Un plan para evitar una gran crisis en la economía mexicana

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Un plan para evitar una gran crisis en la economía mexicana

Domingo, 29 Marzo 2020 00:06 Escrito por 
Un plan para evitar una gran crisis en la economía mexicana Periodismo y democracia

Desde mediados del año pasado, veníamos advirtiendo de la desaceleración de la economía mexicana hasta que, en diciembre, podíamos decir que, técnicamente, nuestro país estaba en una recesión económica.

Esta situación se agravó por la irrupción del coronavirus, la cual ha llevado a la interrupción generalizada de la producción en diferentes países, y con la existencia de la producción compartida (o cadenas globales de valor), lleva al cierre de otras empresas en otras naciones, como la nuestra, por ejemplo, a través del sector maquilador y otros, pues ya no se exportan partes que se requieren en otros países, o incluso se han caído las ventas en los mercados de destino.

En este contexto, como preveíamos, la primera actividad global afectada fue la del turismo y con ella, todo lo relacionado con el mismo; incluso aún ahora hay barcos de cruceros navegando por el mundo sin poder tocar puerto, pues tienen pasajeros infectados con el covid19 a bordo.

Todo lo anterior ha repercutido en México. Cierre de empresas, retiros forzados sin pago, a pesar de que la Ley vigente lo impide; por otro lado, empresas que cierran, pero mandan a sus empleados a su casa con sus sueldos pagados. O, por el contrario, empresarios que dicen que la tasa de mortalidad es muy baja, que el coronavirus no es un virus letal y que hay que seguir trabajando.

En esta parálisis global de actividades de producción, el sector automotriz ha sido duramente golpeado, tanto en sus ventas al exterior de autopartes y automóviles, así como por la parálisis de los mercados internos, situación a la que no escapa la industria automotriz mexicana.

Como sea, es un hecho que la economía mexicana está paralizada, y esta parálisis amenaza con extenderse por varios meses, pues no se ven acciones concretas para sacarla de este letargo.

¿Cuáles podrían ser los elementos básicos de un plan de emergencia económica para esta situación, inédita en nuestro país y el mundo?

Podríamos comenzar por dos elementos que ya hemos abordado: la política monetaria y la caída en la inversión.

El Banco de México debe de mantener una política monetaria no contraccionista manteniendo una tasa de interés baja. El primer movimiento ya lo ha hecho, pero también debemos de recordar que no puede bajar demasiado su tasa pues los capitales externos se irían y esto sí sumiría al país en una crisis inimaginable.

De cualquier manera, la señal creo que ha sido clara a los mercados: el banco central está en disposición de apoyar una política anticontraccionista de la economía. Y las señales son importantes.

El segundo elemento, el de la caída en la inversión, es más complejo. El manejo de la política económica durante el año pasado se fue acomodando conforme las nubes de una recesión se cernían sobre México, de tal manera que, para compensar la caída en los ingresos en 2019, el Gobierno encaminó su política a una reducción del gasto neto (la caída en los ingresos se daba pues una economía en paro no genera impuestos y por lo tanto el gobierno no tiene recursos).

El objetivo del gobierno era que el déficit público siguiera siendo en realidad, de 2 puntos positivos del PIB, o sea superávit, igual que los anteriores gobiernos neoliberales.

En otras palabras: no solo es la inversión privada la que es necesaria; la pública se detuvo también en aras de destinar más y más gasto al rubro corriente, ese que se deriva de las becas a los desempleados que tampoco estudian y a sectores vulnerables de la economía, como los adultos mayores.

Esta falta de inversión pública y privada es la incapacidad manifiesta de la economía por generar empleos, por lo que se encuentra entre uno de los factores que ha influido para que mucha gente se emplee en el sector informal de la economía, además de las ventajas que se tienen en este sector al no pagar impuestos: se calcula que más de 31 millones de mexicanos laboran en la informalidad, con las ventajas y desventajas que ello implica.

