El Presidente está sentado en un polvorín

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El Presidente está sentado en un polvorín

Miércoles, 26 Febrero 2020 00:06 Escrito por 
El Presidente está sentado en un polvorín Lo bueno, lo malo y lo serio

De entre las manifestaciones que se le han plantado de frente y de forma enérgica al presidente Andrés Manuel López Obrador con mayor determinación, son las de las feministas, como consecuencia de la indiferencia con la que ha tratado el tema de los feminicidios y violencia hacia las mujeres.

Basta recordar que apenas hace unos días, durante una de las mañaneras, visiblemente molesto abordó el tema más a fuerza que de ganas cuando hablaba de su tema favorito, el avión presidencial.

En respuesta se vio obligado a emitir un pronunciamiento. De esta manera improvisó un decálogo de acciones a seguir por su gobierno, mismo que en lugar de dar certeza y apaciguar las aguas, terminó por enardecer aún más el ánimo de las féminas.

Peor aún, el mandatario mostró pocos reflejos políticos, como cuando se ve obligado a hablar de lo que le es difícil controlar con sus somnolientos discursos, porque fue precisamente la exigencia de su pronunciamiento que lo sacó de control.

A lo anterior, habría que sumarle su desafortunada declaración en el sentido de descalificar el creciente movimiento que se produce como un auténtico reclamo a la violencia y muerte al que se encuentran sometidas, al señalar de manera banal que la “derecha” está detrás de él.

Lo anterior, abona al desasosiego de las inconformes por la simpleza con que se trata el espinoso tema, y desconsoladas se dan cuenta que no hay una solución determinante ante la violencia que padecen y que ha venido creciendo exponencialmente durante la incipiente administración, para reducirla en el discurso a tan sólo señalar que detrás se ve a los opositores oportunistas que buscan desestabilizar al gobierno.

Lamentable comparación, ya que esto generó aún mayor encono por intentar despojarlas de un genuino reclamo histórico, como si fuera poca cosa, y que tuvieran la necesidad que alguien les aconsejara sobre qué decir o qué hacer. Cabe recordar que cuando el presidente les hizo la petición de no pintar las puertas y paredes de palacio de gobierno, como respuesta, al día siguiente acudieron de nuevo a realizar más pintas.

El presidente no ha entendido lo que tiene enfrente, y no responde adecuadamente, porque no está acostumbrado a que se le planten de la forma como lo han hecho las mujeres, exigiendo respeto y atención, hartas de tener miedo.

Y si mientras AMLO continúa en su absurda postura de descalificar al movimiento legitimo femenino, el cual amenaza con marcar un antes y un después, bajo la premisa que de no ser atendido adecuadamente dejará un precedente que aprenderán gustosos sus adversarios, principalmente, estará provocando una realidad para la que parece no estar preparado.

El presidente está sentado en un polvorín y no quiere darse cuenta, tampoco quiere escuchar, su soberbia lo está colocando en una crisis que al reventar puede ser el inicio de un camino nunca antes transitado por la cuarta transformación, y sin retorno.

Por otro lado, no debe dejarse de lado que cuando el tabasqueño se encontraba en la oposición, aprovechó cada protesta o reclamo que se hacía en contra del gobierno en turno, y bien que le resultó en beneficio a su causa, ¿por qué ahora se espanta?

El problema que ahora se le presenta a López, es uno para el que aparentemente no se había preparado, ya que no lo puede combatir fácilmente con su acostumbrada retórica de que viene por parte de los opositores a su gobierno, los conservadores, porque se encuentran muy enojados.

Considerar que de esta manera se manipula a las mujeres, lo enfrenta a un ente que no conoce, porque al minimizar la reacción femenina lo hará caer en uno de los errores más graves y costosos de su administración, en principio, al confirmar que no son escuchadas, ya que no hay una política pública encaminada a protegerlas, pues ya se dieron cuenta que ha sido todo lo contrario, al desaparecer las guarderías y refugios bajo el mañoso pretexto de que había corrupción.

López Obrador se cree inmune porque no ve enemigo alguno que le pueda competir, ya que cuando se vislumbra alguno que le molesta, se apoya en las “benditas redes” manejadas desde el gobierno para golpear a sus enemigos, a los que llama adversarios, hasta colocarlos en desventaja y apostar por lanzar a sus incondicionales que lo que sí han mostrado es cero gramo de empatía hacia quienes han resultado afectados por diversas causas, ya sea por la inseguridad, como la familia LeBarón, o por escasez de medicamentos como con los enférmenos de cáncer, por ejemplo, porque muestran lo más vil que pueden ser.

Bien, pues está a prueba esa inmunidad que presume el tabasqueño. Al tratar de desacreditar la autenticidad del movimiento feminista que se manifestará de una forma nunca antes vista el 9 de marzo #DíaSinNosotras, y si antes le resultó acusar que las protestas están lideradas por sus adversarios, esta vez parece torpe tal señalamiento.

No habrá represalias, anuncia el presidente, que no se equivoque, las mujeres no le pidieron permiso, como no lo hicieron para pintar las puertas de Palacio Nacional, su casa, el que no haya represalias es lo mínimo que debe garantizar.

 

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio