Inicia labores la inconstitucional, Suprema Corte de Justicia de la Nación
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Inicia labores la inconstitucional, Suprema Corte de Justicia de la Nación

Lunes, 01 Septiembre 2025 00:05 Escrito por 
El Socavón El Socavón Carlos García

El día de hoy, los “nuevos” ministros, magistrados y jueces de la manipulada y sometida Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del cooptado Poder Judicial tomarán protesta en sus diferentes cargos, en donde seguramente obedecerán todas y cada una de las indicaciones que les envíen desde Palacio Nacional.

El día de hoy inicia actividades un Poder Judicial impuesto, con ministros, magistrados y jueces, además del personal que ingresa con cada equipo de trabajo sin tener un ápice de conocimientos y mucho menos contar con el perfil ni la experiencia necesaria y deseada en materia legal y judicial para servir eficientemente a los más de 130 millones de mexicanos en este importante Poder, del cual se apoderó el Ejecutivo (léase Andrés Manuel López Obrador), quien desde el primero de diciembre de 2018…

Efectivamente, desde ese día (su toma de protesta) fijó su meta de crear de nuestro cada vez más vapuleado país una dictadura a modo de la perversa izquierda que él sigue encabezando (aunque está muy disminuida), y que lamentablemente, para nuestro infortunio y parálisis, se está consumando.

Claro está que el apoyo incondicional (en menor proporción de sus chairos y fanáticos, quienes ciegamente siguen aplaudiendo al tabasqueño su impericia y el aniquilamiento de instituciones autónomas y del Poder Judicial, que eran el contrapeso al autoritarismo de cualquier presidente en turno) al macuspano le importó un bledo y fue desapareciendo paulatinamente durante su sexenio, en coordinación con las Cámaras de Diputados en las LXIV, LXV y LXVI Legislaturas, integradas por los grupos parlamentarios de mayoría de la triada infernal de Morena, PT y PVEM, quienes de hinojos y sometidos le aprobaron a AMLO todas y cada una de las iniciativas enviadas, sin quitarle coma alguna.

Lo anterior dio pie al despedazamiento de las instituciones, a la separación y equilibrio de los tres Poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), así como a la destrucción de nuestra incipiente democracia en siete años e iniciar la dictadura izquierdista.

El expresidente Andrés Manuel López Obrador, persona rencorosa y autoritaria, quien está muy escondidito en su rancho “La Chingada” en Palenque, Chiapas, desde donde sigue dando instrucciones para que desde Palacio Nacional Claudia Sheinbaum Pardo siga cumpliéndolas.

Para muestra, un botón: el 3 de septiembre de 2024, precisamente 27 días antes de que saliera de su gobierno fallido AMLO, la inconstitucional y recién entrante LXVI Legislatura (debido a que tanto el INE como el TEPJF otorgaron la mayoría calificada violando el artículo 54 constitucional, dándole paso a que la triada Juntos Hacemos Historia… de Terror, integrada por Morena, PT y los kiwis del Verde, le aprobara la última iniciativa al macuspano —de nueva cuenta, sin quitarle coma alguna—), consistente en la Reforma Judicial, que entre otros asuntos incluía la elección popular de ministros, magistrados y jueces, así como la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial, que sigue siendo objeto de controversia, porque habrá una polarización de la justicia y la pérdida de la autonomía del Poder Judicial.

El siguiente paso ya en el gobierno de Claudia Sheinbaum fue la aprobación del derroche multimillonario de recursos económicos al INE para celebrar dicha elección el pasado primero de junio, la cual resultó ser un fracaso total, debido a que solamente salieron a votar 13 millones de ciudadanos de una lista nominal de 100 millones de ciudadanos, de los cuales se anularon más de tres millones de sufragios, más del 30 por ciento, aunados a los tramposos acordeones elaborados y repartidos el día antes de la votación, que utilizaron y llevaron consigo ciudadanos de todo el país para ejercer su voto, porque realmente no sabían por quién votar, además de que desconocían a los candidatos a ocupar los distintos cargos en el Poder Judicial.

Recordemos que los consejeros del INE declararon que la participación ciudadana fue muy baja, mientras que la jefa del Ejecutivo Claudia Sheinbaum “echó las campanas a vuelo” absurdamente, calificando el proceso como “exitoso”.

“La elección histórica del Poder Judicial este primero de junio de 2025 ha sido todo un éxito. Cerca de 13 millones de mexicanas y mexicanos salieron a ejercer por primera vez en la historia su derecho a decidir quiénes deben ser las y los jueces y los nuevos ministros, magistrados y jueces”, expresó la jefa del Ejecutivo. Declaraciones triunfalistas sin fundamentos.

