Enrique Peña: El regreso
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Publicado en Opinión

Enrique Peña: El regreso

Lunes, 08 Diciembre 2025 00:05 Escrito por 
Sin Titubeos Sin Titubeos Diana Mancilla Álvarez

Hay regresos que huelen a estrategia política, otros a nostalgia, y unos cuantos —los más sinceros— a necesidad humana. El de Enrique Peña Nieto a México, después de poco más de siete años de autoexilio en España, podemos decir, claramente, que es por la tercera categoría. No viene a hacer operación política (esa la hace desde Europa) o mover piezas, ni a reposicionarse mediáticamente. Viene porque su madre, María del Perpetuo Socorro Ofelia Nieto Sánchez, tiene problemas de salud y, por su edad avanzada, ya no puede cruzar el Atlántico para ver a su hijo.

El país que jamás dejó de hablar de él, aunque él sí se fue, es el mismo al que ahora llega sin estruendo, sin escoltas escandalosas, sin reflectores, sin discursos por delante. Peña Nieto se encuentra en su casa de Ixtapan de la Sal, su bastión privado desde antes de ser presidente. Finalmente, parece que esa casa nunca terminó de soltarlo. Ahí se reunía con sus más cercanos. Ahora no se trata de política, sino de sangre.

La madre detrás de quien fue presidente de México

Poco se sabe de ella, más allá del nombre, que es María del Perpetuo Socorro Ofelia Nieto Sánchez. “Doña Coco”, para los cercanos.

Su figura aparece en algunas investigaciones periodísticas, en documentos financieros o en notas sobre la vida privada del expresidente, no más. Nunca la encontraremos como protagonista. Todo indica que Enrique Peña supo mantener alejada a su familia de toda cuestión pública. Por lo menos a sus padres. Pero hoy el estado de salud de doña Socorro la coloca en el centro de un momento que humaniza a quien fue —y seguirá siendo— uno de los personajes más polarizantes de la vida pública mexicana.

No hemos podido encontrar algún registro de la edad que tiene la madre del expresidente. Lo que es un hecho es que ya no puede viajar con facilidad, según fuentes que han seguido de cerca la vida del exmandatario. El tiempo no pasa en balde. Es decir, fue este el que obligó al expresidente Peña a regresar a su tierra para encontrarse con su madre. Llegó al aeropuerto de Toluca en un vuelo privado.

El padre ausente

Su padre, Gilberto Enrique Peña del Mazo, murió en 2005. La historia familiar de Peña Nieto siempre estuvo marcada por el linaje político mexiquense —los Del Mazo y los Peña—, pero también por la ausencia de su padre en los momentos cruciales de su ascenso, tanto a la gubernatura como a la presidencia.

Hoy su madre atraviesa un momento vulnerable. Y él, desde el otro lado del océano, decidió volver para estar con ella.

El México al que regresa

Peña Nieto vuelve a un país que cambió cuando no estuvo: lo investigan desde distintas trincheras. Tal vez por eso no regresaba. Lo juzga una opinión pública que nunca dejó de convertirlo en meme, mito o villano. Y lo vigila otra administración que no olvida el legado que dejó. No el mejor, por cierto.

Pero llega sin intenciones políticas —al menos públicamente— y sin todo el séquito que solía acompañarlo. Es un regreso discreto. Queda claro que la política se suspende algunas ocasiones cuando la vida real toca a la puerta.

El hombre detrás del expresidente

La realidad es que muchos se niegan a verlo como un ciudadano más. Es, después de todo, un expresidente cuyo sexenio quedó definido por grandes temas contrastantes: reformas trascendentales, pero también escándalos de corrupción devastadores. Claro, y es un hombre que regresa porque su madre lo necesita.

Si bien es verdad que son tiempos en que la vida pública domina sobre la vida privada, esta llegada de Peña, después de más de siete años, nos hace considerar algo fundamental: hasta los personajes políticos, los más trascendentales, o los que la historia convierte en caricatura, tienen un hogar, un origen y una madre que, cuando enferma, los vuelve lo que son: hijos.

El silencio también dice algo

El hecho de que Peña Nieto no haya hecho declaraciones, que llegue sin tanto estruendo, que se refugie en Ixtapan de la Sal y que no active sus redes sociales también comunica: no viene a interferir, viene a acompañar a su madre.

Y quizá este sea de los gestos más auténticos que hemos visto de él en muchos años.

Sin dudas…

Por cierto, pasan los años y sigue siendo todo un galán.

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