Allá por agosto del 2019, Andrés Manuel dijo que “el pueblo de México está feliz” y no hay “mal humor social”. Ante el evidente crecimiento de la delincuencia, del crimen organizado, del desabasto de alimentos, se le preguntó que cuáles eran sus pruebas para decirlo, y explicó, entre risas, en su mañanera del día 22, que su fuente era una encuesta del INEGI. Ahora, en 2023, lo repitió: “La gente está feliz”. “Mucho cariño, afecto, llantos, besos, abrazos, bendiciones, deseos de que nos vaya bien; y panes, tamales… es una fórmula efectiva y no falla; si se atiende al pueblo, la gente responde”… son sus datos y al parecer convencen a muchos. Sus palabras “llegan”, su sarcasmo divierte… es raro que ocurra esto en medio de tanta desgracia social, -dice el periodista mientras bebe de su té de tila para los corajes-.
Él precisó que tiene sus datos y es feliz. La realidad contrastante podría echar por la borda lo que presume su pregonar, pero su imán social evita que se le cuestione. Mire, de acuerdo con la organización no gubernamental “Causa en Común” –y son datos hasta 2022- en ese año, se registraron al menos mil 793 casos de tortura; 808 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres; 801 asesinatos de mujeres con crueldad extrema y al menos 500 masacres. Es decir, en 2022, en México, ocurrieron cerca de 6 mil 217 delitos atroces, que dejaron, al menos, 10 mil 799 víctimas, es decir, 17 hechos al día y un alza de 17% más de casos que en 2021.
Quizá las cifras no revelen nada en “sus datos”, pero el gobierno cita una disminución del 9.1 por ciento de delitos, aunque no explica nada sobre la ejecución de Hipólito Mora en las tierras perdidas de Michoacán, o que el mapa delictivo nacional tenga como entidades de alto riesgo también a Guerrero, Tamaulipas, Jalisco, la Ciudad de México, Yucatán, Morelos, el Edoméx, Coahuila, o Ciudad Juárez, de las que han salido a la frontera, desplazados por el crimen, alrededor de 12 mil migrantes mexicanos, solo en el 2023.
Y habría “otros datos” también sobre el avión, el abasto de medicinas, las universidades del Bienestar, del gas Bienestar, aeropuertos y de lo que ha dejado de hacer en general, pero, aun con cifras claras y contundentes, miles no lo creerían si el presidente no lo acepta. No creo que la gente esté feliz con su gobierno; al menos no quienes siguen sin acceso a servicios de salud, o las víctimas de una canasta básica inalcanzable. Me parecería más bien que los que se dicen felices, es porque les gusta más el desmadre y las escenas de violencia, escudándose en el color de un partido…
¿Qué hace feliz a la gente?
Puede que a algunos lo primero que se les venga a la cabeza es dinero, familia, amigos, mascotas, trabajo, viajes, ropa, drogas… pero mire, de acuerdo con un estudio de Harvard, que se ha aplicado durante más de 80 años, la clave de la felicidad está ¡en evitar relaciones tóxicas!, de parejas, noviazgos, de gente que vive lamentándose, de vendedores, incluso (escúchelo bien) de políticos quejándose de sus opositores… Robert Waldinger, uno de los expertos que ha dirigido el estudio, refiere que aislarse no es la solución en las relaciones, porque igual sufrirá “estrés crónico, niveles de inflamación crónicos y hormonas del estrés constantes que desgastan nuestra felicidad”… yo decía hace años que “toda felicidad que no provenga del alcohol, es ficticia”, hoy creo –como dice la escritora Martha Troly-, que "perder el tiempo que disfruto, nunca será tiempo perdido"… Mi Twitter @raúlmandujano