Por otro lado, no estamos juzgando aquí si moralmente es o no correcto dar esos apoyos a los adultos mayores; lo que queremos poner a discusión es que esos programas tienen que fondearse de alguna manera. No se ha querido hacer una reforma fiscal, tal como ya lo hemos sugerido y la deuda no se ha querido aumentar demasiado (la deuda interna del gobierno federal pasó de 9,270 miles de millones de pesos en diciembre de 2018, a 10,597 miles de millones de pesos a enero de 2020; por su parte, la deuda externa del sector gubernamental pasó de 202 miles de millones de dólares a 213, 307 miles de millones de dólares en el mismo periodo, según datos oficiales).

Por otro lado, las empresas enfrentan fuertes presiones al no haber ventas; y son pocas las que pueden apoyar al 100 por ciento a sus empleados con su sueldo en esta situación (acción muy encomiable); pero entonces es necesario que también el gobierno las apoye, mostrando alguna flexibilidad hacia ellas, por ejemplo, en el cumplimiento de sus obligaciones.

En este contexto, una serie de medidas a considerar para que el país salga de este estancamiento, o que no se hunda más la economía, sería:

1. Dar dos meses de prórroga para permitir que las empresas presenten sus declaraciones anuales. Mismo periodo de gracias para las personas físicas.

2. Impulsar el gasto público, aunque esto signifique un déficit en las finanzas: medio punto o incluso un punto del PIB como déficit no es algo grave, y puede corregirse una vez que la actividad económica se recupere y el gobierno vuelva a cobrar impuestos.

3. Este gasto debe darse, con las actuales limitaciones del caso por la actual pandemia, dirigido hacia la inversión, no hacia el gasto corriente, de tal manera de crear empleos y generar infraestructura para el desarrollo del país.

4. Crear un plan de apoyo para el sector informal, pues mucha gente que labora en el mismo vive al día a día (taquerías, tianguis, comercio informal en general, etcétera) y son muchas veces negocios familiares que en el actual momento han visto muy mermados sus ingresos.

5. Dar un periodo de gracia de dos meses a las deudas de las personas físicas con los bancos, o reprogramarlos en pagos parciales de 6 o hasta 12 meses.

6. Apertura de una línea de crédito especial en Nafin para las Mipymes, que serán las más golpeadas por esta crisis, pero son también las mayores generadoras de empleo en el país. Esta línea de crédito les servirá para pagar deudas, aprovisionarse y hacer planes de adquisición de mercancías al corto y mediano plazo, tal vez incluso con el aval de Nafin.

7. Mención especial merece el campo mexicano. Según diversos reportes, varios países asiáticos han suspendido las exportaciones de sus productos alimenticios, dándole prioridad a su población en el consumo de los alimentos. Esto sin duda llevará a una escalada de precios de estos productos y, tal vez, a una ficticia escasez.

En este contexto, es muy necesario apoyar al campo con estímulos de parte del gobierno en insumos y capacitación, así como en la adquisición de equipos y semillas en el exterior con apoyo de Bancomext.

8. Asegurar el funcionamiento de las fábricas de bienes básicos y de artículos para bebés. Similar atención a las relacionadas con el sector farmacéutico. Lo anterior con base a trabajar con el mínimo de plantilla necesaria a seguir laborando y no parar la producción, al tiempo que el gobierno les da facilidades fiscales, como las ya mencionadas.
9. Garantizar el estado de derecho en base a una aplicación irrestricta de la ley. Ya se han dado saqueos a diversos negocios y por momentos parece que no hay gobernabilidad. Adicionalmente, por el actual clima de incertidumbre de nuestra salud, no se ha puesto cuidado en los demás indicadores de violencia como secuestros y asesinatos, pero las noticias que aparecen continúan siendo alarmantes. Garantizar el transporte de los productos por los distintos medio sigue siendo una prioridad.

Estas son solo algunas ideas básicas; no son las únicas, pero sí creemos que forman parte de un paquete mínimo para que el país no se hunda en una crisis de varios años. Cierto es que la actual administración recibió un país muy emproblemado, demasiado emproblemado tal vez, comenzando por la quiebra técnica de Pemex, pero es hora de actuar.
El tiempo apremia.

*Doctor en Economía por SciencesPo París; profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco.


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Dr. Vidal Ibarra Puig

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