Los acordeones tramposos, además de otras pruebas, fueron contundentes para anular la elección, y millones de mexicanos fuimos testigos de que existieron pruebas suficientes y contundentes para que los 11 consejeros del Instituto Nacional Electoral y los cinco magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ANULARAN DICHA ELECCIÓN, pero lamentablemente a seis consejeros del INE y a cuatro magistrados les dio miedo votar a favor de esta perversa elección y la validaron, que debió ser anulada y ser programada de nueva cuenta.

Otras elecciones con anomalías menores han sido anuladas y se han vuelto a repetir. ¿Por qué el miedo?

¿Por qué votaron a favor? ¿Acaso los amenazaron en sacarles sus expedientes negros a la luz pública? ¿O les prometieron dejarlos más tiempo en sus funciones con mejores sueldos y prerrogativas? ¿O les llegaron al precio? ¡Conste que son cuestionamientos!

Lo más indignante es que, a pesar de que cinco consejeros del INE y cuatro del TEPJF votaron en contra de declarar válida la elección judicial, en la que presentaron pruebas contundentes que a continuación detallo: casillas con más votos que votantes; casillas “zapato”, o con sufragios por un solo candidato; boletas que no se doblaron pero aparecieron marcadas en los cómputos; robo de paquetes electorales; coacción del voto, reparto masivo de acordeones, documentos, fotografías, videos y testimonios, que —según— ambas instituciones “no fueron suficientes”, ¡que es el colmo! para anular la elección. ¿Acaso estas pruebas no fueron contundentes para echar abajo la de por sí perversa y tramposa elección judicial?

Pese al desaseo del proceso electoral, seis consejeros del INE y cuatro magistrados del TEPJF que sufragaron a favor para validar dicho proceso electoral quedaron, una vez más, en evidencia, en ridículo y dejando mucho que desear su decisión, por lo que pasarán a los anales de la historia de nuestro cada vez más vapuleado país como ciudadanos sometidos al Poder Ejecutivo.

Por lo que respecta al “nuevo” Poder Judicial, que será inexperto y sometido, obediente a las instrucciones dictadas desde Palacio Nacional y de las Cámaras de Diputados y Senadores, estará en el “ojo del huracán” por las decisiones que tomen, ya sea por propia decisión o por sometimiento. Al menos durante los próximos dos años, mientras los ministros, magistrados y jueces aprenden algo de derecho y sus respectivas ramas, seguramente habrá un gran vacío en salas, circuitos y, por supuesto, en la misma Suprema Corte, que tendrá por primera vez nueve ministros y no once, como hasta el día de ayer.

No podemos dejar de lado que la Cuarta Transformación y Morena siguieron las instrucciones de López Obrador, invirtiéndole recursos ilimitados de dinero (sin importar de qué secretarías fueron entregados o de dónde provinieran), intensificaron sus actividades en los quince días antes de la fraudulenta elección (aunque chairos y fanáticos se irriten), que activaron a sus coordinadores regionales, territoriales y seccionales para distribuir los acordeones.

La Operación Acordeón fue complementada con algoritmos que decidieron a quiénes presidirán la Suprema Corte en los siguientes años.

Por lo pronto, informaciones relevadas sobre el nuevo ministro presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar Ortiz, indican que cobró varios millones de pesos en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en el gobierno fallido de López Obrador (quien fue el que lo instaló en la presidencia), y que de igual manera fue beneficiado en el otrora corrupto régimen de Enrique Peña Nieto.

De igual manera, Aguilar Ortiz ha sido señalado como operador de AMLO para megaproyectos del Tren Maya y como presidente “indígena” que no lo es, pues es mestizo. El oaxaqueño, a quien comparan absurdamente con Benito Juárez —¡vaya estupidez!—, enfrentó el rechazo de ciudadanos de pueblos originarios que lo acusan de despojo.

Desde los pueblos originarios surgieron voces de líderes comunitarios y de ciudadanos que, preocupados, de desencanto, rechazo e indignación, afirmaron que legitimó despojos e imposición de los megaproyectos de su jefe López Obrador, prioritarios en su malograda gestión, como fueron el Corredor Interoceánico y el Tren Maya, obras que nunca serán rentables. Además, está involucrado en chats de acoso sexual contra mujeres indígenas.

