Articulista invitado... El eterno retorno de los monstruos

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Articulista invitado... El eterno retorno de los monstruos

Domingo, 26 Noviembre 2017 00:06 Escrito por 
Articulista invitado... El eterno retorno de los monstruos Agencia MVT

Desde que surgió la Humanidad, los monstruos aparecieron. 

¿Se ha dado cuenta que estéticamente en la literatura y en las artes audiovisuales estamos viviendo una era postmoderna en la que regresan abrumadoramente los personajes monstruosos?

De entrada perdonen los latinajos, pero verán que resulta muy interesante. El nombre monstruo viene del latín monstrum, y era una voz de sentido religioso, denotaba un prodigio, un suceso sobrenatural que testimoniaba una señal de los dioses. De ahí llegaría al significado genérico de ¨monstruo¨. 

La etimología de monstrum indicaba que se llamaba así porque mostraba (monstrat) el futuro (monstrat futurum, monet voluntatem deorum: muestra el futuro, advierte de la voluntad de los dioses). En esa frase monet viene del verbo monere que significa advertir, avisar, y esta palabra se origina en la historia de la diosa Juno Moneta. 

En la antigua Roma, había un taller donde se fabricaban monedas. Este taller estaba situado junto al templo Juno Moneta (Juno la Avisadora). Este templo fue hecho en honor a Juno, pues según la leyenda esta diosa había avisado a los romanos de la inminencia de varios ataques contra esa ciudad. 

Por eso, los dioses -a través de los monstruos- nos advierten del mal en que podemos caer.

Desde siempre se ha hablado y escrito de esos seres monstruosos con alguna anormalidad impropia del orden natural que los hace de apariencia temible. Los monstruos se describen en la literatura como seres híbridos que pueden combinar elementos humanos, animales y necrológicos, así como tamaño anormal, y facultades sobrenaturales, que inspiran miedo o repugnancia, que representan el mal. 

Homero, en su Odisea, nos contaba de Polifemo, un monstruo con un solo ojo en el centro de la frente al que vence Ulises. Más cercano a la modernidad y al incipiente surgimiento de la nueva tecnología de la electricidad Mary Shelley imagina un científico Frankenstein que con pedazos de cadáver crea una tremenda criatura que revive con electricidad, pero el continuo rechazo de que es objeto, lo hace convertirse en un ser solitario, amargado y vengativo. 

A pesar de eso, el humanoide de Frankenstein es continuamente atormentado por remordimientos, que lo diferencian de otros monstruos de la literatura gótica como Drácula o el vampiro Lord Ruthven de Polidori, quienes jamás experimentan arrepentimiento. En ciertos aspectos, guarda un gran parecido con el arquetipo literario, frecuente en aquella época, del "buen salvaje", popularizado durante la Ilustración por el filósofo Rousseau y otros escritores, quienes afirmaban que el hombre es bueno por naturaleza, y que es la sociedad la que lo pervierte.

Ése es, según Freud, el punto mismo sobre el que gravita lo Siniestro (que Freud tomó de los cuentos de Hoffman): el descubrimiento de una falla, de una vertiente ignorada y amenazante, en el apacible mundo de lo cotidiano. Sea como fuere, es el siglo XVIII, con el estudio de la anatomía, quien abre para siempre la puerta de lo similar, la pasión por lo idéntico, que subyace al concepto ilustrado del androide. Para Freud, en el Otro mecanizado lo que se oculta es el continente de lo reprimido e instintivo; el ingenuo Frankenstein de Shelley que se tornará malvado por el desprecio social sólo traerá desgracia.  El monstruo encarna la maldad que nos amenaza. 

Como bien ha demostrado Bruno Bettelheim, en su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas, fantasear seres terribles nos permite lidiar con infinidad de amenazas, culpas y enconos que nada tienen de fantásticos...Conjuramos así una legión de seres que, por imaginarios, nos resultan menos amenazantes que los animales peligrosos o las personas de verdad temibles en la vida real.

