Algo de cine apocalíptico para sobrellevar la pandemia

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Publicado en Opinión

Algo de cine apocalíptico para sobrellevar la pandemia

Domingo, 09 Agosto 2020 00:10 Escrito por 
Algo de cine apocalíptico para sobrellevar la pandemia Algo de cine apocalíptico para sobrellevar la pandemia

Las películas sobre virus, plagas y epidemias clasificadas como de "horror" o "fantasía", en estos días se acercan al género realista pero no lo logran completamente. No ha habido una invasión zombie o un patógeno transmitido por extraterrestres (¡aunque algunos creen que sí!). El COVID-19 hace ver que pocas novelas o películas pandémicas resultan posibles y son solo exageraciones increíbles para atraer taquilla.

Seguramente usted ha visto Contagio y otras películas o series de TV en años recientes y hoy le parezcan ficticias farsas apocalípticas incompletas o exageradas, comparadas con la actual distopía en curso por culpa del coronavirus y de la incompetencia humana para prever o prevenir a tiempo los virulentos ataques de esos invisibles enemigos.

Mientras esperamos confinados lo más posible en espera de una vacuna salvadora, recordemos el terrible escenario que auguraba una vieja advertencia de la ciencia ficción, simplemente proyectando el acelerado crecimiento de la población como se veía con apocalíptica imaginación en 1966.

Y repasemos otro escenario imaginario, más reciente, de 2018, de la era pre-COVID-19, que nos presenta ya con un desolador escenario posapocalíptico para 2030 y eso sin que aparezca el coronavirus como actor en esta ciencia ficción, que falta en ciencia y le sobra ficción.

¡HAGAN SITIO! ¡HAGAN SITIO!

Novela de 1966 de Harry Harrison, hecha película en 1973, acontece en 1999 y proyecta un Apocalipsis para 2022

Esta es una vieja novela de 1966 de ciencia ficción seria, con un tema serio; También es un thriller de detectives sobre la búsqueda de un asesino, y la historia funciona increíblemente bien en ambos niveles. Escrita por Harry Harrison, la novela te atrapa con una apertura notablemente discreta, y te lleva a su capítulo de cierre sombrío que 'celebra' el comienzo del siglo XXI con la noticia de que la población de los Estados Unidos acaba de llegar a 344 millones de personas (datos reales: 282 millones en el 2000 y tenía 196 millones en 1966).

La población actual de Estados Unidos es de 331 millones en 2020. Las proyecciones demográficas apocalípticas del novelista no se cumplieron (no contaba con que en esos años se iba a usar masivamente la píldora anticonceptiva), pero en cambio han aparecido tremendos problemas que el novelista ni siquiera imaginó como la violencia, el elevado desempleo, la inmigración, la polución y el calentamiento global, accidentes nucleares, y una larga lista de males y amenazas que por desgracia recientemente se coronan con el coronavirus.

Y aunque en Estados Unidos la tasa de natalidad se ha más o menos estabilizado, en muchas naciones la población es ya enorme (China, India) y en otras continúa creciendo a un ritmo alarmante. Y algunas naciones todavía continúan consumiendo una cantidad desproporcionada de los recursos del planeta. Por lo tanto, no se han abordado las causas de la distopía de Harrison. En ninguna parte del mundo existen políticas efectivas de control de natalidad o políticas ambientales efectivas, el desempleo es rampante, la violencia incontrolable, etc.

Entonces, el problema que destaca la novela de Harrison se ha convertido en una serie de graves problemas, y su enfoque y advertencia es tan válido hoy como lo fue hace más de 50 años, probablemente aún más, aunque de manera distinta a como lo imaginó.

CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, Soylent Green

La novela ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! (1966), Make Room! Make Room! , de Harry Harrison, fue la base del argumento de la película estadounidense de ciencia ficción Cuando el destino nos alcance (Soylent Green,1973), protagonizada por Charlton Heston. La película cambió bastante la trama de la novela e introdujo el canibalismo como una truculenta solución para alimentar a la población (se fabricaban los alimentos a partir de la misma gente, el mar estaba muriendo y ya no había plancton comestible en el mar).

Esta película ganó fama por ser una de las primeros producciones cinematográficas que trataron del tema de la ruptura del equilibrio ecológico y que ofrecía una particular visión acerca del desarrollo tecnológico y sus interconexiones con la política. De esa manera esta película expresaba las preocupaciones vigentes de la década de los 70, cuando la idea de un futuro negativo empezaba a aparecer en la mente de las personas, impulsada por un informe encargado al Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) por el Club de Roma que fue publicado en 1972 con el nombre de Los Límites del Crecimiento, algo que también se reflejó en posteriores películas tan conocidas como Blade Runner (1982) o Terminator (1984) y otras más.

La industrialización del siglo XX llevó al hacinamiento, la contaminación y al calentamiento global debido al "efecto invernadero". En el año 2022, en este futuro distópico, la ciudad de Nueva York estaría habitada por más de 40 millones de personas (en la actualidad su área metropolitana tiene poco más de 20 millones). En la película su población está físicamente separada en una pequeña élite que mantiene el control político y económico, con acceso a ciertos lujos como verduras y carne, y una mayoría hacinada en calles y edificios donde malvive con agua en garrafas, y dos variedades de un producto comestible: Soylent rojo y Soylent amarillo, que serían la única fuente de alimentación, ya que los alimentos naturales serían un privilegio para los sectores dominantes.

La advertencia de la ciencia ficción, aunque siguió un camino distinto, sigue válida para la Nueva York atacada por numerosos problemas económicos, sociales y ambientales, agravados por el reciente ataque del Coronavirus.

HUMANITY BUREAU

(Oficina para la Humanidad), película Canadiense estrenada en 2018

En el futuro ya no muy lejano de 2030, según esta distopía el mundo se encuentra en un estado permanente de recesión económica y se enfrenta a graves problemas medioambientales debido a la evolución del calentamiento global. Las fallas de plantas nucleares, las crisis financieras y la guerra civil han devastado a los Estados Unidos, mientras que una agencia gubernamental conocida como The Humanity Bureau se ha establecido para mantener a los ciudadanos bajo control.

Los que no son lo suficientemente productivos, según el criterio de los agentes de la Oficina, se empaquetan y son deportados a una colonia conocida como New Eden (Nuevo Paraíso), para dejar sitio a los otros ciudadanos.

Por supuesto, New Eden no es lo que pretende ser, es un engaño. En realidad, el destino final de los desaparecidos forzosos es una caja de cartón llena de cenizas de cuerpos incinerados de los ¨improductivos¨ que la mal llamada Oficina para la Humanidad decide sacrificar.

Nicolas Cage interpreta a Noah Kross, uno de los agentes de la Oficina de Humanidades que obedeciendo órdenes y protocolos juzga quién es productivo o no, y sus superiores deciden quién de plano es enviado al ¨paraíso¨ vía los hornos.

Esto pasa hasta que en el curso del cumplimiento de su deber este concienzudo trabajador de casos, Noah Kross investiga un caso apelado por una madre soltera y su hijo. Conociendo el destino injusto del niño inocente, Kross se pone en marcha para salvar la vida de la madre y el niño y exponer la verdad sobre los secretos de The Humanity Bureau de una vez por todas.

El resto, a pesar del entorno post-apocalíptico, se siente decididamente contemporáneo. Y eso que el autor no se imaginó los estragos del coronavirus y la incompetencia para enfrentarlo.

Lejos estamos de la utopía del 68 y su !La Imaginación al Poder!

Nuestra realidad, desgraciadamente, supera hoy a la imaginación.

Agosto 2020

 

 


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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado