De procesos alquímicos…

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Publicado en Opinión

De procesos alquímicos…

Miércoles, 06 Mayo 2020 10:10 Escrito por 
De procesos alquímicos… #AbraPalabra

Hola queridos todos, este día es muy especial por varias razones, la primera de ellas tiene que ver con reencontrarnos en las letras después de casi mes y medio de ausencia, prolongada por un par de cuestiones ineludibles, la primera de ellas una pandemia extraña que definitivamente no termino de comprender y que aún no llega a su fin, durante la cual me impuse un voto de silencio sobre el tema.

Las redes se han llenado de tanto miedo y de tantos opinólogos y no he querido estar presente de ese modo.

Dicen por ahí que “si no eres parte de la solución, eres parte del problema” y no me gusta verme ni vivirme de esa manera, así que me he dedicado a compartir otro tipo de materiales, no sé aún si después de “esto” volvamos a ser los mismos y en muchos casos deseo que seamos capaces de observarnos y modificar lo que sea necesario para que podamos disfrutar de estar aquí y ahora.

La segunda es un franco exceso de trabajo auto - generado justamente por la necesidad de compartir lo positivo para enfocarnos en ello. Han sido días extraños, sin horarios y con muchas cosas por hacer. Los hijos en casa tomando clases y mostrándonos que son nativos de la tecnología, lo cual nos facilita la vida a todos aquellos que hemos tenido la suerte de que así sea.

Los maestros –algunos de ellos– haciendo un esfuerzo titánico, aprendiendo a gestionarse a distancia y en muchas ocasiones quedando sobrepasados por sus alumnos y dejando tareas excesivas, sin embargo los chavos muestran que están hechos de titanio y resuelven dando resultados.

Las contingencias, las crisis son siempre oportunidades de demostrar de qué estamos hechos, uno de mis descubrimientos más afortunados fue darme cuenta de que en japonés crisis y oportunidad se dicen del mismo modo: kiki 危機, tal vez sea porque es justo en los momentos de crisis cuando somos capaces de demostrar quiénes somos en realidad y porque esos momentos son una oportunidad de mostrar como diría Viktor Frankl, que no son las circunstancias, sino nuestra manera de reaccionar a ellas, lo que nos define.

Recuerdo siempre la historia de las zanahorias, el huevo y el café, hoy quiero compartirla con todos ustedes:

En una ocasión una madre recibió a su hija en casa y esta comenzó a recitar una letanía de situaciones terribles que estaba viviendo ante las cuales estaba a punto de rendirse. Su madre la invitó a ir a la cocina y puso tres pequeñas cacerolas con agua, cada una con un ingrediente distinto: zanahorias, huevo y café. Dejó que el agua hirviera y entonces apagó las cacerolas, todo esto sin hablar.

Las puso sobre una mesa, su hija la miraba molesta. Parecía que estaba haciendo algún ritual de superchería y que no escuchaba todo lo terrible que a ella le acontecía

Entonces la hija preguntó: "¿A qué viene todo esto, mamá? ¿Ahora nos dedicamos a la hechicería o qué?

La madre sonrío con ternura y a pesar de su actitud hostil procedió a explicarle que cada uno de esos objetos había tenido que enfrentar la misma adversidad -el agua hirviendo- pero cada uno había reaccionado de una manera diferente. La zanahoria era dura, resistente en el momento de haber sido colocada en el agua. Sin embargo, al ser sometida a ella su naturaleza había cambiado, quedando blanda y débil.

Mientras que la frágil cáscara exterior había protegido al líquido del interior del huevo, pero, una vez hervido, el interior se había endurecido cambiando por completo su interior y esencia.

Lo más sorprendente eran los granos de café, los cuales molidos eran singulares. Una vez colocados en el agua hirviendo, lograron cambiar al agua.

"¿Con cuál de estos elementos te puedes identificar hoy? ¿Cuál te gustaría ser?” Le preguntó a la hija. "¿Cómo le respondes a la adversidad cuando ésta golpea a tu puerta?

¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café? Piensa en esto: ¿Soy la zanahoria que parece ser fuerte pero, con el dolor y la adversidad me marchito y pierdo mi fuerza? ¿Soy el huevo que al principio tiene un corazón blando, pero cambia con el calor?

¿He tenido un espíritu fluido pero, después de una muerte, una separación, un problema económico o alguna otra situación difícil, me he vuelto dura y rígida? ¿Será que el aspecto de mi cáscara no cambia, pero he perdido mi esencia y he permitido que la crisis me convierta en una persona amargada y difícil, con un espíritu rígido y un corazón endurecido?

¿O es que soy como los granos de café? De hecho, el grano hace cambiar al agua caliente, precisamente a la circunstancia que le produce dolor.

Cuando el agua se calienta, el grano libera la fragancia y el sabor. Si tú eres como el grano de café entonces, cuando las cosas han llegado a su peor momento, tú empiezas a mejorar y a cambiar la situación creada alrededor tuyo. ¿Te puedes elevar a otro nivel en los momentos más sombríos y al enfrentar enormes desafíos?

Deseo desde el fondo del alma que sepamos ser granos de café, que perfumemos los momentos de dolor y que sepamos ser guías para nuestras familias y nuestros hijos.

Les deseo una existencia cafetera. Nos encontramos el viernes, mientras tanto ¡vámonos a vivir, estamos aquí!


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Paloma Cuevas

La abadía de Eloísa