Ha iniciado la nueva administración estatal y con ello se abren las expectativas generadas para los ciudadanos. Al margen de los nombramientos que vendrán en cascada y que incluirán, además de las y los titulares de las secretarías faltantes, la puja por las subsecretarías, direcciones generales y un sinfín de cargos, empieza también a subir el telón del trabajo administrativo estatal. Paralelamente a la integración de la administración pública estatal, corren las apuestas por las designaciones por las candidaturas federales (senadores y diputados), así como ayuntamientos y diputaciones locales.
Para abordar nuestro tema, comenzaré recordando que Franklin D. Roosevelt, como presidente de los Estados Unidos, fue el primero en utilizar como criterio de evaluación de la capacidad de respuesta gubernamental inmediata ante lo urgente, los cien días iniciales de un gobierno, de una administración. Tengamos presente que en ese entones ese país pasaba por un periodo de crisis económica sin precedente y tenía que tomar una serie de decisiones para superar la situación de urgencia que se les presentaba.
Como usted sabe el populismo surge, entre otros factores, por el hartazgo y la decepción de los electores ante la ineficiencia y la corrupción de los gobiernos. Factores que contribuyeron al triunfo del actual gobierno federal. Considero que, por su parte, el gobierno estatal que inicia tiene una gran oportunidad para recomponer el camino por el que hasta ahora ha transitado el Estado de México. Puede ser única oportunidad para dejar una primera impresión que podrá recordarse porque emprendan medidas innovadoras que impacten en la vida de cada ciudadano y, entonces sí, el cambio de rumbo decidido en las urnas será una gran noticia.
Isaac Hernández, consultor en marketing político y comunicación estratégica, en su documento 12 claves para entender los primeros 100 días de gobierno, presenta a los nuevos gobernantes diversos aspectos sobre a los cuáles recomienda dar énfasis, entre ellos: 1) Dirígete a quienes te dieron su confianza, agradéceles para que se vean correspondidos. 2) Ofrece información relevante para las y los ciudadanos y no para tus compañeras y compañeros de partido. 3) Empieza a desarrollar tus propuestas electorales. 4) Preocúpate por designar, como colaboradores, a personas capaces. 5) Evita las confrontaciones políticas. 6) Hagas lo que hagas, comunícalo. 7) Si tomas una decisión impopular y tarde o temprano tienes que afrontarla, el mejor momento es ahora y 8) La oposición, en los primeros días, está en su mejor momento y asume una posición analítica para buscar su mejor lugar ante el escenario.
Siempre es útil tener un plan de cien días para un gobierno, cualquiera que sea el ámbito de gestión. En este breve periodo inicial se podrá construir un esbozo del desempeño y las capacidades que se tendrá la administración. Es decir, no tenemos que esperar mucho más de tres meses para vislumbrar cómo se manejará la gobernadora y, por supuesto, su equipo.
Este periodo permitirá desarrollar los nuevos programas de gobierno, definir estilos de liderazgo y demostrar la influencia que tendrán a su máximo nivel. Aquí podremos observar en toda su amplitud la voluntad de las y los recién nombrados funcionarios (¿buena o mala?), su capacidad de trabajo y resolución de problemas (¿los solucionan o los generan donde no los hay?) y su interés para impulsar la innovación en las políticas públicas. Estos elementos nos permiten, a las y los ciudadanos, tener un referente para medir la capacidad de trabajo y la eficacia del equipo que ha integrado la gobernadora que la mayoría eligió en las urnas.
La medición de “los cien días” se ha convertido en un instrumento útil, incluso necesario, para que las y los gobernados midan la capacidad del equipo gobernante para enfrentar los enormes retos de un gobierno, especialmente de una entidad tan compleja como la nuestra. Es la oportunidad de quienes han sido nombrados en un cargo de responsabilidad para demostrar que no defraudarán a los votantes y que tienen la capacidad de gestión necesaria para resolver problemas. Si tienen éxito en este breve periodo de inicio generarán confianza y optimismo no solamente entre quienes los eligieron, sino también entre quienes apoyaron a la otra opción electoral, a quienes viven en otras entidades y también a los otros ámbitos de gobierno (federal y municipal).
Permítanme dejar aquí un exhorto más. Seamos vigilantes de la actuación del nuevo gobierno, pasemos de simples electores a ciudadanos plenos y empecemos a vigilar a quienes inician sus tareas como gobierno. Aquí presenté ocho aspectos para analizar, pensemos en otros más. Hagamos uso de instrumentos como la transparencia para solicitar información sobre el ejercicio presupuestal en los primeros meses de gobierno. Seamos capaces de exigir rendición de cuentas desde estos primeros cien días. En este periodo también tendremos una percepción inicial. Suelo decir que la percepción es la realidad. Asumamos pues la tarea de estar muy pendientes y expectantes del acontecer público estatal. Entonces, por ejemplo, a una semana de su inicio, les preguntaría: ¿cuál es la primera impresión que tienen de este gobierno?
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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