Es preciso asentar que los trabajos llevados a cabo por los periodistas Pedro Matías, Claudia V. Arriaga Durán, Estrella Pedro y Octavio Martínez recogieron el sentir de activistas, organizaciones civiles y representantes de comunidades en Morelos, Oaxaca y la Península de Yucatán, quienes señalaron que, si es cierto que Aguilar Ortiz tiene una trayectoria previa como activista ciudadano y defensor indígena, las cosas cambiaron conforme avanzó en su crecimiento.

A partir de su inclusión en el régimen oaxaqueño de Gabino Cué y luego en el de López Obrador, legitimó despojos e impuso los megaproyectos desde el Instituto de los Pueblos Indígenas (INPI), en coordinación con el titular Adelfo Regino. De igual manera, se sorprendieron de su participación en una elección judicial, ¡que no fue más que una simulación! ¡Tómala!

Una más para el “Benito Juárez”, Joaquín Galván, activista mixe, declaró a Proceso, quien le reconoció la brillantez del abogado mixteco: “la mayor parte de su vida ha operado para el Estado”, sobre todo en la imposición de los megaproyectos, como el Corredor Interoceánico.

De igual manera, Mario Quintero, líder de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en de la Tierra y el Territorio (APIIDTT), señaló a Hugo Aguilar por “burocratizar el despojo” con consultas fast track (al clásico estilo del escondidito López Obrador, del Movimiento de De-Generación Nacional y de la cada vez más descarrilada Cuarta Deformación), que en ningún momento fueron libres, previas e informadas, sino que “se impusieron con el consentimiento forzado de las autoridades”.

De igual manera, hoy toman protesta ministros de la Corte, de los cuales siete de los nueve son afines o miembros de Morena, así como magistrados y jueces a nivel nacional que dejarán mucho que desear por su inexperiencia, su bajo perfil y por la supina ignorancia en materia judicial.

Lamentable que la inquilina de Palacio Nacional declare diariamente con toda certeza y seguridad que la corrupción ya acabó en su primer año de gobierno (que fue asunto del pasado, ¿?), cuando sigue habiendo mayúsculos fraudes en varias dependencias. Además, el crimen organizado en todas sus modalidades opera a sus anchas; por supuesto, la inseguridad es materia reprobada por la 4T, porque no existen las garantías mínimas de crear una seguridad a nivel nacional.

Además, los resultados negativos en este primer año de gestión de Claudia Sheinbaum siguen aflorando. Las charlas y críticas hacia el régimen izquierdista cada día crecen más y crean fricciones. La polarización crece en todos los sectores sociales en contra del gobierno. Los medios masivos de comunicación son cada vez más certeros y agudos en sus críticas, al igual que en las “benditas” redes sociales. A todos ellos, la actual administración busca callar, censurar y aniquilar.

Por supuesto, que los más de 100 millones de mexicanos no cejaremos nuestra permanente labor y lucha, porque han sido varias décadas de trabajo arduo y continuo, de conquistas logradas para tener un México mejor, de primer mundo, que no hemos obtenido por los malos gobiernos en turno. Llevamos 54 años con administraciones mediocres, con presidentes que se han sentido reyes, dueños de nuestra vapuleada nación.

Requerimos de un jefe de Estado que ame profundamente a México, un estadista que, con políticas públicas eficientes, nos permita desarrollarnos económica y socialmente con crecimiento económico del 5 a 7 por ciento anual; que brinde certeza jurídica a la iniciativa privada (Pymes y grandes inversionistas) para la creación de más de un millón de empleos anuales con buenos salarios; que aniquile al crimen organizado en todas sus modalidades para retornar a la paz que nos robaron; con inversiones del 8 por ciento a la educación e igual porcentaje en salud; sin derroches multimillonarios de recursos económicos en programas sociales, de los cuales no se obtienen resultados positivos, porque lo único que se logra es conformismo, dependencia y mediocridad y seguir comprando votos en cada elección.

Que acabe totalmente con la corrupción, enjuiciando y encarcelando a los responsables de los abusos cometidos en su trabajo, despojándolos totalmente de las fortunas amasadas, sin miramientos ni titubeos.

Recordemos que tenemos varias centurias arrastrando este lastre que tanto nos ha dañado.

Y muchos programas más. Es por ello que nuestra lucha por un México cada día mejor no debe cejar; es el momento de la unidad nacional, sin distingos de credos, de filiaciones políticas, de no discriminar a ningún habitante de las 32 entidades federativas.

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Carlos García

El socavón