contraiga. De hecho, para este 2019, su estimación de ‘crecimiento’ está en un rango de entre menos 0.2 y 0.2 por ciento; ¿quiere el promedio? 0 por ciento de crecimiento para este año.

Analizar como caímos en esta situación formó parte de nuestros análisis publicados anteriormente; ahora lo que hay que analizar es como salir de esta situación.

Lo primero es aumentar la inversión. Y aquí el gobierno actual se vuelve a mostrar, una vez más, más neoliberal que los anteriores gobiernos: deja el peso de la recuperación, entiéndase la inversión, en manos del sector privado.

Esto no deja de ser una expresión de buenos deseos, pues sin seguridad jurídica y social no hay inversión. Se debe dar seguridad a la inversión: hacer valer el estado de derecho. La inseguridad en general atosiga no solo a los negocios, sino la misma convivencia social: ya no es posible salir con la familia en varios estados de la república a un paseo que involucre carreteras, sin el temor a ser asaltados.

El Estado debe reasumir su papel rector y no solo estimular la inversión, sino que él mismo debe invertir.

Perdón por la insistencia, pero gasto corriente no es lo mismo que inversión ¿qué va a pasar el día de mañana cuando cambie el actual gobierno y una nueva administración señale la necesidad de anular las becas a los ninis?

Es necesario que el gobierno redirija su gasto hacia la inversión, sobre todo la inversión en infraestructura. La inversión extranjera directa se está dirigiendo hacia allá (no son tontos), pero no podemos descansar en esos capitales para el desarrollo del país.

Falta una reforma fiscal de fondo que aumente la captación de recursos por parte del gobierno; algunos pasos se han dado, pero aún quedas muchas actividades sin gravar. Y no estamos hablando del ahorro y las pensiones, las cuales no deberían ser gravados pues ya se ha pagado el impuesto sobre la renta correspondiente, al momento de recibir sus emolumentos los trabajadores.

Es momento de retomar el círculo virtuoso; antes de que el círculo perverso nos acabe.

1) Doctor en economía por SciencesPo París; profesor-investigador en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco.

2) Como señala el mismo INEGI, la gran mayoría de las series económicas se ven afectadas por factores estacionales y de calendario. El ajuste de las cifras por dichos factores permite obtener las cifras desestacionalizadas, cuyo análisis ayuda a realizar un mejor diagnóstico de la evolución de las variables.


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Dr. Vidal Ibarra Puig

Articulista invitado