De periodismo y el servicio público

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Publicado en Opinión

De periodismo y el servicio público

Jueves, 23 Abril 2020 00:08 Escrito por 
De periodismo y el servicio público La Tribu Entera

Sin duda puede ser incómodo. Ser observado y señalado por lo se hace de manera inapropiada es molesto. Que le señalen a uno sus errores e incluso sus defectos, no es nada grato. Puede exasperar leer, escuchar y ver críticas hacia uno. A nadie le agrada que le marquen sus omisiones o aquellas decisiones que no necesariamente son correctas. Sí, todo eso es incómodo, pero esa es –digo yo- una “prestación” que otorga una responsabilidad pública.

Por eso se denomina “servicio público”, no sólo porque su tarea es atender a las demás personas, a la sociedad, sino porque su actividad es totalmente visible, es pública, observable por la sociedad y, particularmente, por los medios de comunicación, por las y los periodistas. Esa es la razón de ser del periodismo: señalar aquello que no funciona, con el objetivo de que se corrija.

Pensar en un periodismo que aplauda o elogie a quienes detentan el poder, no es periodismo; es publicidad, es mercadotecnia, son relaciones públicas. El periodismo, el buen periodismo, contribuye a conocer los acontecimientos que se presentan día con día, a tener un registro de la historia cotidiana y a hacernos notar –como sociedad- todo aquello en lo que no hemos progresado.

En lo regímenes democráticos, la libertad de prensa y la libertad de expresión (que no son lo mismo, pero en ocasiones se confunden), son piedra angular para el ejercicio pleno del resto de las libertades y para el desarrollo de la sociedad, y –si las autoridades son inteligentes- para el perfeccionamiento de los gobiernos, las instituciones públicas e incluso las empresas. El periodismo permite generar conocimiento y contribuir a una sociedad más y mejor informada, y cuando eso ocurre es más difícil que haya manipulación.

Sin embargo, es muy común escuchar o leer comentarios de quienes se dedican al “servicio público”, quejarse de que los medios periodísticos les señalen lo que hacen mal, y no es sencillo, pero es parte de su responsabilidad: informar y transparentar su actividad y explicar por qué y para qué toman determinadas decisiones desde el poder público.

Todo lo anterior lo refiero, porque este miércoles –nuevamente-, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se quejó de que en México no hay un periodismo profesional ni independiente y que nunca la prensa le había pegado tanto a un gobierno. “¿Ustedes creen que no aburre abrir un periódico, El Universal, por ejemplo o el Reforma, y no encontrar nada bueno del gobierno, todo malo, todo malo, no solo las notas, los articulistas, supuestamente independientes, todos”, dijo en la “mañanera”. Criticó a Mileno, a comunicadores como Carlos Marín, Pascal Beltrán del Río (Excelsior) y Ciro Gómez Leyva de Radio Fórmula.

Pero no es la primera ocasión que el Presidente descalifica a las y los periodistas del país. De hecho, ha tenido expresiones que enaltecen a “las benditas redes sociales” –como él mismo las denominó durante su última campaña presidencial-, y ha sido reiterativo en sus críticas a quienes ejercen el periodismo.

Señaló que a ningún gobierno anterior se le había atacado tanto, refiriéndose a las administraciones de Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas. Seguramente no recuerda, pero todos los gobernantes siempre reciben fuertes críticas y señalamientos –tanto de opinión- como derivados de investigaciones periodísticas. Sólo hay que recordar lo que ocurrió el sexenio pasado con la investigación de la llamada “Casa Blanca” del expresidente, Enrique Peña y Angélica Rivera.

Parece, en realidad, que al presidente no le gusta que opinen diferente a lo que él señala, piensa, propone y decide, y por momentos se percibe que le gustaría más una prensa “a modo” como ocurría hace cuatro o cinco décadas, cuando el régimen priista controlaba –casi- todo lo que se publicaba en los medios de comunicación e incluso dictaba “línea” para los contenidos diarios.

Seguramente la tensión que se vive en el país –y que no ha sido sencillo sortear para el gobierno federal- ha provocado nueva incomodidad en el inquilino de Palacio Nacional pero, algo que deberá entender, es que en este país difícilmente se podrán dar pasos atrás para regresar a aquellas épocas de control absoluto de la prensa… afortunadamente ya no hay vuelta atrás, así que deberá aprender a convivir con el ejercicio del periodismo, como deben hacerlo quienes se dedican al “servicio público”.

PERCEPCIÓN

¿El personal de salud –enfermería, medicina, laboratorios, limpieza, seguridad, administración- que actualmente combate la pandemia de Covid-19 estará exentos del “Hoy no circula” o tendrán que moverse en el transporte público (a pesar de que se reduce a 50 por ciento la capacidad) y exponerse a las agresiones que en algunos lugares han recibido o exponerse –y exponer- a un contagio? Parece que las decisiones no han sido del todo calculadas o quizá no tan bien comunicadas.


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Ricardo Joya

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