De la querida Carmelita Liho, una leyenda del lejano oriente, realidad toluqueña

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De la querida Carmelita Liho, una leyenda del lejano oriente, realidad toluqueña

Domingo, 08 Diciembre 2019 00:08 Escrito por 

Hoy hablaremos de una institución en Toluca:

Mi papó llegó en el año de 1903; tenía la intención de irse a El Oro, pero después se fue a la Ciudad de México y ahí estuvo con varios paisanos de él, llega la Revolución, él venía en el tren, se tuvo que bajar al igual que todos, porque los asaltaron los zapatistas.

Entonces se queda en Toluca, el tenía muy buenas amistades, en el lapso de 1903 a 1915, vino trabajando con un embajador, de “chícharo”, entonces conoció a don Filiberto Gómez quien era de los que asistían a la embajada y a muchos políticos de ese tiempo, se vino para Toluca y le dijeron que pusiera una panadería para que pudiera trabajar.

Puso la panadería que se llamaba “La Azteca”, entonces entregaba pan a la Escuela de Artes y Oficios para varones, a la Gota de Leche, y a otras instituciones que había en ese entonces.

De ahí comenzó, pero tuvo un problema con un panadero porque los obligaba a que se lavaran los pies y se bañaran, porque no había máquinas para hacer todo el producto y uno de ellos llegó borracho y agredió a mi papá, le pegó con una charrasca, entonces mi papá se espantó mucho y traspasaron la panadería, fue por lo que inició el café y de ahí en adelante todo muy bien.

El café estuvo inicialmente en la calle de Allende con Hidalgo, ahí todos los señores iban, empezando por don Filiberto Gómez, pero tuvo muchos problemas mi papá con varias personas de los que trabajaban en gobierno que lo mal veían, como era extranjero y chino, entonces la gente era malosa con él, sobre todo uno de un sindicato.

En la esquina de la Librería Imagen, de ahí se enamoró de mi mamá, la recuerdo muy blanca, muy bonita. Ahora tenemos una revoltura, y soy capaz de acordarme de todas las cosas, mi bisabuela tuvo tres hijos, luego mi abuela con un español, mi mamá con un chino, se hizo una revoltura.

El café avanzó, de 1927 a 1965, mi papá murió en 65, cuando estuvo don Juan Fernández Albarrán le fue a decir un día a mi mamá: chatita cuándo vas a desocupar porque es la única casa que queda? Tan buena gente que era Juanito. El inició la modernización de Toluca. En aquel tiempo estaba el ingeniero Armando del Valle como director de Obras Públicas que por cierto, la casa que mi papá compró, él la remodeló, quedando muy bonita.

Por consecuencia mi hermano Rodolfo puso un café, en el Portal junto a “El Socio”, tiempo después tuvo que cerrar porque nuevamente lo operaron del corazón y yo me fui para Hidalgo 229, cada quien tenía su clientela y sus amistades.

Yo ya tengo sobrinos bisnietos, porque no tuve hijos, me case muy grande, duré muchos años de novia con mi marido, él se iba seis meses a trabajar y yo me quedaba y andaba de loca con otros pretendientes jajajajaja.

Referente a los clientes del café de mi papá; cuando se celebraba la fiesta del Carmen había más clientes de lo normal, uno de ellos era el papá de Esperanza Cook, el de los muebles, su papá era chino. Ellos se apellidaban Cool, no Cook. Esta fiesta era una cosa grandiosa, tenis, juegos y todo tipo de diversiones muy sanas para la época, siempre había gente muy envidiosa y agarraban a mi papá con don Arturo Cook y decía que les aventaban cubetas de agua entonces mi papá se fue a quejar con don Filiberto Gómez y Carlos Riva Palacio que eran los señores que lo conocían, luego luego lo apoyaron, a mi mamá también la conocían porque frecuentaban mucho el café de mi papá. Era el tiempo en que no bautizaban, entonces no estábamos bautizados y don Filiberto le preguntó a mi papá: ¿ya bautizaste a tus hijos? Don Filiberto Gómez fue padrino de mi hermano Alfonso; don Agustín Gasca de mi hermano Rodolfo y el mío fue un paisano de mi papá pariente de él, que por cierto me regaló un centenario de 1924, porque yo nací en ese año.

También frecuentaban mucho el café los licenciados Arenas, Eloy Vences, Guillermo Molina Reyes así como su hermano Felipe, todos eran muy jóvenes y que estaban estudiando, todos ellos le decían a mi papá compadre, a mi mamá comadre, eran los compadres de todos los jóvenes que iban.

Recuerdo que los costos en aquel entonces era un café con leche 15 centavos, el pan 5 centavos, si se tomaban dos panes 25 centavos.

Cuando iba a la escuela nos daban dos centavos para gastar y recuerdo que nunca me quedé con ganas de ninguna golosina, la nieve como siempre se ponía afuera de las escuelas, ponían tienditas de manzanas que hacían en San Buenaventura y unas peritas bien cocidas pero brillosas de azúcar.

