Un poco de realismo mágico

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Un poco de realismo mágico

Miércoles, 03 Abril 2019 00:06 Escrito por 
Un poco de realismo mágico Matices

Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos, y sé todos los cuentos: León Felipe

Una de las tantas historias que tengo pendientes por escribir es la de las “Hermanas García”. Ellas son seis y tuvieron cinco hermanos, pero ninguno sobrevivió, esa es la razón por la que hay significativas diferencias de edad entre unas y otras.

Todas llevan por nombre el del santoral que por el día de su nacimiento les correspondió. Todo lo que sé de ellas, me lo contaron, su historia tiene un poco de realismo mágico, si consideramos la presencia de un tío que además de parrandero y de discutir con la gente, aparecía y desaparecía de esquina en esquina; o, si le daba la gana, convertía a las niñas en Gallinas. La gente decía que tenía pacto con el diablo; y, de hecho, por eso murió ahorcado.

Las más chicas no conocieron a sus hermanos, sólo recuerdan que cuatro de ellos murieron antes de los veinte días de nacidos. José no, él murió como de diez años. El principal pasatiempo de José era ir a escuchar a Beto, su vecino, quien tocaba el órgano. Pero Beto murió y, al mes siguiente, murió José. Ellas piensan que quizá Beto tocaba únicamente para él, y por eso se fueron juntos.

En esa, su historia, se encuentra Amalio, un tío que nació demasiado pronto para poder ejercer libremente su sexualidad. Y es que en esa época ser hombre, pero muy hombre, era lo único permitido socialmente; es quizá por ello que Melquiades –su padre– lo corrió de casa siendo aún muy joven. No así Félix, su madre, ella siempre procuró dejarle la puerta entreabierta todas las noches para que entrara a dormir. Es esa la razón por la cual Amalio descansaba siempre sobre un petate y una cobija que su madre disponía para él noche tras noche, junto con un poco de comida.

Yo le conocí siendo aún una niña muy pequeña, nunca le saludé, pero observaba con toda precisión su caminar y su actuar. Le recuerdo siempre muy arreglado, el pelo pintado y muy bien peinado, un saco azul impecablemente planchado. De hecho, planchar era la especialidad de Amalio; por eso a su hermano Reyes le gustaba que él y sólo él le planchara sus camisas. Siempre muy educado y amable, aunque dolorosamente solitario.

Cada hermana tiene su propia historia, cada una ha sido muy fuerte, y ha enfrentado con mucha entereza sus circunstancias. Somos, al fin y al cabo, un conjunto de hechos relacionados entre sí; unos hechos dependen de otros para que suceda la vida y sus circunstancias.

 

 


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Ivett Tinoco García

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