El 19 de febrero de 2019, al finalizar el noticiero de Imagen, su titular Ciro Gómez Leyva señaló: “Tiene razón la oposición al exigir candados elementales para la Guardia Nacional, tiene razón cuando exige que los incompetentes gobiernos locales se responsabilicen también en las tareas de seguridad. Tanta razón como tiene el presidente López Obrador al apremiar la aprobación de los Senadores para que México tenga ya una Guardia Nacional que trabaje para sacar al país de la pesadilla criminal que se sigue viviendo. Militares y Marinos le piden un voto de confianza a la sociedad, un voto de confianza para defenderla y protegerla, se les tiene que dar, y en todo caso que este gobierno por el que votaron treinta millones de mexicanos, que este gobierno, se haga cargo de las consecuencias. México, lo vimos esta noche, lo vimos en este programa, no está para grillas y cálculos políticos diminutos, porque sin seguridad no habrá cuarta transformación y no habrá nada, y ni hablar, sin Guardia Nacional, sin la Guardia Nacional que quieren el presidente López Obrador y su gobierno, difícilmente habrá seguridad”.
A lo anterior Ciro remató: “Denle al presidente López Obrador, al general Crescencio, al almirante Ojeda, al secretario Durazo, denles la Guardia Nacional que consideran puede doblegar a los criminales y que se hagan cargo de las consecuencias, es el combate contra los criminales y aunque ahora lo llamen en búsqueda de la paz, es la guerra contra una criminalidad cada día más brutal. Denles su Guardia Nacional”.
La petición de Gómez Leyva viene a colación porque sin duda representaba en ese momento el sentir de gran parte de la población de México, era el anhelo y la esperanza para volver a encontrar la paz que tanto se ha pedido y que nunca ha llegado. El propio presidente aceptó en entrevista con Ciro que sin Seguridad no habría Cuarta Transformación.
No se ha doblegado a los criminales, porque simple y sencillamente se les ha dejado de combatir, el panorama se presenta aún más obscuro que como cuando inició el sexenio del presidente Andrés López Obrador.
Con el tiempo, el voto de confianza que se les dio, se ha traducido en desesperación que se manifiesta en diferentes zonas del territorio nacional; en ellas, se deja sentir el control que ejercen los grupos delincuenciales, prácticamente sin límite. Las desolaciones de las comunidades invadidas por las células de los diferentes cárteles, han obligado a los pobladores a renunciar a la vida que tenían, para huir y poder salvar la vida y la de su familia
A pesar de que se han emitido señales constantes de alarma, no han encontrado respuesta alguna, la población no consiguió refugio con la creación de la “Guardia Nacional”, la que tanto prometió. Generó gran expectativa. Peor aún, con sorpresa la comunidad observó imágenes en las que la realidad aplastaba las esperanzas de las víctimas. Elementos del ejército, de la Guardia Nacional y de las policías locales, han sido objeto de un maltrato inusitado por parte de la sociedad, o de delincuentes que se mezclaron con ella.
Increíble, pero es parte de lo que ha sido la nueva política contra el crimen; la que se presume como estrategia de “abrazos y no balazos”. No se puede dar crédito, nunca antes como hoy los ciudadanos habían visto imágenes en las que los elementos de los cuerpos de seguridad fueran humillados, sometidos y despojados de sus armas. ¿A dónde quedó aquella imagen que tanto respeto inspiraba?
Parece un mal chiste o una historia surrealista, pero no lo es. Desafortunadamente, es la consecuencia que acarrea el despojo del uso legítimo de la fuerza por parte de las autoridades, por lo que se puede adelantar que bajo estas circunstancias, las cosas tienden a empeorar.
Los cobros de piso, los homicidios, las extorsiones, los feminicidios, entre otros, se han multiplicado. El gobierno federal ha sido omiso al llamado de las diferentes autoridades que no son parte de la 4t, como el caso del ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, que fue ignorado; por muy extraño que parezca, pero no fue recibido por el presidente.
La falta de compromiso político y el desdén por los que piensan diferente, ha dejado una huella profunda en los sentimientos de ciudadanos y autoridades que no se identifican con la ideología de Morena. Ejemplo de ello, de entre muchos otros, se dio a finales de octubre del 2019, cuando un grupo de alcaldes se manifestó en Palacio Nacional, y frente a la puerta Mariana fueron rociados de gas lacrimógeno, cuando exigían ser atendidos para solicitar un aumento del 10 por ciento de los montos presupuestales para sus comunidades.
Los señalamientos por la falta de atención del gobierno lopezobradorista de parte de los diferentes sectores sociales, no han sido suficientes aparentemente como para plantear un cambio de estrategia. No obstante, son precisamente en las demarcaciones en las que gobierna Morena las que han visto el recrudecimiento de la violencia.
Pero además, algo no cuadra, cuando se empezó a anunciar que iba a la baja el número de homicidios, aparentando una mejoría en seguridad, en las diferentes comunidades se decía otra cosa, que era todo lo contrario, que iban en aumento.
¿Quién decía la verdad?
Bien, la respuesta pronto llegó; lo ocurrido recientemente en San José de Gracia, municipio de Marcos Castellanos, Michoacán, puede ser la respuesta. A través de un video se pudo ver a un grupo de 17 personas a plena luz del día que eran ejecutadas. Claramente se puede presumir que se trató de una especie de fusilamiento, nunca aceptado por el gobierno, pero las imágenes son lapidarias, y cada quien puede sacar sus conclusiones.
Pero además, existió un trabajo de limpieza, ya que se presume, a través de fotografías que se han compartido en las redes sociales, que fueron los propios sicarios quienes levantaron los cadáveres para desaparecerlos y limpiar la zona. Sin cuerpos, no hay homicidio,. De escándalo lo señalado por el gobierno, pero ahí puede estar la clave.
Sin seguridad no habrá Cuarta Transformación.
FE DE ERRATAS. En la entrega del pasado dos de marzo se menciona que el expresidente municipal de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar había quedado a deber. Aclaro que no existe en el comentario referencia alguna de deuda en cuestión económica, espero que la línea que le dediqué quede aclarada.