Conocí a Fidel Castro, fue hasta mi pretendiente, era un muchacho barbón y barroso, era muy amigo de los Sánchez (Alfonso Sánchez), casi lo tenían en su casa y lo llevaban a desayunar al café, se echaba sus milanesas, pero fumador empedernido.

Referente al nombre de Son Jei; en chino quiere decir bienvenido a la felicidad, ahora ya no, porque con la Revolución que hubo, han desbaratado todo en China, había unas pagodas de 11 pisos.

Mi papá recibía unas revistas donde venían todas las cosas antiguas antes que fuera la Revolución, tenía fotos de un edificio que tenía mil kilos de oro puro, que era el remate de unas de las pagodas más altas de China.

Había otras revistas que le mandaban, inclusive una con una especie de pescado, con dos pececitos que media 1.20 con un trinche, estaba en un museo, todo eso venía en las revistas, no llegaba aquí, porque no había tanta comunicación como ahora con la televisión, pero las revistas que le mandaban a mi papa venían todas esas cosas.

En lo que se refiere a mi restaurante mis clientes eran empezando por Carlitos Hank, desde luego, Carlitos muy asiduo cliente del café de mi papá, iba a desayunar muy seguido, hicimos mucha amistad con él desde jóvenes, Carlitos era de la misma edad de Rodolfo mi hermano.

Cuando se fue para Atlacomulco, se lo llevó Isidro Fabela, de ahí empezó a destacar, era muy inteligente, esa forma de hablar, etc.

Cuando regresó fue presidente municipal de Toluca, después diputado y en ese tiempo iba muy seguido al café de mi papá.

En aquel entonces mi papá le comentó a Carlitos "que ganas de poner un negocio en México, con puras cosas comestibles chinas", entonces Carlitos cuando era diputado tenía contacto con los señores que trabajan en la Secretaría de Comercio, y fue como le ayudó a mi papá a poner su tienda en la calle de Dolores y le comento a mi papá: don Pepe que no vaya a ser heroína jajajajaja, tu sabes que no soy así, le contestó mi papá, eso no es bueno, mi papá nunca aprendió hablar bien el español, porque así como lo hablaba lo escribía, le quitaba la r, ya ven como hablan los chinitos.

Más de mis clientes el doctor Jorge Jiménez Cantú, don Salvador Sánchez Colín, iban mucho los dos juntos, es más tengo unas fotos de cuando el doctor Jiménez Cantú fue secretario de Gobierno, mi papá le hizo varias comidas, porque decía que le gustaban mucho.

Cerré en 1999, porque Carmen Vendrell, la de la panadería, cuando Carlitos llego aquí para ser gobernador, no estaba construida la Casa de Gobierno (hoy Casa Estado de México, él la construyó, entonces iba a comer con nosotros al café, iba Esperanza mi hermana, su marido y nos juntábamos los tres a comer y Carmen rápidamente se empezó a añadir.

Ella trataba de llevar la plática, eso no le gustaba a Carlitos, nos comentaba yo vengo a comer con ustedes, que te parece si mando a la güera, una de las señoras que tenia ahí para que vengan por la comida y se van a comer con nosotros a palacio, y de ahí comenzaron los problemas.

De Toluca recuerdo la Semana Santa, mi papá aunque no iba a la iglesia, respetaba mucho; mi mamá muy católica siempre, me compraban mis vestidos para ir a la doctrina y ofrecer flores en el mes de mayo. Como llovía mucho me compraron una capita como la de Caperucita Roja, a veces llegaba a casa toda mojada pero muy feliz, antes no había misas en la mañana y tenía que taparse la cabeza con un velo.

Después fui creciendo, nos juntábamos Cristi Camacho (paréntesis, gran amiga de mi tía Evangelina Ozuna), traía una señorita de México que daba clases de arreglos florales, de cocina, íbamos todas las muchachas de Toluca a recibir clases de cocina con ella y todo tipo de arreglos florares.

Toluca tan limpia, tengo una fotografía que me sacaron donde iba caminando saliendo de misa de la Santa Veracruz, un señor y un niño eran los únicos que caminaban junto a mí, una fotografía muy bonita, todo limpio, le decían Toluca “La Bella”.

En lo referente a mi familia tuve cinco hermanos, yo la mayor, José, Rodolfo, Alfonso que murió muy niño, porque en ese tiempo no había penicilina para las infecciones y murió de una infección intestinal y Esperanza mi hermana la menor.

Una de mis grandes distracciones actualmente a mis 93 años, es reunirme los jueves de cada semana con un grupo de grandes amigas todas ellas de pura cepa toluqueña entre ellas se encuentran Rosita Estévez de Aguilar, Tina Virchez, Rosita García Crotte, Lupita Solalinde Ozuna de Ortiz, Saide Salgado (dueña del restaurante Impala donde nos reunimos a comer), Graciela Solalinde Ozuna de Hernández, Balbina Rodríguez, Lupita Ferado, María Inés Naveda, Emelia Solalinde Ozuna y Graciela Hernández Solalinde entre otras.


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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad