Ampliar el canon hacia una cultura general diversa e inclusiva

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Ampliar el canon hacia una cultura general diversa e inclusiva

Miércoles, 18 Diciembre 2024 00:08 Escrito por 
Ivett Tinoco Ivett Tinoco Matices

A menudo escuchamos hablar sobre el capital cultural o el consumo cultural, conceptos que parecen medir qué tan "culta" es una persona según estándares específicos considerados parte de una "cultura general". Sin embargo, rara vez reflexionamos sobre cómo esos conocimientos, prácticas, gustos o necesidades artísticas y culturales están profundamente ligados a nuestro contexto social e histórico, así como a las dinámicas de poder que han definido qué es valioso culturalmente.

¿Por qué se asume que conocer a Shakespeare, Da Vinci, Mozart, Van Gogh o Tchaikovsky es un deber universal, al igual que haber visto películas como El Padrino, Lo que el viento se llevó, Casablanca o Ciudadano Kane? ¿Por qué parece un sacrilegio no haber leído La Ilíada, El Quijote, La Divina Comedia o Hamlet? Estas concepciones, en gran medida, responden a un paradigma eurocentrista que ha privilegiado ciertos cánones culturales.

En el contexto latinoamericano y mexicano, es esencial preguntarnos: ¿por qué no consideramos igualmente imprescindible conocer la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, Nezahualcóyotl, Martín Fierro, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik, César Vallejo, Roque Dalton, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti o Nicolás Guillén? ¿Por qué no sentimos la misma urgencia por apreciar la música de Silvestre Revueltas, Juventino Rosas, Carlos Gardel, Mercedes Sosa, Violeta Parra o Chavela Vargas? ¿O por reconocer la grandeza de artistas como el Dr. Atl, María Izquierdo, Oswaldo Guayasamín, Diego Rivera, Rufino Tamayo, Joaquín Torres García o Frida Kahlo?

Ampliar nuestra "cultura general" implica reconocer la riqueza y diversidad de la literatura y el arte en nuestra región. Esto abarca tanto a figuras esenciales como Ida Vitale, Isabel Allende, Laura Restrepo y Cristina Rivera Garza, como a los grandes novelistas del Boom Latinoamericano —Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes—, cuyas obras marcaron una época. Incluir a quienes están trazando nuevas rutas en la literatura contemporánea, como Valeria Luiselli, Fernanda Melchor, Leila Guerriero, Samanta Schweblin, Mariana Enríquez, Yuri Herrera y Mónica Ojeda, cuyas voces reflejan las complejidades y tensiones de nuestro tiempo.

Debemos identificar las contribuciones del arte popular y conceptual latinoamericano: desde los retablos y alebrijes hasta las instalaciones de Tania Bruguera y las propuestas visuales de León Ferrari o Alfredo Jaar. Es crucial explorar nuestras expresiones contemporáneas, como los procesos creativos de Arnaldo Coen y Fabián Cháirez, y entender las complejidades del arte digital y audiovisual en voces como Mariana Castillo Deball o Teresa Margolles, quienes reflexionan sobre los contextos políticos y sociales de nuestra región.

Como mexicanos y latinoamericanos, es indispensable preservar la memoria de clásicos como Viridiana y Los Olvidados de Luis Buñuel, Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea o La batalla de Chile de Patricio Guzmán. Al mismo tiempo, debemos integrar referentes contemporáneos como Roma de Alfonso Cuarón, Una mujer fantástica de Sebastián Lelio o La jauría de Natalia Meta, que retratan las complejidades de nuestras sociedades actuales.

Revalorar nuestra riqueza cultural no puede limitarse a un ámbito regional. Es igualmente fundamental enriquecer nuestro panorama con referentes universales de Asia y África, regiones que también han aportado inmensamente al patrimonio cultural de la humanidad. Por ejemplo, es vital incorporar la obra literaria de autores como la recientemente premiada con el Nobel de Literatura, Han Kang; el poeta clásico Li Po; o el dramaturgo y novelista Wole Soyinka. En el cine, debemos mirar películas como Persépolis, Días perfectos, Parásitos, Vidas pasadas o El niño dormido. En la música, artistas como Oumou Sangaré, Miriam Makeba y Ryuichi Sakamoto que ofrecen una perspectiva invaluable. También debemos valorar tradiciones artísticas como el arte tribal africano, el ukiyo-e japonés y las complejas narrativas visuales del arte islámico.

Consumir arte y cultura debe trascender las nociones tradicionales de lo que asumimos como "culto". Debe ser un acto de reconocimiento y empoderamiento colectivo, una forma de entendernos y fortalecernos como pueblos. Nuestra cultura general debe ampliar el canon; debe expandirse para reflejar de manera auténtica y orgullosa nuestras historias, nuestras luchas y nuestras creaciones, mientras nos conectamos con el mundo en toda su diversidad.

Y tú, ¿qué obras, autores o artistas consideras imprescindibles para enriquecer nuestro entendimiento de la riqueza cultural global y latinoamericana?

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Ivett Tinoco García

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