Entre el conocimiento y la política: Tres caras del análisis de políticas, por Laswell

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Entre el conocimiento y la política: Tres caras del análisis de políticas, por Laswell

Lunes, 04 Mayo 2020 00:10 Escrito por 
Entre el conocimiento y la política: Tres caras del análisis de políticas, por Laswell Con singular alegría

El autor de este texto comenta que el propósito inicial del ensayo es entender el análisis de políticas en términos de su significado político e histórico. El análisis de política pública incluye todas aquellas actividades dirigidas a desarrollar conocimiento que sea relevante para la formulación e implementación de políticas públicas.

Debemos entender que el significado de este hecho no es uniforme. Tiene tres caras o aspectos. Cada una de ellas incorpora una relación diferente entre el conocimiento y la política.

Laswell consideró de particular importancia para la elaboración de los “modelos de desarrollo” (1971). Modelos tentativos que pueden servir de marco histórico al trabajo del analista.

La aparición de las tres “caras” del análisis de políticas tiene una dimensión histórica: desde el apogeo del positivismo científico, a través de la crítica y desilusión posterior, hasta los esfuerzos actuales por desarrollar una orientación “pos-positivista”

Cada cara emerge de la fase anterior. En el análisis de política resulta tentador hablar de etapas distintas y progresivas. En la tercera cara vislumbramos una relación más adecuada entre el conocimiento y la política, pero de ella habían ya precedentes en la teoría y en la práctica. La primera aún sigue estando presente y con ella la razón comenzó a traicionarse a sí misma.

La primera cara

El sueño de fundamentar los asuntos públicos en bases racionales, apareció en el siglo XVIII, en el tiempo de la ilustración. Se fortaleció en el siglo XIX, con el advenimiento del positivismo. Los primeros positivistas anunciaron el surgimiento de una nueva era de la humanidad: una civilización industrial armónica y eficiente, basada en el interés político.

Mediante el conocimiento confiable de las leyes constantes, la ciencia podría promover la civilización humana, sacudida por el torbellino de la primera industrialización.

Si se examina la postura convencional del analista de políticas, la perspectiva dominante es la tecnocrática, y pretende separar el conocimiento de la sociedad para después aplicarlo a la sociedad.

Hoy el análisis de políticas conserva el sello de la herencia positivista. Articulado por primera vez en el siglo XIX, el espíritu del positivismo fue recuperado en los albores del siglo XX por la cruzada de la administración científica en la empresa privada y en el gobierno.

La influencia del positivismo en el desarrollo del análisis de políticas ha sido recuperado en parte por Richard French, quien dice que la orientación positivista y tecnocrática de las ciencias sociales alcanzó su clímax en los años setenta. En esta perspectiva, el conocimiento real era el científico.

Las metas formaban parte de los valores, no de los hechos. El ámbito del conocimiento se restringía a planteamientos de carácter lógico y factural y no podía extenderse a juicios de valor. La razón no tenía cabida en la determinación de las normas, no podía auxiliar a los seres humanos a decidir qué se debería hacer o dejar de hacer.

Si el análisis de políticas podía ser aplicado a las causas de la tiranía o de la democracia, era una cuestión para la cual la razón no tenía respuesta.

En la perspectiva de los primeros positivistas, el desarrollo de la ciencia moderna, la tecnología y la industria, eran parte del orden objetivo de las cosas, su aparición era arte del camino predeterminado del progreso humano.

 


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Gilda Montaño

Con singular alegría