¿Misión cumplida?

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Publicado en Opinión

¿Misión cumplida?

Miércoles, 23 Marzo 2022 00:15 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

El lunes 21 de marzo se inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), lo que representó una gran alegría para el presidente Andrés López Obrador, por lo que le significa en este momento para llegar con “algo” para presumir en vísperas de la “revocación de mandato”.

Al evento acudieron importantes personalidades de la política, entre ellos se pudo ver a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, al gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, desde luego al del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, entre otros; acompañados de ilustres empresarios como fue el caso de Carlos Slim.

El sueño “realizado” de López Obrador, que no así se puede generalizar que lo ha sido para todos los mexicanos, como ha insistido el tabasqueño para descubrir la obra como beneficio de la sociedad en conjunto, y con la cual se pueda generar progreso y potencializar el crecimiento del país, es un botón de muestra de lo que ha sido la administración lopezobradorista.

Los “sueños” están muy lejos aún de cumplirse. Por principio de cuentas; la mega obra fue inaugurada al vapor, con prisas, y con la idea de presentarla como si estuviera completa. ¿La razón?, es simple; para nadie puede ser un secreto que el presidente admira al Benemérito de las Américas, y su objetivo fue siempre la de dar el paso importante para lo que significaría esa inauguración, como un símbolo más, precisamente el día en el que se conmemora su natalicio.

Los antecedentes marcan con preocupación lo que sucede cuando se privilegian las prisas. Las evidencias desastrosas de las obras que cada gobierno se ha empeñado en acelerar, para presumir su conclusión por una condición meramente política y no precisamente útil, dejan a la deriva lo que debería ser más importante como un beneficio social, colocando enfrente el aplauso mediático.

Decir: “misión cumplida” por parte del mandatario, solo evidencia la urgencia de tener lo que sea, cualquier cosa, para poder presumir, después de tantos desatinos en su administración.

Sin embargo, no es el primero ni será el último para infortunio del pueblo; lo mismo sucedió con la línea dorada del metro, la línea 12, de la que; al entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubon le urgía colgarse la medalla de su presentación. ¿El resultado? Ya se conoce. Es más doloroso el simple recuerdo de la tragedia que vivieron muchas familias y que aún no encuentran alivio a su penar, y para su desgracia, los culpables fueron unos “pernos”.

Las cosas con prisas nunca serán buenas, y ejemplos sobran, los segundos pisos de la ciudad de México se tuvieron que revisar después de su inauguración para hacer varios ajustes. Así como la mencionada línea dorada en la que el sustituto de Ebrard, Miguel Ángel Mancera, tuvo que suspender sus actividades por presentar diversas anomalías.

Los gobiernos, o más bien, los que se encuentran al frente de los gobiernos, claman por el amor del pueblo, para ser aplaudidos, reconocidos, amados y levantados en hombros, pero, sobre todo, ahora es más indispensable, para personajes como el que hoy se encuentra al frente del ejecutivo federal, su megalomanía la necesita.

Se puede señalar en consecuencia que las alabanzas al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles tuvieron una dedicatoria que no fue a la obra; al presidente se le vio feliz después de mucho tiempo, como consecuencia fatal para su osada imagen de impoluto ante el descubrimiento del escándalo que le provocó la “casa gris”.

Los desencajes de las facciones del presidente de pronto cambiaron por un momento importante para él, y como ya se señaló, no necesariamente para el pueblo, porque, a decir verdad, ¿quiénes de los que asistieron al magno evento utilizarán el aeropuerto?

Con las condiciones actuales del Felipe Ángeles se puede determinar: ¿misión cumplida? Les corre prisa a la 4t para salir a decirlo, como aquella vez que la presumió el propio canciller a propósito de las vacunas que representaban una ínfima cantidad de las que se necesitaban en México.

No, México se encuentra muy lejos de esa “misión cumplida”, la terca realidad, más terca que la del presidente, evidencian muchas fallas, a pesar de las manifestaciones exageradas que le ofrecieron al presidente los que asistieron a la inauguración. Muchos de ellos, incluso, están conscientes que el dichoso aeropuerto no resolverá la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Lo que sí se puede adelantar, es que el gobernador mexiquense y su administración se montarán en la terquedad del presidente, porque con ello, se verá beneficiada la entidad mexiquense para encontrar acomodo gracias al movimiento de las actividades que por lógica traerá consigo el nuevo aeropuerto.

Por el momento, es lo que necesita el Estado de México, la reactivación económica que, como sea, se empiece a dar, y puede ser por una causa ambiciosa emprendiendo una visión futurista o, simplemente la transición que pueda proporcionar la alegría que hoy embarga al presidente del inevitable colapso que ofrezca el antiguo aeropuerto y la falta de solución del nuevo a ese problema.

Pero, independientemente de que, a los críticos, en el futuro próximo se les pueda cerrar la boca con un impresionante impacto económico y social del Felipe Ángeles para poder ofrecer mejores resultados que los prometidos, será por el bien de todos, pero ¿era necesario, en verdad, que se le dedicaran los exagerados elogios al originario de Macuspana?

Existe un gran abismo entre los deseos del presidente y lo que en concreto puede significar la obra del aeropuerto Felipe Ángeles, se podrán engañar los que estuvieron presentes el 21 de marzo, pero los dichos, las porras y la entrega al que coloca sus prioridades por encima de las del pueblo, quedarán registradas ahí, y en algún momento regresarán.

¿Misión cumplida?


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio