Mantenerse en casa, pide López Obrador, ¿y después qué?

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Mantenerse en casa, pide López Obrador, ¿y después qué?

Domingo, 29 Marzo 2020 00:10 Escrito por 
Mantenerse en casa, pide López Obrador, ¿y después qué? Naturismo y salud

Ante el creciente número de infectados y muertos por el COVID-19 en el mundo, el presidente Andrés Manuel López Obrador recomendó finalmente que las familias se mantengan en sus casas para evitar contagios y pidió al sector de alimentos y servicios básicos no parar actividades. Pero ¿y después qué?

¿Y después de estar en casa? ¿Seguir con los mismos hábitos que enferman a la gente? ¿Continuar con la falta de orientación sobre una higiene interna que sólo se logra mediante una alimentación natural sana?

No basta aislarse y llevar a cabo las medidas de higiene externas y allegarse de medicamentos alópatas que puedan mitigar el efecto de la enfermedad provocada no sólo por el COVID-19 sino por otros virus y bacterias si no se pone atención en la higiene interna que sólo se logra mediante una alimentación natural sana que fortalezca nuestro sistema inmunológico como ya lo han mencionado expertos mundiales, entre ellos el neumólogos más reconocidos de Europa, Alexander Chuchalin.

Es importante que el gobierno del presidente López Obrador ponga vital importancia en el modelo de alimentación que se tiene en México ante el embate de la industria de los alimentos chatarra y de la carne contaminada, además de la costumbre irracional que va en contra de la pirámide de la salud de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) que casi nadie lleva a cabo.

México cuenta con un increíble acervo en materia de herbolaria que soluciona muchos males que la medicina alópata no puede solucionar y uno de los exponentes más prestigiosos a nivel internacional está precisamente en el municipio de Texcoco graduado de la Universidad de Chapingo, el doctor Erik Estrada, por poner un ejemplo de los grandes naturópatas que ha tenido México.

Otro ejemplo es la compendiosa literatura con que se cuenta en libros y escritos que dejaron desde el naturista y caricaturista Eduardo de Río, Riuz, hasta el acervo que constituye una joya en el ámbito de salud natural de la Colección Natura, obra que debiera ser adquirida por el gobierno de López Obrador y reeditarla para beneficio de la salud biológica, física y mental de la población.

Mucho se puede hacer desde el ámbito natural para fomentar un cambio de hábitos en beneficio de la salud colectiva más allá de apostar todo a la medicina alópata que es un auxiliar en el caso de muchas enfermedades pero no un sistema de vida que nos permita no depender de medicinas toda la vida.

México tiene una gran riqueza y tradición en el tema de herbolaria, medicina natural y vegetarianismo que practicaron las culturas mesoamericanas. Por eso es que cabe la pregunta ¿y después de estar aislados qué? ¿Con los mismos hábitos que han enfermado a la sociedad en que los índices de diabetes y colesterol y muchos males más se incrementan cada día?

Desde la aparición de la revista Natura en 1977 en México no se ha vuelto a dar una publicación de esa calidad cuyo objetivo, como sus creadores la definieron es “ser una publicación periódica dedicada enteramente a la salud del individuo y su medio ambiente”.

Individuos sanos que no se infectan nunca

En uno de sus tomos, Cuadernos Natura, nos recuerda que durante la pandemia de la peste bubónica en Europa hubo grupos de personas que fueron totalmente inmunes al mal gracias a sus hábitos alimenticios apegados a las leyes de la naturaleza.

Cita que, principalmente, los religiosos “de muchas órdenes presentaron una impresionante resistencia a la peste… por lo que se deduce que franciscanos, dominicos, agustinos y demás grupos eclesiásticos fueron inmunes a la epidemia por sus austeras y medidas, costumbre, y tradiciones.”

“Estos frailes y estas monjas eran seres humanos comunes. No pertenecían a ninguna raza invencible o excepcional. Simplemente llevaban una vida frugal y sencilla, Sus conventos se encontraban casi siempre en el campo. Ahí cultivaban huertos donde cosechaban verduras, frutas y cereales. Sus ropas eran simples y constantemente recibían el influjo de los rayos de la luz solar. Comían poco y practicaban ayunos periódicos. Recibían agua pura y fresca. Rechazaban la carne y el vino por impuros.”

“No es difícil entender que sus organismos fueran sanos y fuertes que resistieran con facilidad el embate de las enfermedades infecciosas. Las bacterias y microbios malignos no podían causarles daño alguno pues no encontraban las condiciones propicias para desarrollarse en aquellos cuerpos perfectamente saludables.”

¡Extra! ¡Extra!

En su libro sobre la cura del limón, uno de los higienitas más reconocidos a nivel mundial en el ámbito naturista, el profesor Nicolás Capo, menciona que esa fruta cura más de 173 enfermedades, entre ellas las que tienen su origen en virus y bacterias malignas. Otra obra, sobre el mismo tema, de Editorial Epoca, Curación por el Limón, precisa que “este fruto contiene sustancias que estimulan y excitan las funciones orgánicas tales como la circulación, la respiración y la acción nerviosa. Recordemos que desde Linus Pauling hasta otros autores contemporáneos se han descubierto y avalado las virtudes de los frutos cítricos contra el catarro común y a favor de la limpieza de las células al facilitar la circulación de la sangre mediante sus propiedades flavonoideas. Eso es, hay un gran potencial para mejorar nuestro sistema inmunológico si se difundiera el consumo de frutas como alimento en ayunas y no como un simple postre en las comidas.

*Presidente de la ONG Franature


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Víctor M. Zendejas Orozco

Naturismo y salud