Ricardo Anaya evasor legal

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Ricardo Anaya evasor legal

Miércoles, 01 Septiembre 2021 00:10 Escrito por 
Ricardo Moreno Bastida Ricardo Moreno Bastida Moción Suspensiva

El excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya Cortés, mediante un video colocado en sus redes sociales señaló, sin ninguna prueba, que se le perseguía por su oposición al actual gobierno y porque resultaba “incómodo” para el Presidente Andrés Manuel López Obrador y, por ello, se le intentaba detener y encarcelar. Ante esta supuesta persecución decidió dejar el país.

Anaya Cortés tiene un caudal de investigaciones pendientes, no de ahora, sino de hace varios años. Ahí está la acusación por supuesto lavado de dinero y transacciones con recursos de procedencia ilícita que se lanzaron en medio de su postulación a la Presidencia de la República entre 2017 y 2018, cuando se evidenció la utilización de empresas fantasma y la simulación de actos de compra venta de algunos bienes inmuebles.

De la misma forma, quedaron documentadas sus constantes salidas del país hacia Atlanta y su probable participación en las penosas remesas de dinero que se entregaron a diversos diputados y senadores de la República para aprobar la Reforma Energética durante el gobierno peñista.

Algo sabe Ricardo Anaya para evadirse de la acción de la justicia. A la fecha, ninguna instancia judicial o de investigación ha hecho pública ninguna investigación u orden de aprehensión librada en contra de este personaje. Por el contrario, ha podido ir y venir sin ninguna limitación. Ha “presumido” en sus redes sociales su gesta heroica de “vivir un día como cualquier persona” para tratar de mostrarse cercano a la gente y sensible frente a las adversidades que millones de mexicanos enfrentan en su vida cotidiana.

Ricardo Anaya pretende, al más puro estilo de la derecha venezolana, evadir sus responsabilidades y proclamarse como perseguido político para tratar de posicionarse con un doble propósito: como un mártir del sistema y, al mismo tiempo, evitar la acción de la justicia.

El posicionamiento del Presidente López Obrador sobre esta situación ha sido por demás clara y correcta: el que nada debe nada teme. Que no se vaya y que pruebe su inocencia en caso de que haya expedientes o investigaciones abiertas en su contra.

La estridencia discursiva del joven Anaya evidencia su falta de imaginación y talento político. En este momento de la vida del país, no encontrará eco su cortina de humo por la simple razón de que la ciudadanía está ávida de que haya transparencia y castigo para los actos de corrupción.

No tendrá eco, porque hay un auténtico esfuerzo del gobierno para castigar este tipo de conductas y, como nunca en la historia, se investiga y se procesa a políticos corruptos que hoy enfrentan la acción de la justicia.

Lo cierto de las cosas es que dicho personaje trata de jugar a las escondidas consigo mismo. Trata de ocultar su verdadero yo y su propio pasado. Cometió, como muchos, el error de pensar que el poder que algún día tuvo sería eterno; que sus pasos al margen de la ley no dejarían rastro y que la impunidad sería su principal escudo.

Seguramente en las próximas semanas veremos más declaraciones estridentes desde algún lugar del “autoexilio”. Seguramente encontrará alguna justificación para seguir construyendo una narrativa que nadie cree.


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Ricardo Moreno Bastida

Articulista invitado