A casi siete meses de la contienda federal, todos los “posibles” hace rato que andan destapados y desatados. Esto a pesar de que en las encuestas que van y vienen, varios de los que se han trepado a la pasarela y se dicen o parecen inalcanzables, están en los últimos lugares.
Nadie se descarta.
Así, por ejemplo, en el PRI, el ex gobernador del Estado de México Eruviel Ávila Villegas dice que “sigue vivo”. Algo sabe el diablo que enseña la cola, no sólo para contribuir a los “despistes”. Es el mismo caso con los encendidos elogios del canciller Luis Videgaray en torno de José Antonio Meade, y de la “meditación” de José Narro Robles para lanzarse (No descartemos al ex rector como el candidato, pero para la Ciudad de México).
El que no parece hacer mucho ruido, pero sin duda ahí está, es Aurelio Nuño Mayer, y ni qué decir de Miguel Ángel Osorio Chong. Ciertamente, por el momento ninguno puede declararse fuera de la contienda y sin duda habrán de ocupar un espacio importante en el proceso electoral que desde hace rato está en curso.
Se supone que el PRI está con los bonos a la baja debido al ejercicio del poder y a que no ha dado los resultados esperados en materia económica ni en seguridad, y que el “ungido” tendrá que remar contra corriente pues de todos los que aspiran, ninguno hay que pueda escapar a la critica en el ejercicio de sus funciones, con o sin razón.
Como sea, no hay día en que los mencionados no estén presentes en la agenda pública, con cualquier pretexto. Saben de las desventajas derivadas del ejercicio de gobierno pero, sobre todo, frente a otras opciones que han recorrido un largo camino, como es el caso de Andrés Manuel Lopez Obrador, de Morena, que no necesitará asamblea ni nada parecido para resultar “electo” para un tercer concurso por la presidencia.
Durante ya largo rato, el ex jefe de gobierno de la ahora Ciudad de México ha encabezado todas las encuestas pero, en otras ocasiones, a la hora de la batalla se han dado modificaciones importantes, no ha podido ganar.
A falta de definiciones de sus adversarios, el tabasqueño ha transitado casi en “solitario” hasta ahora. Habrá que esperar a ver qué sucede una vez que las alineaciones estén completas.
Y lo anterior incluye, desde luego, a los frentistas, esa ensalada democrática conformada por el PAN, el PRD y el partido Movimiento Ciudadano, donde parece que las cosas no están jugando favorablemente para las aspiraciones del dirigente panista Ricardo Anaya, desplazado en sondeos por el gobernador de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, para encabezar esa alianza.
Ciertas o no, esas muestras demoscópicas ya abrieron varios frentes en el “frente”, con dos aspirantes que desde ahora ya están presionando para que la balanza favorezca sus respectivos objetivos. ¿Cómo van a superar este tramo sin que al final termine distanciados?
Lo curioso de todo esto es que los partidos políticos, desacreditados ante los ojos ciudadanos, cuentan con mayores respaldos que los supuestos candidatos “independientes”, quienes no han resultado un contrapeso considerable, a decir de varias encuestas.
Ni la ex panista Margarita Zavala, ni el ex priista Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, ni Ferriz de Con y otros, parecen estar en el ánimo ciudadano como ellos quisieran, a pesar de que, en teoría, son una opción distinta respecto de la partidocracia tradicional.
Sin embargo, igual ahí están, aprovechando cualquier foro o inventándolo para permanecer en la línea de salida. Ya se verá qué tanto estas escaramuzas logran comenzar a interesar a los ciudadanos para la contienda porque, a juzgar de diversos estudios, la democracia no vive uno de sus mejores momentos ya que, además, los árbitros electorales y todo el andamiaje técnico y jurídico construido en torno de ésta, también han sido objeto de duros cuestionamientos.
Independientemente de quiénes aparezcan finalmente en la boleta, es de esperarse que todos los que han aceptado jugar con las reglas, incluso aportado para elaborarlas, no se vayan contrariados a refugiarse después de haber andado desatados.