¿De qué ataques, reales o psicológicos, nos advierte este retorno de los nuevos monstruos de la ficción actual?
Como escribió el recientemente fallecido gran escritor Ignacio Padilla en su espléndido El Legado de los Monstruos: Cada nación detenta y ejerce el derecho inalienable de espantar a sus niños como mejor le plazca (para inculcarles disciplina). Leyendo cuentos o viendo películas en gigantescas pantallas, las niñas y niños se impresionaban y aprendían la lección.

Pero con el invento de la pantalla chica de la televisión todos se empezaron a reír de esos monstruos y las atemorizantes historias y películas no podían competir con el horror causado al ver la guerra de Vietnam por televisión cada noche en la sala de su casa y de esta manera los monstruos antaño aterradores se convirtieron en comedias deliberadas para no perder su público. 

Aparecía así en la pantalla chica la Familia (Monster) de Monstruos, con su padre de familia raro pero buena gente, Frankenstein; su vampiresa esposa Lily; el abuelo Drácula; el nieto Niño-Lobo y Marilyn, la sobrina de Lily, la única de la familia con un aspecto normal, una chica rubia muy bella. El resto de la familia está muy preocupado por ella, ya que no encuentra pareja debido a su ¨fealdad¨. 

Pero para asustar a los adultos han regresado los monstruos.

Y los monstruos cada vez más crueles y malvados son la nueva moda. El cine de Hollywood en apuros económicos recurre a rehacer nuevas versiones de éxitos pasados de películas de monstruos, remakes de viejos monstruos incluso reuniéndoles en el mismo film para que parezca nuevo. Aunque precisamente Drácula, el monstruo de Frankenstein y el Hombre Lobo ya compartieron pantalla en la década de 1930. La reunión de esos personajes no es algo que no se haya concretado en el pasado pero se busca darle un nuevo giro usando las nuevas tecnologías de efectos especiales y añadiendo nuevos vampiros, zombies y otros superhéroes como un nuevo Batman con un lado oscuro (El Caballero de la Noche, etc)  o monstruosos superhéroes semi-humanos que por accidentes nucleares en vez de morir (como sucede en la realidad) adquieren poderes especiales.

Lo mismo hacen las historietas cómicas y los juegos de video, que compiten en presentar cada vez seres más salvajes para ser manejados por sus salvajes y, esperamos, sublimados consumidores que lo más peligroso que hacen es disfrazarse alegremente de vampiro, zombie o su malvado favorito.

La corona estética de los monstruos que regresan a las pantallas se la llevan las Series que han superado a las viejas telenovelas como las mexicanas en que al menos tenían algunos personajes buenos, más bien bastante inocentes, de los que fácilmente abusaban los villanos. 

En el nuevo formato de plataformas las Series han llevado el paradigma de las telenovelas al máximo de maldad imaginable, con personajes tan malos, tan monstruosos éticamente que resultan humanos, demasiado humanos. 

En estas Series de narcos o políticos o empresarios, no hay buenos, todos son malos, malos. Unos monstruos, a veces amables pero por ello más peligrosos. La excepción es Shrek, la tierna y humorística historia del Ogro Redimido y su Ogra Fiona.

En este postmoderno siglo 21 nos hallamos en plena frankensteinización de la cultura, de la sociedad y de la vida. Perviven restos cadavéricos de nuestro pasado: teorías económicas obsoletas, instituciones caducas, partidos políticos zombies, prejuicios de todo tipo que retornan a conformar un presente convulso que plasma el horror de lo monstruoso en nuestra vida cotidiana que se confunde con la imaginaria. 

Claro que también hay monstruos que regresan en la vida real, en la política y en la economía. Pero esa es otra historia monstruosa que ya iremos contando, porque como decía James Joyce: la Historia es una pesadilla de la cual estoy tratando de despertarme. ..

Monstruografía: 

— El Legado de los Monstruos, Ignacio Padilla, Ed. Taurus, 2013.

— El Monstruo Amable...¿El mundo se inclina a la Derecha?, Raffaele Simone, Ed. Taurus, 2011.

— El modelo Frankenstein, De la diferencia a la cultura post, Rosa María Rodríguez Magda, Ed. Tecnos, 1997.

(26 de noviembre 2017)


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Javier Ortiz de Montellano

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