La Ética y la Cultura de la Transparencia

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La Ética y la Cultura de la Transparencia

Lunes, 24 Abril 2023 00:16 Escrito por 
Gilda Montaño Gilda Montaño Con singular alegría

Hoy en día y en el ahora y en el aquí mismo, la transparencia es un mecanismo de rendición de cuentas. Junto con la transparencia por ejemplo llegaron nuevas leyes a las cuales me refiero ahora mismo: la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, además su Reglamento, pero además lineamientos y criterios y no conformes, el Manual Administrativo de Aplicación General, en materia de Transparencia y Archivos el cual además esta co-relacionado con el área de recursos materiales y su manual, el Manual Administrativo de Aplicación General en el área de Recursos Materiales y Servicios Generales.

Pero ahora mismo tenemos un Órgano Constitucional Autónomo que no solo esta investido de las facultades, hoy es independiente y cuenta con autonomía jurídica y técnica propia, es autoridad en la materia, resuelve inconformidades y recursos de revisión, sus decisiones son inatacables, pero el tema fino y central de la información pública es que tiene dueño, y como la soberanía nacional reside en el pueblo mexicano, la misma pertenece al pueblo.

Este es un tema importante no solo de rendición de cuentas o de un logro democrático, es tema de un gran debate con respecto del interés simple, legítimo y legal. En este sentido la ley señala como base y fundamento al interés simple.

Esto considera el autor, es un avance donde con independencia de valores, principios, doctrina, academia e incluso moralidad como refiere, el burócrata no arriesgará más a cometer errores contrarios a la función administrativa o gestión pública.

Consideramos que es un avance pero no es suficiente. La mejor parte de este ensayo es clarificar la solicitudes de información en adjetivas y en sustantivas y es aquí donde radica un problema de trasfondo, porque como intentaremos resolver creemos que la pirámide esta invertida.

Si bien es cierto que la corrupción y la impunidad desalientan y des-legitiman cualquier forma de gobierno, también lo es que la misma no puede recaer ni siquiera en porcentaje alto en el aparato burocrático.

Se debe definir el sistema político por el que transita México para después redefinir el mismo sistema.

Por citar un ejemplo: Si el hombre más rico del mundo como lo fue Rockefeller, tiene la capacidad de invertir en dos campañas políticas al mismo tiempo, en el partido demócrata y el partido republicano, con independencia del cuestionamiento ideológico que mereciera un anti-dopping cultural, si esto fuere posible (cualquier parecido a la realidad mexicana es pura ficción), ¿Podríamos creer que le importa mucho quien gane la competencia electoral? Desde luego que no.

En la función administrativa y gestión pública la corrupción, la impunidad y el tráfico de influencia no radican en el servicio público burocrático, radica en los tomadores de decisiones.

La pirámide está a la inversa, pues estos avances democráticos aplican a una base piramidal de servidores públicos y en contra sensu, tan sencillo es señalar por citar un ejemplo: en el sistema presidencial mexicano, aun con todas sus facultades, esta institución no cuenta con la posibilidad de las órdenes ejecutivas como el presidente de los U.S.A, en este sentido no se tiene que hacer cargo o responsable de las mismas.

Derivado de lo anterior es que debemos hacer el siguiente señalamiento: el C. presidente de la República al no estar facultado para emitir órdenes ejecutivas y no hacerse responsable del resultado de las mismas, es que México cuenta con lo que doctrinariamente se considera un sistema de Política Fusible.

Esto consiste en que alguien más pagará el error que éste pueda cometer y el primer sacrificado será --quien sea-- en un orden escalafonario, incluso hasta llegar a algún miembro de su gabinete legal, pero será siempre alguien más el que pague las consecuencias de los errores, como dijimos, que este pudiese cometer.

En este sistema siempre alguien más expía las culpas, el c. presidente de la República está impedido a cometer errores, por tanto, es perfecto y siempre será culpa de alguien más.

Sin embargo, hoy en día está más que nunca expuesto al escrutinio público. Las redes sociales hablan lo que los periódicos callan.

Si fuere el caso próximo que en este país se aplicará correctamente y periódicamente, no solo al C. presidente de la Republica sino a cualquier político con mandato constitucional, podríamos estar en presencia de una figura inexistente hoy en día como lo es la revocación del mandato constitucional, esto es tema también de ética, de rendición de cuentas que es el fin de la transparencia y de responsabilidades de servidores públicos.

¿Por qué no comenzar por el más encumbrado? El más importante debe ser el más responsable y esto es máxima de ejemplo y de principios deontológicos jurídicos y administrativos.

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Gilda Montaño

Con singular alegría