Decía la semana anterior que, el odio parecía ser el soberano del mundo, y que de la paz hablamos sin entenderla, sin practicarla. Y no lo hacemos porque, en la barbarie, es más fácil hacer daño. México está dividido por una guerra en la que, tristemente, se disputa el poder. Se debilitó la estructura económica y de sus errores se culpa a otros gobiernos. Nietzsche citaba que “La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido”.
Los datos y los otros datos
El periodista refiere –mientras sorbe a su café americano sin azúcar- que, desde el cambio de gobierno en 2018, nada ha sucedido. El crimen organizado y el golpe al bolsillo de los trabajadores, fue y es distintivo de todo gobierno, el de Peña, Calderón, Fox, Zedillo o, antes, en los 60’s, con Díaz Ordaz.
Hablar de paz es fácil e hipócrita. En noviembre del 2022, el presidente expresaba que "las Fuerzas Armadas defienden la patria con lealtad, porque somos un país que apuesta por la paz”, claro, mientras no se toqué su investidura. En 2021, sobre las protestas en el congreso de EU, AMLO declaró que México no opinaría, basado en la Constitución y los principios de No Intervención, Respeto a la Soberanía y Autodeterminación de los Pueblos y, tratando se iluminarse como candil, en septiembre del 2022 propuso en la ONU crear un comité de diálogo para alcanzar la paz en Ucrania.
Pero entonces ¿Por qué emplazar a una guerra fratricida? La marcha del 26 a favor de la institución electoral, reunió a casi 500 mil personas en todo el país, pero fue descalificada. El mandatario llamó a quienes participaron “mapaches, fraudulentos y oligarcas electorales, políticos, empresarios y periodistas ladrones”. Y herido en su orgullo, convocó a una contramarcha el 18 de marzo.
Sobre EU no quiso involucrarse pero, en Perú sí. Ocurrió el golpe de estado y encarcelamiento del ex presidente izquierdista, Pedro Castillo, quien había limitado la libertad de expresión y ordenó al ejército castigar la rebeldía. Manuel consideró lo acaecido como “una farsa” y descalificó a Dina Boluarte, la nueva mandataria, misma que, ante la intromisión en la soberanía peruana, rompió relaciones con México. “Es una títere, pelele, una gobernante a modo y un congreso también”, respondió López…
Desacreditar y odiar, la estrategia
Sobre la propuesta política contra la violencia no hay resultados. Las cifras son desgarradoras. Debería explorarse el dialogo como alternativa. Mire, en 2021, en Colombia, se registraron protestas masivas ante las cuales, el presidente Iván Duque convocó a un diálogo nacional para establecer prioridades y atenderlas. Las denominó “Encuentros para Escucharnos”. Un país herido por la violencia no ataca a sus ciudadanos, como ocurre en Nicaragua con el dictador Daniel Ortega, o en Venezuela, con otro opresor Nicolás Maduro.
En México, los capítulos con deuda social tienen que ver con violencia, salud y economía ¿Nos ha ido bien? No, a menos que se justifique la falta de resultados con la condena al narco-policía García Luna, o se acepten las cifras oficiales de Gatell de 300 mil muertes por Covid, aunque realmente hayan murieron 800 mil; o se piense que, por simple discurso y magia, hay más empleo y mejores sueldos… No es así.
En el Edomex, habrá elecciones gubernamentales y ya comienza la guerra sucia. Le comentaré algo: En el proceso de 2021, previo a la jornada, ocurrieron 100 asesinatos de políticos; otros 102 fueron ejecutados durante la campaña de septiembre del 2022. Que no ocurra aquí. La civilidad exige acuerdos pacíficos y no crímenes, porque, las únicas víctimas, somos nosotros… Mi Twitter @raulmandujano
