México es un país surrealista, lo sabemos. Aquí pasan cosas inauditas e increíbles todos los días. Hemos pasado dos semanas con el tema sísmico desbordando la opinión pública y las redes sociales; con clases suspendidas en los tres niveles educativos debido a las revisiones que “personal especializado” debe hacerle a los edificios e instalaciones a las que acuden nuestros hijos a estudiar, preocupados de que sus aulas sean seguras y no tengan daños después de los dos recientes sismos; exigiendo a las autoridades que revisen los edificios públicos, hospitales, escuelas, plazas comerciales, puentes, vialidades; que si los hundimientos, fracturas y fallas geológicas aparecen un día sí y el otro también… Todos preocupados por lo que pasa afuera. ¿Y nuestras viviendas? ¿Y la vivienda popular y de interés social? ¿Los condominios y unidades habitacionales? ¿Acaso esos edificios que no están a cargo del gobierno o de una empresa no se dañan con los sismos?
Según la Encuesta Nacional de Vivienda 2020, hecha por el INEGI, el 61 % de las viviendas tiene problemas estructurales (https://www.inegi.org.mx/programas/envi/2020/#Tabulados). Asimismo, más de la mitad de las viviendas se han edificado mediante procesos de autoconstrucción, es decir, sin consultar los códigos y normas que regulan la materia y sin acompañamiento o asesoría técnica. Para que usted tenga una idea de dónde estamos parados en materia de seguridad estructural, específicamente en vivienda, hágase estas primeras preguntas: ¿Cuántos años tienen de antigüedad su vivienda y las de su entorno inmediato? ¿Cuántos sismos mayores de 7 grados han soportado usted y sus vecinos? ¿Cuántas veces un especialista ha revisado esas viviendas? ¿En los últimos veinte o treinta años cuántos dictámenes de seguridad estructural se le han realizado a esos edificios habitacionales que usted observa todos los días cuando va rumbo a su trabajo? Hay muy poca información, ¿Verdad?
Ahí no acaba el tema. Si se habita una vivienda de interés social, condominal o en una de las grandes Unidades Habitacionales desarrolladas en la CDMX durante los años ochentas y noventas, o de las construidas en el EDOMEX en los años dosmiles, estas edificaciones sí fueron construidas con asistencia y respaldo técnico –existen planos y memorias de cálculo en los archivos de las empresas constructoras y de las oficinas gubernamentales responsables del desarrollo urbano–, en apego al marco normativo actual, modificado después de los sismos de 1985, principalmente de acuerdo con el Reglamento de Construcción de la Ciudad de México, considerado el estándar nacional para la mayoría de las ciudades del país.
¿Cuántas de estasmiles de construcciones y desarrollos habitacionales verticales cuentan con un seguimiento de verificación o certificación de seguridad estructural en los recientes 30 años? Si a estas estimaciones le agregamos que México acumuló un récord internacional impresionante al ser impactado por 10 sismos mayores a 7 grados en los últimos 12 años, con un registro de dos a tres sismos fuertes cada año (http://www2.ssn.unam.mx:8080/sismos-fuertes/), el escenario en materia de seguridad estructural es muy preocupante –en la CDMX y el EDOMEX–, pues no existen políticas públicas, con presupuesto asignado, orientadas a la prevención, regulación y seguimiento de las condiciones de seguridad estructural de decenas de miles de edificios habitacionales construidos del año 2000 a la fecha en congruencia con el incremento de la actividad sísmica de nuestro país, también cada vez más creciente y frecuente del año 2000 a la fecha, constituyéndose como una problemática social y económica muy próxima a detonarse.
La Doctora Naxhelli Ruiz Rivera, profesora e investigadora de la UNAM, destacada especialista en temas de sostenibilidad, ordenamiento territorial y vulnerabilidad social, escribió un magnífico y contundente artículo sobre este tema, denominado La gestión preventiva de los riesgos sísmicos en México, publicado el pasado 22 de junio de este año en el portal electrónico México Social. La Cuestión social en México (lectura absolutamente recomendable: https://www.mexicosocial.org/riesgos-sismicos/#_ft ref3), en donde señala que “la situación administrativa en materia de gestión preventiva sísmica es catastrófica. En nuestro país, casi ninguna autoridad realiza inspecciones, verificaciones o revisiones de la condición de las viviendas; en este contexto, difícilmente podrían siquiera pensarse programas o políticas públicas de evaluación, intervención o reforzamiento de la vivienda usada”.
Finalmente, para documentar nuestro optimismo, según la Dra. Ruiz, solo 40 de los 2,475 municipios del país incluye en su catálogo de trámites los dictámenes de seguridad estructural, correspondiente al 1.6 % de las localidades de un país totalmente sísmico. Hay mucho por hacer… Recuerde que el espacio más seguro lo hace usted. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Fue Director del Heroico Cuerpo de Bomberos de Toluca,
Subdirector de Protección Civil e Inspección en la SCT Federal.
Actualmente es Subdirector de Emergencias en el Valle de Toluca, en la Coordinación General de Protección Civil, EDOMEX
@CmdtEspinosa cmdtespinosa
